Marisa en la puerta del restaurante Anduriña de Medica que regenta. | Toni Planells

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, planteó el lunes su intención de trasladar al Govern Balear las propuestas de las patronales de abrir hasta las 22 horas, ampliar el aforo de las terrazas y permitir el uso del 50% de los interiores. De esta manera, ayer mismo el Ejecutivo balear anunció su intención de se plantear esta semana en la mesa de negociación, antes del Consell de Govern extraordinario de este viernes, el aumento de los aforos de las terrazas de los bares y restaurantes al máximo permitido y también el horario, a cambio de mantener el cierre de los interiores.

En la calle, los negocios dedicados a la hostelería ‘de a pié’ reciben el anuncio con cierto alivio, pero no sin disimular también cierto recelo tras la sucesión de medidas que vienen soportando durante todo este tiempo de pandemia. «Nos han sacrificado a nosotros para salvar la temporada y los hoteles», declara Marisa, que regenta el restaurante Anduriña de Medica en la calle Aragón desde hace 25 años. Marisa agradece las ayudas que han venido recibiendo, no de las instituciones si no de los clientes que, pese al mal tiempo, siguen siendo fieles a su negocio. Sobre las propuestas del presidente del Consell de ampliar horarios y abrir interiores, opina que son insuficientes, «teniendo que cerrar a las 22h el cliente tiene que variar sus horarios de cena, necesitaríamos un margen mayor. Aún así nos conformaríamos».

En Sant Jordi, Manuel a los mandos del restaurante Tipik coincide en buena parte del discurso de su colega de la calle Aragón. Celebra la propuesta que Vicent Marí trasladará al Govern, «creo que estaría bien que pudiéramos avanzar en cuanto a horario y poder atender en interiores». Pero como la práctica totalidad de su sector, Manuel no oculta su frustración ante la realidad que está sufriendo. Subraya la desproporción de las medidas que han tenido que afrontar desde su sector, que considera que «no llegan a estar acorde con con la realidad». Tampoco entiende que las medidas estén enfocadas solamente a la supervivencia de la temporada, «¿es que los muertos de agosto no son tan importantes como los muertos de enero o febrero?. Nos arruinan a nosotros en invierno para salvar a un lobby determinado en verano, no es justo», sentencia el hostelero.

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Reclama que hay que conseguir un equilibrio justo entre el control de la pandemia y poder seguir trabajando. «La mayoría de hosteleros ‘pequeños’ nos encontramos con una deuda que jamás habríamos imaginado», lamenta, y continúa enumerando una larga lista de gastos fijos que tanto él como sus colegas han seguido afrontando sin apenas ayudas durante todo este tiempo: «Gastos de alquiler, liquidaciones de IRPF, la Seguridad Social de los trabajadores que tenemos en ERTE y que debemos seguir pagando, recibos de luz, toda una serie de gastos que suponen miles de euros cada mes y que generan una deuda que cada día llena más la mochila. Una mochila que, en el momento en el que se pueda volver a arrancar, va a repercutir en el servicio a los clientes, en el trabajo, en los salarios...». Sobre ayudas, se declara muy agradecido a la recibida por el Ajuntament de Sant Josep, que «aunque anecdótica e insuficiente, 1.500 euros, ha sido la única institución que nos ha dado una ayuda y que hemos recibido».

Marco es el encargado del restaurante El Deseo, en Jesús, y considera que «mucha gente celebraría que pudieramos abrir hasta las 22h», más que por el servicio de cena pone el foco en el de comida, por los clientes que salen de trabajar a las 16h, que «ya podrán venir a comer con tranquilidad después del trabajo». Considera que es una manera de ir relajando las restricciones y espera que se vayan relajando más a medida que mejoran las cifras hasta poder abrir «por lo menos hasta las 00h». Sus quejas hacia las restricciones van en gran medida dirigidas al comportamiento del público, «que me obliga a actuar muchas veces como policía», es más, considera que la falta de responsabilidad por parte de un buen número de personas ante las restricciones es la causante de que las cifras de la pandemia no lleguen a ser óptimas para una reapertura en condiciones.

Cas Serres

Antonia regenta el bar Kenene en el barrio de Cas Serres y también ve con buenos ojos la propuesta del presidente del Consell d’Eivissa. «Lo estamos deseando desde hace tiempo» asegura la dueña de este establecimiento. Se queja de que tras seguir a rajatabla todas las medidas impuestas, tras cerrar a las 17h «la gente sigue la fiesta en las casas, que son sitios cerrados y eso es peor, se contagian más». De esta manera Antonia espera con impaciencia la relajación de las medidas para poder servir esas cervezas que asegura que, en condiciones normales, empieza a servir a partir de las 18h.