No voy a descubrir nada a nadie, y desde este punto de vista no es la mejor manera de empezar un artículo, al recordar que la política es incoherente.

Y que los de Unidas Podemos, los feministas que piden azotar hasta sangrar a las mujeres, los que no iban a dejar de vivir en Vallecas y de utilizar el transporte público y ahora viven en un casoplón de lujo comprado a precio de saldo, blindado por la Guardia Civil y con una asesora que nos cuesta un riñón y parte del otro haciendo las funciones de niñera a la ministra consorte, se llevan la palma: son los campeones de la mentira, el embuste y la irresponsabilidad.

En Baleares, la formación morada especialmente, y también sus supuestos socios, digo supuestos porque uno ya no sabe quién gobierna, si es que gobierna alguien, y quién es oposición, se llena la boca con la necesidad de cambiar el modelo, de evitar la dependencia del turismo y de apostar por la diversificación económica, básicamente a través de la tecnología y la innovación, las energías renovables y la economía circular.

Es un cuento que suena bien y que, en honor a la verdad, no se lo han inventado los comunistas, ya que el Parc Bit fue un invento de Jaume Matas, cuyo déficit fue justificado precisamente en base al fomento de la innovación.

La respuesta a este fenomenal reto, en el momento que más falta hace y que ofrece un mejor escenario, ya que está previsto que la Unión Europea inyecte 140.000 millones de euros a España en ayudas directas y préstamos blandos, si cumple con la condicionalidad que obviamente nos impondrá, a través de una suerte de fondos de cohesión de toda la vida a los que le hemos puesto el pomposo nombre de Next Generation EU, ha sido cesar a la directora general de Innovación, la ibicenca Nuria Riera. Profesional del ramo sin afiliación política que fue incorporada al puesto precisamente por su experiencia y competencia en estos asuntos.

No tengo el gusto de conocerla personalmente. Simplemente, he visto que ha venido diciendo cosas lógicas, aunque duelan a quien corresponda: que el Centre Bit es una deuda histórica del Govern y que es imprescindible para Ibiza su puesta en marcha de forma inmediata, tal como pensaron, pero no hicieron, los partidos que firmaron en junio 2015 el pacto de investidura que convirtió a Francina Armengol en la primera mujer en presidir Baleares. Como se quedó en solo un pensamiento, ya que, a pesar de disponer de más recursos que nunca, no pasó del acuerdo de investidura a la realidad, en 2019 fue incluido de nuevo, lo que no es garantía de nada.

Riera no solo ha hablado en este asunto, mal de muchos políticos que se quedan en la foto, el titular y la superficie, también ha actuado.

Como de momento no hay presupuesto para la construcción del Centre Bit, ya que todavía no hay proyecto ni partida asignada para la redacción del mismo, ni tampoco para la demolición del edificio que ocupa el solar de sa Coma donde se levantará (la ubicación es una de las pocas certidumbres en estos momentos) ha pactado con el conseller insular de Innovación, Javier Torres, muy sensibilizado con estos asuntos porque es profesional del ramo, una suerte de Centre Bit provisional con el objetivo de que entre en funcionamiento este mismo año. Veremos.

También contribuyó Nuria Riera a parar otra de las habituales felonías centralistas del Govern con la futura empresa de capital riesgo que curiosamente nace sin capital, otro anuncio cool lanzado por Francina Armengol en el debate sobre el estado de la Comunidad pensando exclusivamente, cómo no, en el Parc Bit de Mallorca: «El objetivo es hacer de estas islas (Mallorca) un referente europeo en investigación e innovación digital, biomédica y sanitaria», dijo la presidenta, quien cifró en 169 millones los fondos necesarios para el proyecto y que dependen de la UE.

A pesar de que la izquierda abomina la noche, el ocio y acepta el turismo como mal menor («somos los mejores del mundo en el ocio, aunque el Ayuntamiento nunca ha hecho promoción de ello», Rafa Ruiz dixit), la mano de Riera y la de Aitor Morrás, el líder de Podemos en Vila, también con expertise tecnológico, han contribuido a que se vislumbre un clúster de empresas dedicadas a la producción audiovisual y la música gracias al tractor de las empresas del pérfido ocio nocturno y diurno. Una visión acertada que ha pasado por encima de los habituales perjuicios ideológicos de la izquierda.

«En Ibiza, en torno a la industria del ocio, es donde existen más empresas innovadoras, en temas de luz, imagen, sonido y 3D. Por eso queremos que el polo de atracción de la industria audiovisual esté en Ibiza», dijo en diciembre la directora general que será cesada mañana.

Como todo este tipo de iniciativas están en marcha, aparentemente (no olvidemos que hablamos de políticos) en la buena dirección y en un momento crucial, la respuesta de Unidas Podemos ha sido aprovechar la remodelación del Ejecutivo para cesarla. Oficialmente, la formación ha desligado la patada en el trasero de la polémica que la Oficina Anticorrupción creó de forma artificiosa sobre los 22.000 euros de sobresueldo anual que ha cobrado por estar empadronada en Ibiza y trabajar en Palma, como todos los altos cargos en su misma situación.

En su puesto, coloca a Eduardo Zúñiga, militante de la formación, que cuenta con el aval de haber sido director de Comunicación del Consell de Mallorca y actualmente concejal de Podemos en la oposición en el Ayuntamiento de Llucmajor, nombramiento que ha soliviantado a la Asociación Balear de Software, Internet y Nuevas Tecnologías (Gsbit), la misma que colaboró con el Govern en la aplicación QR para la hostelería de la que nada se ha vuelto a saber. El malestar es mayúsculo. No olvidemos que las patronales se cuidan y mucho de criticar a quien tiene la caja de caudales, aunque guste poco, máxime cuando no ha sido ni nombrado todavía.

Los empresarios han hecho pública su «profunda preocupación» por el dedazo, ya que consideran «imprescindible» que el puesto recaiga en una persona con «experiencia contrastada en innovación, digitalización y gestión de fondos públicos», con «liderazgo técnico-estratégico», «capacidad de ejecución y justificación conforme a los criterios de I+D+i» que conozca «de primera mano todos los aspectos, además de contar con un equipo especialista y experimentado». En sentido contrario, piden «no repetir estrategias anteriores», «lanzar un mensaje que acerque la política a la sociedad», «olvidar intereses partidistas» y «centrarse en apostar por una estrategia clara, dotarla de recursos y atraer talento». «Este nombramiento es clave y requiere de mucha experiencia en innovación». Más claro imposible.

El tiempo dirá si Zúñiga acaba cumpliendo con lo que no cumple y si Ramón Roca, el secretario general de los socialistas de Santa Eulària y director general de Modernización y Administración Digital,es capaz y tiene capacidad de evitar que la isla vuelva al ostracismo en estos asuntos.

Mal asunto dejar la innovación en manos de un neófito. Con carné, eso sí.