Acaba de asumir la presidencia de la Asociación Hotelera de Formentera y considera que hay que «escuchar a los socios, entender sus necesidades y luchar frente a quien corresponda para conseguir buenos resultados»

Juan Manuel Costa (Formentera, 9 de julio de 1973) es licenciado en administración y dirección de empresas en la especialidad de turismo y tiene un máster en gestión turística. Desde 1997 trabaja en la empresa familiar (Paya Hotels), que fundaron sus abuelos. El grupo no ha dejado de crecer con nuevos hoteles y apartamentos turísticos, el último de los cuáles ha sido el Five Flowers, el primer hotel decinco estrellas de Formentera. Preside la Cámara de Comercio, la Real Academia de Gastronomía de Ibiza y Formentera y acaba de asumir la presidencia de la Asociación Hotelera de Formentera.

?Cuéntenos un poco su trayectoria.
?Después de estudiar en Mallorca, volví a Formentera y me puse inmediatamente a trabajar en los apartamentos. La familia acababa de comprar los apartamentos Porto Salé, mi padre estaba en plena expansión, habían comprado también los Paya II. Empecé colaborando en los temas de facturación y gestión de personal. Poco a poco fuimos creando proyectos nuevos, como la construcción del Hotel Blanco, para acabar con la creación del Five Flowers, que es otro proyecto más ambicioso a nivel familiar y creo que también un referente para la isla de Formentera.

?Habla usted de finales de los años 90. Desde entonces y hasta antes de la pandemia, Formentera vivía su gran ?boom? turístico. ¿Cómo describiría usted estas dos últimas décadas?
?Nosotros veníamos prácticamente de un monopolio del mercado alemán que en aquel momento era el que dominaba Formentera. Previamente había sido el mercado francés, pero es realmente el mercado alemán el que marca la tendencia en la isla. Fueron ellos los que ayudaron a los pequeños empresarios a poder construir los primeros bloques de apartamentos. En aquel momento, los mayoristas adelantaban el dinero de varias temporadas, firmando contratos a largo plazo. Luego llegó el mercado italiano, que era totalmente diferente al alemán, ya que buscaba otro tipo de oferta complementaria, mejores servicios en los apartamentos y hoteles. En aquel momento, el aire acondicionado apenas existía en Formentera y fueron los touroperadores italianos los que asumieron la instalación masiva de aparatos de aire acondicionado. Aquella segunda etapa del turismo en Formentera fueron años muy buenos económicamente. El mercado italiano pagaba muy bien en comparación con el alemán, lo que provocó que poco a poco el mercado italiano se apoderara de Formentera. Y en la tercera etapa, el turismo español conoció la isla y se ha hecho con su hueco. De hecho, el año pasado fue el mercado español el que salvó la temporada, marcada por la pandemia. En un contexto en el que eran muy complicados los viajes internacionales, las conexiones marítimas con Denia y Mallorca permitieron que el turista español viniera de vacaciones. Creo que tenemos pendiente el mercado de los países nórdicos, que es muy bueno y que nos cuesta darnos a conocer. Empiezan a venir algunos, pero de momento es muy residual.

?El mazazo de 2020 nos hizo pasar de la ?saturación? de cada verano a salvar los muebles con dificultad, aunque mejor que otros destinos. ¿Cómo ve esta temporada 2021?
?Con mucha incertidumbre, pero lo que no debemos perder es el optimismo. Este mes de mayo, la planta hotelera de Formentera va quedar prácticamente toda abierta. De momento, en lo que llevamos de mes, está todo muy flojito, pero parece que el mes de junio empieza a notarse un cierto movimiento. De todos modos hemos de ser conscientes de que la mayoría de las reservas serán a última hora. Si nos acompaña el tiempo, las noticias y los planes de vacunación, no solo el español, también el italiano, podríamos llegar a tener una temporada correcta, teniendo en cuenta las circunstancias que estamos viviendo. Pero no podemos bajar la guardia, es una responsabilidad de todos. Este virus es impredecible y no permite el más mínimo despiste.

?Formentera se encuentra en un momento excepcional con respecto al virus. En este momento, los datos epidemiológicos son muy buenos y esto beneficia claramente a la isla como destino seguro. ¿Qué van a hacer los hoteleros para garantizar la seguridad de los viajeros?
?La incidencia es muy positiva. El año pasado ya lo fue y nos ayudó mucho a atraer visitantes, pero no nos engañemos: tendremos más casos. Pensemos que vendrán miles de personas diariamente a la isla y aparecerán más positivos. Lo importante es que los nuevos casos estén controlados, se detecten en el primer momento y se pueda hacer un buen seguimiento. Por lo que respecta a los hoteleros, una de las cosas que puse encima de la mesa en una reunión con el conseller balear de Turismo, Iago Negueruela, es que los empresarios tenemos que hacer de manera obligatoria y regular test de antígenos a nuestros trabajadores, especialmente a los que se vayan a incorporar viniendo de fuera. Y desde la Asociación Hotelera estamos contactando con empresas que puedan hacer pruebas PCR en Formentera y, de momento, ya hay una que tiene un local preparado para abrir consulta en la isla en la que hacer las pruebas y otra que va a desplazar una unidad móvil para hacer pruebas de antígenos. Es muy importante asegurarle al turista que somos un destino seguro, pero además debemos dar todas las facilidades. Si a un turista le obligan a hacerse una PCR para volver a su casa tiene que poder hacérsela en Formentera.

?¿Cómo valora usted el papel que está teniendo la política en la gestión de la pandemia con respecto al turismo? Me refiero a todos los niveles, en el ámbito local, regional y nacional.
?Cada administración tiene las competencias que tiene. A nivel estatal, se tomó la decisión ya hace bastante tiempo de decretar el estado de alarma hasta el 9 de mayo y eso era muy necesario. Hay que tomar decisiones y gestionar una pandemia no es fácil para nadie. La comunidad autónoma tiene la responsabilidad de decidir los horarios, los aforos y eso tampoco es fácil. Cada isla es diferente; los mercados que vienen a cada una de las islas también son diferentes y eso lo hace muy complicado. Todo es mejorable, pero sobre todo lo que veo que falta es comunicación. ¿Por qué se toman las decisiones y cuáles son los motivos? Eso no siempre se explica. Por ejemplo, en Formentera la gente no se explica por qué tienen que cerrar por la tarde los fines de semana y realmente tiene sentido cuando te lo explican bien. El problema es que no se ha explicado. Tampoco se entiende por qué Ibiza ha tenido más restricciones que Menorca, cuando sus datos son mejores. Tampoco se ha explicado bien. Por lo que respecta a la política local, el año pasado el Consell hizo un buen trabajo en el control de aforos, dejar ampliar las terrazas a los establecimientos que disponen de espacio para hacerlo y eso ayudó mucho. Lo que echamos en falta es que bajen las tasas que se han quedado iguales; es cierto que han aprobado una serie de reducciones, pero hay impuestos que se han quedado como estaban y eso no nos ayuda. Por lo demás, el entendimiento es muy bueno con la institución, pero no solo de la asociación hotelera, también con el resto de patronales, que siempre hemos ido de la mano.

?Por lo que respecta a las ayudas, hay también tres líneas, las locales, las del Govern y las de estado. ¿Cómo valoran el conjunto de ayudas?
?Parece que están llegando. Digo ?parece? porque todavía no han llegado las del Estado y todavía no sabemos cómo y cuándo. El nivel de ayudas hasta ahora ha sido ínfimo. El Consell de Formentera, en colaboración con el Govern, puso encima de la mesa una serie de ayudas, que como mínimo ayudaron de forma urgente al más necesitado. El grueso de las ayudas tiene que llegar ahora, el Consell nos ha dicho que está a punto de firmar el convenio con el Estado, después habrá que publicar las bases y veremos cuáles son y luego empezará el proceso. Van a tardar todavía unos meses, pero van a ser muy bienvenidas. Hay que reconocer que la cantidad económica tanto para Baleares como para Canarias nos beneficia bastante en comparación con el resto de comunidades autónomas.

?Asume usted la presidencia de la asociación hotelera en uno de los momentos más complicados. ¿Cómo le ha recibido el sector?
?Es una asociación de la que siempre he formado parte en su junta directiva y, por tanto, no me viene de nuevo. Tenemos la suerte de contar con una junta muy potente y dispuesta a trabajar por el bien del sector y nos conocemos desde hace años. También nos ayudan mucho los servicios jurídicos de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera de la que formamos parte. De lo que se trata es de escuchar a los socios, entender sus necesidades y luchar frente a quien corresponda para conseguir buenos resultados. La asociación ha sido siempre muy activa, con cursos de formación, ayuda directa, muy efectiva y resolutiva. Me siento muy arropado por los socios y Vicent Tur, el anterior presidente, ha hecho un trabajo formidable en sus ocho años al frente de la misma.

?Ibiza y Formentera son dos destinos totalmente diferentes, especialmente en este momento. ¿Cómo se llevan los destinos de Ibiza y Formentera?
?Las relaciones son excelentes y deben seguir siéndolo. Somos claramente dos destinos totalmente complementarios: Formentera necesita a Ibiza y claramente Ibiza necesita a Formentera, es algo innegable y lo tenemos que tener claro. De ese modo seguiremos siendo unas islas Pitiusas fantásticas. Es cierto que Ibiza está llevando peor la pandemia porque el virus ha paralizado la actividad del ocio nocturno, pero estoy seguro de que saldrá adelante, como el destino y la marca tan potente que es.