Francina Armengol, Vicent Marí y Rafa Ruiz, ayer, en el Recinto Ferial durante la primera y única, de momento, jornada de vacunación masiva. | Daniel Espinosa

La suspensión de la aplicación en España y en los grandes países de Europa de la vacunas de Astrazeneca, de la que Baleares ha administrado ya 38.000 dosis, de las que más de 2.000 (docentes y policías) han sido inyectadas a pitiusos, obligó ayer al Govern a paralizar la vacunación de personas menores de 56 años ocho horas después de que empezara en Ibiza y Formentera.

Ahora no es que no haya vacunación masiva, es que no hay vacunación, salvo a las personas de en torno a 90 años que seguirán siendo vacunadas en los centros de salud y en sus domicilios.

A las 18.15, el dispositivo que trabajaba en el Recinto Ferial de Ibiza recibió la orden de parar los trabajos. Desde hoy, la vacunación se limitará a viales de Pfizer y Moderna a ancianos.

La consellera de Salud, Patricia Gómez, dijo ayer, después del Consejo Interterritorial en el que el Ministerio anunció la suspensión de la vacunación con AstraZeneca, que esta medida es «cautelar y temporal».

Pocos casos

Para tranquilizar a la población, Gómez recordó que en las últimas semanas, con 5 millones de dosis administradas en la UE, se habían descrito unos 30 casos de efectos adversos por dos tipos de trombosis, ligados ademas a un lote determinado. En las Pitiusas, se han inoculado 700 dosis del lote problemático.

La situación cambió cuando el pasado fin de semana se registraron seis casos de trombosis no previstas, uno de ellos en España, lo que ha motivado suspender la administración de la fórmula de Astrazeneca mientras se investigan.

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Gómez insistió en que los casos de reacciones adversas graves, mortales en ocasiones, son una parte muy pequeña de las vacunas de Astrazeneca administradas y aclaró que en Baleares, donde un tercio de las dosis administradas son de este fabricante, no se ha producido ninguno de estos episodios.

La temporada

«Todos los medicamentos tienen un riesgo, hasta una Aspirina», afirmó Gómez, quien admitió que a día de hoy es «una incógnita» en qué medida se retrasará el proceso de vacunación y qué ocurrirá con la segunda dosis de quienes han recibido ya la primera de AstraZeneca.

Al ser una suspensión sine die y desconocer el tiempo que conllevará la evaluación de los nuevos efectos detectados, Gómez admitió que era «una incógnita» el objetivo de llegar al 70 % de la población balear vacunada en verano. La semana pasada había admitido que «vamos justos». Ahora, más.

En Ibiza y poco después de hacerse la foto en el Recinto Ferial, la presidenta del Govern, Francina Armengol, deseó que pronto se puedan resolver los problemas que han llevado a suspender la aplicación de la vacuna de Astrazeneca en España y esperó que pronto se pueda iniciar la llegada y administración de las vacunas de Janssen y Johnson & Johnson, que sería «muy importante de cara a seguir el ritmo de vacunación masiva antes de verano».

Segunda dosis

Con la decisión, se abren los interrogantes. Las primeras vacunas de la compañía AstraZeneca llegaron a Baleares el pasado 10 de febrero.

Las segundas dosis deberían empezar a ponerse entre el 21 abril y el 5 de mayo pues, según el prospecto, deben pasar unas 10 o 12 semanas para el recordatorio. «Reino Unido pone una dosis aunque es mejor dos», tranquilizó la consellera. Los vacunados se darían por inmunizados.