En la concentración participaron una decena de personas unidas bajo dos pancartas. | Irene Arango

Una quincena de personas acudieron este sábado a la llamada de la ‘Coordinadora balear per la defensa de les pensions públiques’ en el Parque de la Paz de la ciudad de Ibiza.

Según explicó a Periódico de Ibiza y Formentera la portavoz de la coordinadora en las Pitiusas, Graciela Massiano, esta ha sido la primera movilización pensionista de la isla, ya que la que se celebró el 6 de marzo en Mallorca y Menorca no fue autorizada en Ibiza.

Bajo el lema de La pobreza mata. Pensiones públicas dignas. No a los planes de empresa, se congregaron representantes del Sindicato de inquilinas de Ibiza y Formentera, la asociación de trabajadores CGT y la plataforma que aglutina a todas las Kellys de Ibiza.

Todos unidos para reivindicar tres puntos fundamentales: «la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012 y de las reformas de pensiones de 2011 y 2013, el rechazo a la brecha de género que provoca que las mujeres al final de su vida laboral cobren casi un 40% menos que los hombres y su oposición a la última idea del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, de pagar hasta 12.000 euros por cada año que se retrase la jubilación».

Con respecto a esto último, Massiano aseguro que «producirá una división en los pensionistas ya que estarán de acuerdo los que más han cobrado durante toda su vida». Además, la portavoz de la coordinadora criticó que «no se ha tenido en cuenta que no es lo mismo haber trabajado durante muchos años sentado delante de un ordenador que alguien que ha tenido que desarrollar un trabajo más físico como, por ejemplo, una camarera de piso».

«No lo vamos a permitir»

Por todo ello, Graciela Massiano se mostró firme en sus convicciones. «Estamos convencidos de que lo que pedimos es lo correcto, y por eso y por mucho que intenten silenciarnos, vamos a ir a todos los pueblos de la isla a difundir nuestras ideas y a que la gente de Ibiza sepa que se están en juego tanto nuestro futuro como nuestras pensiones».

En este sentido, consideró que esta labor ha de incluir la idea de que «las pensiones no solo afectan a la gente mayor ya que si se alarga la edad de jubilación estamos cerrando el acceso al mercado laboral a los jóvenes, provocando que en muchos casos una persona de 30 años aún no haya tenido un trabajo serio en su vida».

Por último, aseguró que los jóvenes deberían de tener en cuenta sus reivindicaciones. «De imponerse las recomendaciones del Pacto de Toledo, abandonaríamos el sistema actual basado en el reparto solidario entre generaciones y comunidades, y si a esto le sumamos los recortes impuestos por las reformas de las pensiones de 2011 y 2013, el paro y la precariedad de las reformas laborales de 2010 y 2012, las generaciones próximas han de ser conscientes que están condenadas a un futuro incierto y a unas pensiones aún más míseras que las actuales».