Un voluntario de Cáritas y un trabajador del DC10 descargan la comida ante la mirada de varios usuarios. | Daniel Espinosa

Hace apenas unos días, el pasado 16 de febrero, la delegación de Cáritas Diocesana en la ciudad de Ibiza lanzó la campaña Cáritas te necesita ante la escasez de alimentos que le quedaban en su almacén de la calle Felipe II.

Confiaban en que la sociedad ibicenca respondiera y, una vez más, empresas y particulares no les han fallado. Ayer, sin ir más lejos, la empresa DC10 aportó unas diez toneladas de alimentos no perecederos que servirán, al menos, para poder entregar comida a las personas que más lo necesitan durante una semana.

Según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera el gerente y propietario de DC10, Deogracias Sito Lara, todo lo que llegó en un camión y una furgoneta son productos de primera necesidad como leche, atún, pasta, arroz, legumbres secas, aceite o latas de pimiento y tomate pero también manzanas, limones y mallas de patatas. Todo «proviene directamente de proveedores con los que tiene trato directo la empresa en distintas partes de Andalucía» y, según Lara, «estaba previsto que se entregara antes de la petición de ayuda que realizó Cáritas».

De hecho, desde hace ya varios años la empresa suele hacer donaciones de este tipo de forma periódica, tanto a los responsables de la asociación católica como a la delegación de Cruz Roja. «Es nuestra pequeña manera de aportar nuestro granito de arena a quien más lo necesita, pero la pena es que ahora, con la situación tan dura que estamos viviendo a causa de la pandemia del coronavirus, todo lo que entregamos dura muy poco tiempo en los almacenes ya que casi todos los productos que entran salen rápidamente».

«Durará una semana»
En este sentido, el propietario de DC10 aseguró «que en la medida de lo posible» intentarán seguir ayudando con donaciones periódicas de comida «porque al final está en juego la vida de muchas personas». Por ello, confirmó que también han llegado a un acuerdo con Cáritas para donarles parte de las verduras y los productos ecológicos que están produciendo en una finca que tiene la empresa DC10 en la zona de Ses Salines.

Mientras, el responsable del programa de alimentos de la organización, Pedro Miguel Ramírez, aseguró ayer a este periódico que la donación realizada por DC10 es un «salvavidas» dada la situación tan complicada en la que están sus almacenes antes de que llegue la tan ansiada ayuda que reciben periódicamente del Fondo Social Europeo. «Es un privilegio contar con una empresa tan importante para Ibiza porque siempre que los necesitamos están ahí para echarnos una mano».

Sin embargo, Ramírez quiso también lanzar un mensaje de realidad. «Es una donación muy importante pero aún así seguimos necesitando muchas más porque debido a los graves efectos de la pandemia en la isla de Ibiza el número de usuarios que vienen no para de crecer como demuestra que actualmente estamos dando servicio a unas 80 personas al día».

Por ello, el responsable del programa de alimentos de la asociación católica volvió a asegurar que toda donación es importante y recordó que se puede colaborar de varias maneras. La más directa es aportando todo tipo de productos de alimentación, fundamentalmente no perecederos, pero también explicó que son muy importantes «los platos ya cocinados que no hace falta calentar porque muchos de nuestros usuarios viven en una situación tan precaria que ni siquiera tienen cocina o dinero para poder encender el horno» y los de limpieza «porque al final todo se ve de otra manera si estás guapo, aseado y tu entorno huele bien».

Además, se puede ayudar a Cáritas aportar una cantidad económica al mes como ya hacen unos 200 socios de la asociación católica. En este caso, según Ramírez, «no tiene que ser fija sino simplemente lo que cada uno buenamente pueda en cada momento de su vida».

El proceso para poder recibir ayuda
Antes de llegar a la cola para recoger los alimentos los usuarios pasan por los trabajadores sociales de Cáritas quienes valoran individualmente cada situación para intentar ayudarles más allá de la simple entrega de alimentos. Después, dependiendo de la situación particular de cada cual, se les entrega un vale con el que pueden acudir a la sede de asociación católica en la calle Felipe II de Ibiza. Según Pedro Miguel Ramírez, cada 15 días se pueden recoger alimentos y estos vales oscilan entre las cuatro citas, válidas para dos meses, de los menos necesitados y las 12 de quien peor lo está pasando.