Maria Antònia Font, durante la rueda de prensa de este miércoles.

Las restricciones se aplicarán por zonas sanitarias en Baleares y no por islas como hasta ahora. Así lo ha anunciado este miércoles la directora general de Salut Pública, Maria Antònia Font.

En este sentido, ha explicado que si se desconce dónde se han producido los contagios se actuará por zonas básicas de salud y se aplicarán restricciones como el cierre de la restauración, etc.

Font ha precisado que las zonas con incidencias acumuladas que más preocupan son Porto Cristo y Sant Antoni de Portmany. No obstante, actualmente Salut no contempla aplicar medidas restrictivas en estas zonas «porque son muy pocos casos» y «están controlados». Además, ha asegurado que la cadena de transmisión se ha cortado.

La Conselleria de Salud estudia aplicar medidas concretas de control de expansión de la pandemia sobre Portocristo (Mallorca) y Sant Antoni (Ibiza), que se sitúan alrededor de los 150 casos por cada 100.000 habitantes de incidencia acumulada, así como en otras áreas de Mallorca que se sitúan entre 100 y 150 casos de incidencia acumulada.

En el conjunto de Baleares, la directora general de Salut Pública ha informado que la situación bastante buena. El número reproductivo base es de 0,81, por lo que está por debajo del 1 recomendado. Ibiza han tenido un pequeño aumento -está a 1,14-, pero ha asegurado que está controlado.

La incidencia acumulada a 14 días del conjunto de Baleares y de Mallorca sigue sin bajar de 50, por lo que Font ha señalado que el descenso de contagios se ha ralentizado. Algunas zonas básicas tienen una incidencia muy elevada, lo que hace pensar que hay una transmisión comunitaria en estas zonas y ha advertido que se puede extender a otras zonas, no sólo a las que están cerca próximamente.

Font ha asegurado que se siguen manteniendo los objetivos claros de la estrategia de contingencia: control en puertos y aeropuertos; el rastreo y aislamiento de casos y contactos; las medidas comunitarias de restricciones y relajación de las mismas, ha advertido que serán muy contundentes con las zonas en las que aumenten los casos.

Aplicadas el 85 % de las dosis recibidas

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En materia de vacunación, se han administrado un 85 % de las vacunas recibidas; se han administrado 95.000 dosis y 25.908 persones ya están vacunadas completamente. En este punto, ha insistido en que Baleares sigue la estrategia de vacunación estatal. En abril el objetivo es dejar de vacunar por grupos porque implica una logística muy complicada; se empezará a vacunar por edad, que ha señalado que es el mayor factor de riesgo.

El director general del Servei de Salut, Juli Fuster, ha manifestado que para las personas que no tienen tarjeta sanitaria de las Islas se habilitará un sistema para poder vacunarlas y que no tengan que desplazarse hasta sus lugares de origen. Se trata de unas 200.000 personas y se está trabajando para realizarlo con todas las garantías.

Preguntado por el hecho de que Baleares esté a la cola en la llegada de vacunas, ha respondido que se debe a que inicialmente se enviaron a personas mayores y Baleares tienen menos población de esta franja. Baleares mantiene el objetivo de tener vacunada al 70 % de la población antes del verano. Para ello, Fuster ha precisado que se necesitan 1,6 millones de dosis de vacunas, aproximadamente.

En relación a AstraZeneca, Font ha señalado que parece que se podrá aumentar la edad de las personas que lo reciben, pero ha precisado que el Ministerio esta siendo prudente. Baleares sigue los criterios ministeriales, ya que considera que no hay tantas vacunas como para que sea urgente.

Respecto a la apertura de las terrazas, Font ha precisado que «no tenemos ningún caso que se pueda identificar con la apertura de las terrazas, la incidencia baja de forma muy lenta pero no sube». No obstante, ha precisado que tienen que pasar 10-14 días hasta que una medidas tenga efectos.

En cuanto a la reapertura del interior de los bares ha señalado que se tienen en cuenta muchos factores y ha reconocido que le genera cierta inseguridad, pero no terror. El problema no está en los bares, sino que en zonas menos ventiladas se favorece la transmisión, al igual que en actividades que se realizan sin mascarilla.

La idea era levantar el confinamiento perimetral de Ibiza, pero ha puntualizado que no está cerrado que se mantenga o no el cierre perimetral de las Islas. Sí ha dejado claro que las personas que entren tienen que hacerlo con un control previo.

Respecto a la posibilidad de cerrar las playas, ha respondido que lo que hay es que controlar el comportamiento, que nos sean grupos grandes y que se cumplan las restricciones de grupos de convivencia. «Una playa no es libre de COVID»; ha recordado que el uso de mascarilla es obligatorio en la playa, salvo para nadar.

En los centros de salud, Fuster ha precisado que entre el 56-70 % de las consultas son presenciales.