El grupo de acción Salud e Higiene menstrual del Rotary Club hizo entrega de 50 copas menstruales a Cáritas.

La presidenta de Rotary Club Ibiza, Denise Klischan, se muestra especialmente orgullosa al contar cómo durante el confinamiento, el 7 de abril concretamente, un grupo de ‘rotarias’ aprovechó el momento más álgido de la conectividad virtual para reunir hasta un total de 240 mujeres de la organización de 33 nacionalidades diferentes y de todos los continentes.

A partir de aquí decidieron poner en marcha lo que en Rotary Club llaman ‘Rotary Action Group’ (grupos de expertos en un tema concreto), en este caso un equipo de acción enfocado en la salud y la higiene menstrual. Un año después, Rotary Club Internacional ha dado el visto bueno a esta iniciativa, todo un reconocimiento del que la presidenta de Rotary Ibiza se siente especialmente orgullosa al haber sido ella misma, como abogada, quien redactó la solicitud que ha sido aceptada. A partir de ahora se formará en asociación para poder operar en condición de persona jurídica y para que cualquiera se pueda afiliar, sin necesidad de pertenecer a Rotary Club.


Basura menstrual
Otro aspecto al que apunta Klischan es el medioambiental, contra las toneladas de «basura menstrual» que se vierten al planeta, «que contienen productos químicos, plásticos y además no son biodegradables». En este sentido, propone el uso de productos ecológicos como por ejemplo la copa menstrual.

En este sentido ya han llevado a cabo su primera acción en Ibiza, en colaboración con la marca de este tipo de productos Enna: 50 copas menstruales que Cáritas ha repartido junto a un tríptico informativo entre las usuarias que lo necesiten. Previamente se hizo un tutorial, junto a la ginecóloga Gema Rodríguez, sobre este producto a las siete voluntarias de Cáritas para evitar que el desconocimiento del producto suponga un impedimento a la hora de utilizarlo. Klischen subraya tres impactos positivos sobre el uso de las copas: el medioambiental, el económico (una copa vale unos 25 euros y tiene una duración de hasta 10 años) y el de la salud (alergias, inflamaciones e irritaciones provocados por los productos químicos que llevan).

La idea de enfocar este grupo a la salud e higiene menstrual surgió de compañeras de África y de la India que relacionaban la falta de higiene menstrual con la pobreza en algunos países. «Al tener el periodo, las niñas dejan de ir a clase, las mujeres dejan de trabajar, pierden sus empleos y el derecho a la educación por el simple hecho de la falta de productos higiénicos», explica Klischan. Un problema que se extiende en otros contienetes como en Sudamérica.

En este sentido, en cada región una rama del grupo aborda el tema desde la perspectiva más conveniente según la cultura y la sociedad de cada zona. Así, por ejemplo, en la India una de sus miembros da conferencias en los colegios sobre salud menstrual. Y es que el lema de este grupo de acción es Break the silence (rompe el silencio), en referencia a la falta de conocimiento sobre este tema. «La educación es una de las maneras de acabar con los tabúes», sentencia la presidenta de Rotary Club Ibiza.

Pobreza menstrual
Denisse Klischan pone sobre la mesa el término pobreza menstrual, que asegura que en Ibiza es un problema para muchas mujeres, tal como le han confirmado desde Cáritas. Habla de mujeres sin medios para comprar productos de higiene y que «solo disponen de dos pantalones, y entonces cuando menstrúan se esconden por vergüenza». En este sentido vuelve a poner en valor la importancia del uso de otros productos alternativos como la copa menstrual.