La digitalización abarca archivos que van del siglo XV al siglo XVIII. También incorpora las cabeceras de los periódicos El Heraldo de Ibiza (1912-1913), un semanario editado en Ibiza con el subtítulo de ‘semanario independiente’ y que era muy demandado por los investigadores; y El Ibicenco (1876-1892). | Ayuntamiento de Ibiza

El Archivo Histórico de Ibiza y Formentera ha incorporado nuevas series documentales a los fondos digitalizados para que puedan ser consultadas por la ciudadanía mediante la página web del Ayuntamiento de Ibiza.

En total se han digitalizado 260 libros. Se trata de los ‘Libros de la Sal’ y los libros de ‘El Bosser y depositario’, de la antigua Universidad de Ibiza y Formentera, los últimos de esta serie que quedaban por digitalizar. Además, se han incorporado dos cabeceras periodísticas, El Heraldo de Ibiza y El Ibicenco.

Los ‘Libros de la sal’ son los libros a los cuales se anotaban todos los aspectos de la gestión de las Salinas de Ibiza y Formentera cuando eran responsabilidad de la Universidad, antes de que fueran expropiadas al pueblo de Ibiza después de la Guerra de Sucesión.
A través de ellos se puede investigar la gestión de la sal durante siglos, desde el XV a principios del XVIII. Con estas incorporaciones, la documentación más importante de la antigua UniversiTAT de Ibiza y Formentera ya está a disposición de los investigadores y además, protegida, puesto que no se tendrá que manipular para su consulta.

En concreto se han digitalizado 94 Libros del escribano de la sal; 5 de Astas de la Sal, del siglo XVI; 160 libros de Guardián de la Sal y un libro de Traients de la Sal.

También se ha puesto a disposición de la ciudadanía ‘El Bosser y depositario’ con una cronología que va del año 1.567 a 1.789. Estos libros pertenecían a la mano mayor de la institución, que era el encargado de cobrar diferentes derechos de la Universidad, entre los cuales destacaban el derecho del millarès y el derecho de la bolsa o el derecho nuevo. Era, por lo tanto, el administrador de los caudales de la Universidad y como tal hacía también la mayoría de los pagos, siempre a partir de las órdenes que recibía de los jurados. En las Ordinacions del 1.663 se establece que, al desaparecer el cargo de monedero, sus funciones sean asumidas por el Bosser.