La fachada marítima desde la plaza de es Martell. | Marcelo Sastre

«Nosotros estamos ahora con otro dolor de cabeza que es el tema de la temporada». Para los comerciantes del puerto de Ibiza las prioridades han cambiado. El presidente de la asociación que los une, Joaquín Manuel Senén, respondía así a la información publicada este lunes en Periódico de Ibiza y Formentera sobre la licitación de la explotación de amarres de la dársena de Levante, que incluye el uso del edificio de es Martell para «aprovechamiento y puesta a disposición de terceros como locales comerciales».

Senén recordó que, en el año 2016, fueron los comerciantes de la zona los que reclamaron un control de los usos que se iba a dar a ese edificio. «En ese momento hablamos con el Ayuntamiento y le pedimos que no les dejaran hacer lo que se les antojara. El Ayuntamiento tomó nota y aprobaron en el Pleno una moción mediante la que se comprometían a no permitir usos de restauración, sino simplemente oficinas o negocios relacionados con la náutica».

Sin embargo, apunta que la preocupación ahora mismo es otra, y que están centrados en aspectos como son los horarios de apertura de la zona o las tasaas de ocupación de la vía pública, para las que indica que han solicitado tanto al Ayuntamiento como a la Autoridad Portuaria de Balears (APB) que aplique a los negocios una reducción igual al del año pasado frente a una temporada compleja.

Señaló que el hecho de que las principales preocupaciones sean ahora mismo otras no significa que no exista interés en lo que se pueda hacer a través de esta concesión. «A nosotros nos gustaría que se nos consultase respecto a lo que se va a hacer en es Martell», indicó. Si bien desde su punto de vista debería ser lo que se acordó en el seno del Pleno del Ayuntamiento de Ibiza.

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Lo que sí solicitó es que se mantengan los usos culturales y de ocio en la plaza «para dinamizar la zona».

Unidad de gestión

Senen aprovechó para reivindicar la unidad de gestión del puerto, dado que el hecho de que unas zonas estén administradas por la APB y otras por el Ayuntamiento supone problemas, sobre todo respecto a la imagen. «Da vergüenza ver que se riega la calle hasta una zona o que la jardinería de unos espacios tiene unos criterios y unos metros más allá otros».

Es por ello que solicitó la unificación de gestión de todas las zonas portuarias, algo que «se tendría que haber arreglado hace tiempo».