Imagen de archivo de esta pasada Navidad de la cola ante el local de ‘La voz de los que nadie quiere escuchar’.

El Ayuntamiento de Eivissa ha archivado la multa de 1.500 euros interpuesta al grupo solidario ‘La voz de los que nadie quiere escuchar’ por falta de documentación del local utilizado para entregar comida a la gente necesitada de la isla, según recoge Efe.

Cristóbal, que utiliza este nombre para representar al grupo que desde hace una década ayuda en la isla a la gente de la calle, celebró ayer que finalmente se haya archivado lo que ha considerado «una sanción injusta» porque entiende que para colaborar con sus vecinos «no es necesaria autorización de nadie», según expresó a través de sus redes sociales. La multa había sido interpuesta por la Policía Local de Ibiza el 24 de abril de 2020, en pleno confinamiento, por «no disponer de documentación obligatoria en el lugar donde ejercita la actividad», señala la notificación de inicio del expediente sancionador.

Cristóbal ha recibido ahora otra notificación que comunica el «archivo» y «prescripción» de la multa, que ya se habían ofrecido a pagar numerosas personas y por la que han recibido una donación de 1.500 euros para su «caja de resistencia» tanto para pagar la sanción, como para el alquiler del local o la compra de comida.

Un bufete de abogados de Palma de Mallorca fue el que presentó el recurso contra la sanción del Ayuntamiento de Eivissa.

El representante de ‘La voz de los que nadie quiere escuchar’ recordó que también tienen otra denuncia de la Policía Nacional por «entregar alimentos sin permiso administrativo», aunque no le ha sido notificada.

Añadió que la multa de la Policía Local, que ahora se ha archivado, correspondía a un local que les habían cedido durante la cuarentena, mientras que ahora se han mudado a uno alquilado, ubicado en la calle Archiduque Luis Salvador número 23 de Vila, donde reciben las donaciones de los alimentos que después entregan todos martes por la tarde.

En la actualidad, un centenar de familias recurren cada martes en busca de alimentos, que vienen envasados «y con fecha de caducidad», excepto la fruta, que se recibe el mismo día por la mañana, se manipula con guantes y se entrega por la tarde, ha detallado Cristóbal.

Para el representante, la actividad solidaria que desarrolla el grupo «está dejando en evidencia» a las instituciones. En esta línea, afirmó ayer que tienen un listado de «10.000 familias» que han recurrido a esta agrupación desde el inicio de la pandemia, y que por momentos han llegado a entregar alimentos tres veces por semana. «Hay gente haciendo cola desde la diez de la mañana y son gente trabajadora», concluyó Cristóbal.