Un pastor de la isla acompaña al ganado en su finca. | Toni Planells

La Federació Pitiusa de Races Autòctones (Fepira) mostró ayer su preocupación ante la situación de caída libre en que se encuentra la ganadería tradicional de las islas, provocada por la falta de relevo generacional, la pérdida de explotaciones y los continuos ataques de perros que quedan impunes la mayoría de las veces. «Con la situación que estamos sufriendo no solo conseguiremos que se extinga una actividad, sino también las razas autóctonas de Ibiza y Formentera, que se encuentran desde hace años en una situación muy crítica», declaró, Xavier Prats, presidente de la federación.

Para Prats, es necesario que las administraciones se comprometan a proteger el sector aún más esta actividad. «La ganadería necesita de un tipo de protección especial, de planes creados exprofeso para su mantenimiento. En un momento en el que el producto local está cogiendo fuerza, como así se ha demostrado con la agricultura en estas islas, vemos que los ganaderos estamos cayendo en un pozo sin fondo y, más aún, si intentamos preservar nuestras razas autóctonas», añadió el presidente de la Fepira, que asegura que «desde la federación llevamos años trabajando para mantener parte del patrimonio natural y animal de la isla, pero cada día se nos pone más difícil. Tenemos un sentimiento quizás romántico de lo nuestro, creemos que nuestras razas autóctonas son de una gran calidad y trabajamos para que no se pierdan».

Para el responsable de la Fepira, los ataques de los perros a sus rebaños son uno de los problemas más importantes que padece el sector. «Cuando entran estos perros en nuestras fincas y atacan al rebaño, no solo perdemos los animales que matan, sino que el resto de animales son sometidos a un estrés que acaba por provocar otro tipo de pérdidas como abortos o bajos niveles reproductivos, entre otros. Los ganaderos de Ibiza y Formentera somos pequeños productores y la pérdida de un solo animal acaba por desestabilizarnos económicamente, aparte de los perjuicios que se producen en las manadas y en muchos de los animales que se han visto atacados por estos perros salvajes».

El año pasado algunos ganaderos de Ibiza viajaron a Galicia para traer a la isla mastines y ponerlos al frente del cuidado de los animales, defendiendo al rebaño y disuadiendo a los perros asilvestrados.

«Los grupos de perros abandonados se están convirtiendo en un grave problema que puede acabar por afectar, no solo a nuestros animales, sino a las personas. La ley que regula la tenencia de perros es muy clara, por lo que solicitamos su cumplimiento y una mayor vigilancia por parte de las autoridades», demanda.