Alba Pau, Marisina Marí, Montse Gómez y Montse Guitet, ayer en la sede de la Plataforma Sociosanitaria. | Arguiñe Escandón

La organización altruista ibicenca Fundación Conciencia denunció este viernes la escasez de medios y profesionales para prestar atención a los menores de Ibiza y Formentera que han sufrido abusos sexuales, 15 de los cuales se encuentran actualmente en tratamiento, si bien se da por hecho que decenas de casos no han salido aún a la luz.

La presidenta de la ONG, Marisina Marí, acompañada por la psicóloga clínica y forense Montse Gómez, la neuropediatra Montse Guitet y la directiva de la entidad Alba Pau, expresó su malestar por la «grave carencia» de personal en la Unidad Terapéutica de Abuso Sexual Infantil (UTASI) -el equipo que depende del Servicio de Familia de la Dirección General de Infancia, Juventud y Familias de la Conselleria de Asuntos Sociales y Deportes del Govern balear-, que solo cuenta con cuatro psicólogos para atender a todas las islas Baleares.

«Tenían dos psicólogos hasta 2017, luego fueron tres y ahora se va a incorporar otro en los próximos meses, pero esto es totalmente insuficiente, y éste es el principal problema que tenemos ahora: necesitamos que la UTASI también funcione en Ibiza y Formentera, porque los profesionales que la forman lo están dando todo, pero la dotación es claramente insuficiente para todo el archipiélago, y por eso se arrastra una lista de espera muy grande para que los menores sean atendidos».

Marisina Marí instó al Govern a que adopte las medidas oportunas de forma que estos profesionales de la UTASI puedan desplazarse a las Pitiusas: «Tienen que venir a Ibiza y Formentera porque los niños de estas islas necesitan la misma atención que los de Mallorca y Menorca, donde sí se desplazan».

En este sentido, advirtió de que en este momento hay algunos casos que están esperando desde hace un año a ser tratados por esta unidad y que incluso disponen del informe en el que se recoge el testimonio de credibilidad donde queda acreditado que el menor ha sufrido abusos, una circunstancia que no se da en buena parte de los casos.

Por este motivo, Marí considera que, además de incrementar los medios de la UTASI, «es necesario cambiar los criterios para su intervención, ampliarlos». «Es una unidad bien pensada, pero sus criterios son tan restrictivos que al final no pueden acceder muchos niños al tratamiento, asegura. En otras comunidades nos consta que no funciona así. De hecho, tenemos el caso de una madre de Ibiza que estuvo un año esperando aquí, se fue a Castilla-La Mancha y a las tres semanas de llegar fue atendida, tenía tratamiento y no le pidieron nada, ni el informe de credibilidad del testimonio ni nada. Primero te ayudan y luego vendrá lo demás», puntualiza.

Como coinciden las colaboradoras de la entidad, «no entendemos que en Baleares sea necesario este testimonio para que los niños puedan ser atendidos, ya que muchos se quedarán por el camino sin tratamiento: nadie les ayudará».

La fundación reconoce que los organismos judiciales de Ibiza van desbordados pero están dando preferencia a estos casos, «si bien los niños no pueden esperar a que les atiendan; es el colectivo más vulnerable, y más aún si se trata de un niño abusado sexualmente».

«Estamos muy esperanzados en cuanto a la situación de apoyo que estamos recibiendo de instituciones, estamentos judiciales y todas las personas que están implicadas en los procesos de protección de menores, pero a la vez muy conscientes y preocupados por la absoluta falta de medios disponibles», reiteró Marí, que elogió el esfuerzo que está realizando la única psicóloga forense que hay en las Pitiusas para llevar a cabo las valoraciones psicológicas.

Esta profesional también se encarga de la evaluación de casos de mujeres maltratadas. «Es una situación insostenible. Llevamos tres años reclamando la necesidad de contar con más psicólogos forenses en el juzgado de Ibiza», añadió la presidenta de la ONG.

Cambio de criterios
La Fundación Conciencia cree «indispensable» la intervención de los profesionales desde el primer instante en el que se detecta un caso de abusos. «Hay que ampliar los criterios y cambiar alguno como lo de la credibilidad del testimonio, que no debería ser condición indispensable para que estos menores reciban tratamiento en UTASI», expresó la presidenta, que aseguró que «muchas veces es imposible conseguir este informe de credibilidad porque es un menor muy pequeño que no está capacitado para explicar determinados hechos o porque el niño ya no se encuentra bien y sufre estrés postraumático, pero quedan excluidos de la atención de esta unidad».

«Según Montse Gómez, el informe del médico forense puede ser una prueba tangible de que un menor ha sufrido un abuso, pero en cambio el juzgado no le pide a la psicóloga el informe de credibilidad del testimonio, por lo que la UTASI no admite el caso, y eso genera un vacío».

Fundación Conciencia estima que, además del tratamiento de un psicólogo, esta unidad del Govern debería contar con un equipo multidisciplinar de educadores y trabajadores sociales que ayuden en cada caso desde el primer momento en todos los niveles».

Marisina Marí subraya que el interés superior del menor está bien regulado en las leyes, «pero en la realidad no funciona como debería, ya que un delito se puede cerrar, pero en el caso de un abuso, a veces no se pueden encontrar las pruebas del maltrato».

La fundación considera que la situación actual con los niños que sufren abusos es semejante a la que tenían las mujeres maltratadas hace 20 años, «que no se visibiliza, que da vergüenza reconocerlo o porque creen que no tendrán ayuda, y esto es un problema de unas dimensiones enormes».