Felip Cirer rinde homenaje a la historia de los ‘joanins’

Lo hacen en una extensa publicación editada bajo el título Sant Joan de Labritja. Un municipi d’Eivissa 1900-1936. Según explicó el propio Cirer a Periódico de Ibiza y Formentera se gestó durante el confinamiento para frenar los casos de contagios por coronavirus. «Tengo una vivienda en la zona de Sant Miquel, mi mujer es de Sant Llorenç y por otras muchas más cosas sentía que era el momento de recordar a todos esos ibicencos anónimos que ayudaron a mejorar esta isla sin que desgraciadamente aparecieran en ningún libro ni publicación especializada».

De hecho, todo surgió cuando cayó en las manos de este catedrático de instituto y profesor ya jubilado con numerosos premios en su trayectoria un padrón del municipio de 1936. «Fue una joya, algo fascinante, pero rápidamente me di cuenta que apenas aparecían algunas profesiones y únicamente 8 apellidos y que aquello podía ser el origen de una fantástica historia que nunca se había contado».

Dicho y hecho. Cirer, rápidamente se puso a ello y comenzó a documentarse profusamente. Se leyó una a una todas las actas del Ayuntamiento de Sant Joan desde 1900 a 1936, las de la Junta de Educación Elemental y los periódicos de la época para conseguir la mayor información posible. Además, una vez acabado el confinamiento, en el mes de julio del año pasado, empezó a hacer una investigación de campo hablando con vecinos y conocidos en busca de documentación y fotografías. «Ha sido un trabajo apasionante que me llevó unos seis meses y en el que estoy profundamente agradecido a toda la gente que me ha abierto las puertas de su casa y de su historia, prestándonos fotos, documentos o textos privados para que aparezcan en el libro y que, incluso, se prestaron voluntarios para donar dinero y que el libro finalmente pudiera ser publicado».

En varias partes
Finalmente, con toda la documentación Felip Cirer y Miquel Costa decidieron dividir todo el contenido que tenían en partes diferenciadas. «Teníamos muy claro desde el principio que queríamos hacer un relato de la vida cotidiana de un municipio muy pequeño y aislado de una isla como Ibiza, en un período de tiempo muy concreto y, sobre todo, con un enfoque en el que no se diera voz a los grandes personajes de la historia si no a la familia, al hogar, al día a día o los hechos que marcaron toda una generación y que aún hoy siguen muy vivos a pesar de que han pasado muchas décadas».

Así, la primera parte es un documentadísimo estudio de todas las elecciones celebradas en el municipio de Sant Joan entre 1900 y 1936. En él se pueden ver los resultados que se consiguieron en Sant Joan, Sant Miquel, Sant Llorenç y Sant Vicent de sa Cala y comparados con los obtenidos en otros lugares de la isla y con hechos cotidianos que ocurrieron en el municipio.

Después, el lector encontrará un estudio de los cuatro pueblos que conforman el municipio joaní. En él se hace especial hincapié en la historia de sus iglesias, la creación de las escuelas y los maestros que dieron clase y las calles y los medios de comunicación que por aquel entonces existían con el resto de la isla.

El tercer apartado es un estudio demográfico del municipio basado en el padrón municipl de habitantes de abril del año 1936 y en el que había fichado un total de 5.420 personas.
Finalmente, Sant Joan de Labritja. Un municipi d’Eivissa 1900-1936 se completa con una gran sorpresa en el interior de la contraportada. Se trata de un CD en el que hay volcada toda la información de cada persona que aparece en dicho padrón. Una joya que debería estar en los archivos puesto que gracias a una intensa labor de investigación «permite al lector conocer sus nombres y sus llinatges, su año de nacimiento, su oficio, la parroquia donde tenían su domicilio, el nombre de la casa, la venda donde estaba ubicada, el número de habitantes que vivían en cada casa y los años que tenían en 1936».