En el Recinto Ferial los preparativos comenzaron la pasada semana. | Daniel Espinosa

Primero se dijo que comenzaría el día 8 de marzo; después, el 15 de marzo. Ayer, que cuando haya vacunas suficientes. Así pues, la vacunación masiva en las Pitiusas vuelve a sufrir un retraso. El Recinto Ferial y el Hospital de Formentera son los emplazamientos elegidos para esta vacunación masiva que todavía no comenzará en estas islas, aunque mañana lo hará en Mallorca.

En la rueda de prensa ofrecida por la directora general de Salud Pública, Maria Antònia Font, y el director general del Servicio de Salud, Juli Fuster, para actualizar la situación de la campaña de la vacunación y hacer un análisis epidemiológico de las Islas, Fuster no se atrevió a dar una fecha para el inicio de la vacunación masiva en Ibiza.

Cabe recordar, que fue el propio Fuster quien anunció el 26 de febrero que sería a partir del 15 de marzo cuando el Recinto Ferial pondría en funcionamiento seis de las 10 líneas que podría albergar, además de una en Formentera. Estas líneas tienen capacidad para inocular 350 dosis al día.

Mallorca empieza mañana
Pese a no poder dar una fecha, Fuster quiso mandar un mensaje de tranquilidad y señaló que la vacunación no parará en Ibiza, ya que tanto Can Misses como los centros de salud continuarán administrando dosis.

Donde sí comenzará la vacunación masiva a los menores de 55 años es en Mallorca y lo hará a partir de mañana. Las primeras en ser citadas por la central Infovacunacovid son las personas de 55 años, nacidas en 1966, un colectivo de 16.226 personas.

También mañana se inicia la vacunación de la franja de edad de entre 80 y 90 años, un grupo formado por 39.700 personas. Este colectivo será citado en sus centros de salud y, en los casos de movilidad reducida, los equipos de enfermería de Atención Primaria se desplazarán a los domicilios, igual que se hizo con la franja de población de entre 90 y 112 (2.635 personas).

Objetivo el 70 % de la población
Además, según explicaron, la próxima semana está previsto que se abra el polideportivo Mateu Canyelles, de Inca, como punto de vacunación poblacional. Este se añadirá al polideportivo Germans Escalas (Palma), que está operativo desde el lunes, y a la COVID-Exprés de Son Dureta (Palma).

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En el caso de Menorca tampoco dieron una fecha fija, aunque sí dejaron entrever que podría ser la próxima semana cuando se habiliten los espacios de Maó y Ciutadella.
La intención del Govern es que una vez que se disponga de las vacunas suficientes se puedan administrar unas 120.000 dosis semanales en el Archipiélago, y de este modo cumplir el objetivo de llegar al verano con el 70 % de la población vacunada. El propio Fuster señaló que esa es la intención, pero que no dependerá tanto de Baleares, como de recibir las vacunas necesarias.

Hasta ayer, dentro del marco del Plan de Vacunación, ya se habían administrado 95.373 vacunas; esto es el 85 % de las dosis recibidas. De estas, 69.465 se habían administrado como primera dosis y 25.908 como segunda. Por islas, las dosis administradas eran las siguientes: 76.467 en Mallorca, 8.700 en Menorca, 9.738 en Ibiza y 468 en Formentera. Por otro lado, en Mallorca hay 20.499 personas con pauta completa, en Menorca 2.548, en Ibiza 2.719 y en Formentera 142.

EL TSJIB rechaza la petición de reabrir la hostelería de forma cautelar

El Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB) denegó ayer las medidas cautelares solicitadas por varias empresarios de la hostelería para reabrir bares y restaurantes. La Sala de lo contencioso administrativo del TSJIB alegó en un auto que una medida cautelar podrá denegarse cuando pudiera generar una perturbación grave de los intereses generales, en este caso, por la situación de pandemia.

El pasado 25 de febrero, el alto tribunal autonómico rechazó la petición de una treintena de empresarios del sector de la restauración para que se anulase de forma urgente el cierre del interior de bares y restaurantes en Mallorca e Ibiza que decretó el Govern.

Los promotores de esta demanda contra el ejecutivo balear habían pedido la aplicación de «medidas cautelarísimas» urgentes contra la orden de cierre para evitar el grave perjuicio económico que la suspensión de su actividad estaba ocasionando al sector.

Los magistrados desestimaron la petición de ese grupo de restauradores debido a la demora para presentar la aplicación de medidas cautelares por parte de los demandantes, que evidenciaba la «inexistencia» de la razón de «especial urgencia» que argumentaban.