Un estudio realizado por una consultora ambiental independiente, Duna Consultores, ha revelado un preocupante deterioro de los fondos submarinos de la bahía de Portmany, que ha perdido 14 hectáreas de pradera de Posidonia oceánica en tan solo 12 años.

Este trabajo traza un mapa topográfico, metro a metro, de la vegetación submarina que hay en el interior de la bahía desde el dique del puerto y revela que la zona más afectada es precisamente el área de maniobras de los ferris, donde se han perdido entre 4 y 4,5 hectáreas de vegetación bentónica. Lo más inquietante de esta investigación es que entre sus conclusiones figura que el desierto de lodo que ahora existe en el muelle comercial, hace doce años repleto de vegetación, se extiende a áreas cada vez más alejadas del puerto, a causa de la remoción de sedimentos durante las maniobras de atraque y salida, que entierran las plantas y provocan un fenómeno destructivo que se retroalimenta.

Dicho periodo coincide, además, con la llegada de ferris de mayor eslora, de hasta 90 y 100 metros, equipados con motores más potentes. El trabajo ha requerido de un laborioso proceso de investigación y observación directa por un equipo de científicos y para su elaboración se han tomado datos georreferenciados del estado del fondo, mediante una embarcación ligera y mirafondos, en un total 3.211 puntos de observación directa, que se han completado con otros 557 puntos de fotointerpretación a través de una imagen aérea de alta resolución tomada con dron.

El equipo redactor afirma que si no se acometen actuaciones que frenen este ciclo retroalimentado de sedimentación y resuspensión de partículas, así como otros factores que dañan la Posidonia en otras áreas de la bahía, como son los vertidos de aguas sin depurar y el fondeo irregular con muertos y cadenas, la bahía de Portmany perderá la práctica totalidad de sus comunidades vegetales en un periodo de unos veinte años. Si así ocurriera, la bahía evolucionaría a un hábitat oscuro y cenagoso similar al puerto de Ibiza, donde solo hay fangos y lodos. Se está estrangulando la bahía El estudio revela que los daños a la Posidonia se están produciendo en múltiples frentes.

Por el norte, la conversión de la pradera en un desierto de sedimentos amenaza con seguir su expansión si regresan los ferris. Por el sur, multitud de fondeos incontrolados con bloques de hormigón y cadenas van eliminando cada vez más extensiones de vegetación, y a ellos se suman los vertidos al mar de aguas fecales de las propias embarcaciones y del sistema de aguas residuales de la población. En el centro, la Posidonia ya quedó devastada por el fondeo incontrolado que se venía produciendo desde el año 2.000, hasta que se instalaron los fondeos ecológicos. Estas conclusiones tan preocupantes nos obligan a reflexionar y a tomar decisiones: ¿Hay que mantener la viabilidad de las playas de la bahía como destino turístico y un equilibrio ambiental o, por el contrario, apostar por la actividad de un puerto comercial? Ambos caminos, según se deduce de esta investigación científica, son incompatibles, ya que si se pierde la vegetación de la bahía, desaparecerá la calidad del agua y la arena de las playas.

Es de vital importancia recordar que la Posidonia oceánica es una planta submarina que en Ibiza ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y que se encuentra protegida por normativas europeas, nacionales y autonómicas. Conforma un valioso ecosistema donde crían múltiples especies, es extraordinariamente beneficiosa para la conservación de la morfología del litoral, absorbe grandes cantidades de CO2, oxigena el mar, filtra el agua proporcionando la transparencia característica de la costa ibicenca y forma un cordón submarino que retiene la arena en las playas, impidiendo que los temporales se la lleven. A cambio de todos estos beneficios para el ser humano, la Posidonia únicamente reclama aguas limpias y sol. Procesos dinámicos

Se está estrangulando la bahía

El estudio explica que el principal factor destructivo de la vegetación submarina es el alarmante incremento de sedimentos y su resuspensión, que acaban sepultando las plantas y oscureciendo el agua por la turbidez. En este fenómeno intervienen procesos dinámicos tan inquietantes como estos:

La remoción de fondos por el tráfico marítimo, especialmente por efecto de las embarcaciones de gran tamaño. La bahía tiene fondos poco profundos y cuanto mayor es el calado de la nave y menor la profundidad a la que se maniobra, el fenómeno se multiplica. Esta remoción de fondos provoca el proceso de sedimentación que entierra y asfixia la flora submarina hasta exterminarla.

El fondeo incontrolado de embarcaciones con el sistema de bloque de hormigón y cadena, que ha ido arrancando o debilitando la vegetación.

Los vertidos de escorrentías, aliviaderos y torrentes, que arrastran sedimentos, multiplicando el problema y alimentando este ciclo de sedimentación y resuspensión, y que además aportan contaminación por aguas que no están bien depuradas. Solo si aseguramos el futuro de la bahía de Portmany, podremos garantizar la calidad de vida y el progreso social y económico para las próximas generaciones. ¿Seremos capaces de hacerlo? Únicamente está en nuestras manos porque, si algo nos ha enseñado la historia, es que nadie más vendrá a resolverlo. Este estudio ha sido compartido con distintas administraciones públicas, organizaciones ecologistas e iniciativas sociales. Puede descargarse en: www.salvemsabadia.com

Recomendaciones para salvar la Posidonia La parte final del estudio es fundamental porque advierte con rotundidad del peligro de no hacer nada. Además, aporta soluciones y la esperanza de salvar la vegetación submarina que aún resiste en el interior de la bahía, si se cumplen una serie de recomendaciones:

1. Reducir al máximo el tráfico de embarcaciones de gran tamaño.

2. Eliminar totalmente los fondeos incontrolados.

3. Limitar al máximo la velocidad de las embarcaciones en el interior de la bahía.

4. Acotar la práctica de deportes que requieran motores y alta velocidad, como esquí acuático o motos acuáticas, autorizándolos solo en la parte sur.

5. Realizar un inventario y caracterización de vertidos a la bahía, identificando su naturaleza y procedencia, y aplicando las correspondientes medidas correctoras.

6. Afrontar cuanto antes la remodelación de la red de impulsión de aguas residuales, con nuevos aliviaderos que desemboquen fuera de la bahía.

7. Instalar tanques de sedimentación en las principales salidas de pluviales urbanas que vierten a la bahía.

8. Realizar una limpieza periódica de los torrentes. Maniobra del ferri donde se aprecia claramente la resuspensión de fondos que provoca. El fondeo irregular con muertos y cadenas arrasó ya hace años la parte central de la bahía y ahora está provocando daños irreparables en las praderas de Posidonia del sur de la bahía. Las praderas que existían en la zona de maniobra de los ferris han quedado totalmente enterradas y han muerto. Solo quedan raíces y restos de tallos.