Las oficinas del SAI se encuentran en la Plataforma Sociosanitaria, en la calle Madrid de Vila. | Toni Planells

El Consell puso en marcha el pasado febrero el Servicio de Ateción Integral (SAI) al colectivo LGTBI+, que lo gestionan conjuntamente la asociación Chrysallis, que preside Carmen Alberto, junto a la técnica Inés Machado, la psicóloga Alicia Martín y con la ayuda de los servicios jurídicos del Consell.

El servicio, que está orientado a personas LGTBIQ+ y atiende cualquier tipo de casos relacionados con este colectivo, está activo los lunes por la tarde de 16:30 a 19:30 horas y los miércoles por la mañana de 9:30 a 13:30 horas en los locales de la Plataforma Sociosanitaria, en la calle Madrid, y 24 horas en el número de teléfono 644 968 328.

La consellera de Bienestar Social, Carolina Escandell, destaca la «demanda implícita que siempre ha habido en este sector» para la puesta en marcha de este servicio. Una iniciativa que nace desde la asamblea y la ley LGTBI+, que plantea una serie de situaciones y servicios necesarios, pero sobre todo «desde de las necesidades aportadas desde las asociaciones», apunta Escandell.

«Unas necesidades que emanan de lo que aportan las asociaciones, las que dan atención a familias y a personas del colectivo, más que las que están más dedicadas al activismo político», detalla la consellera. «Hablando con las asociaciones, en el marco de la asamblea LGTBI+, se ha visto que hay una serie de necesidades que no tienen respuesta. Sobre todo lo que hay es mucha falta de información», explica Escandell, que cita como ejemplo a Carmen Alberto, presidenta de Chrysallis: «Yo no sabía nada de todo esto hasta que me lo he encontrado, y he necesitado mucha ayuda».

La consellera pone el foco en la especial sensibilidad del Consell hacia los menores: «El colectivo más vulnerable, desprotegido, vulnerable y con menos recursos a la hora de defenderse», para el que la consellera recuerda que también hay programas desde el CEPCA que atienden a distintas situaciones, no solo de conductas adictivas, a través de distintos proyectos como el ‘Programa estima’ o de conductas sexuales.

De esta manera, a la hora de poner en marcha este servicio, la conselleria de Bienestar Social se puso en contacto con las asociaciónes Chrysallis y con La llave del Armario para detectar las necesidades más adecuadas para la isla de Ibiza. La primera carencia que se detectó, explica la consellera, «fue la falta de información jurídica, existe una serie de leyes que ofrecen cobertura al colectivo, así como protocolos de actuación», por lo que el Consell d’Eivissa ha puesto al servicio del SAI su cobertura jurídica.

La otra parte, la que se encarga del asesoramiento humano y psicológico, es la que gestiona desde su experiencia la asociación Chrysallys. «Hay un desconocimiento social del colectivo, solo se ve la parte más lúdica o activista, pero también está la parte más humana, que es la que nos preocupa en el Consell: «Una familia con una niña o un niño trans que no sabe lo que le pasa, un o una adolescente que al despertar su sexualidad no acaba de entender lo que le está pasando, por ejemplo», relata Escandell.

Los casos aumentan en el segundo mes de funcionamiento del servicio

Si durante el primer mes de actividad ya atendieron a ocho personas, tres de ellas por casos de odio, y el resto por identidad de género, en el último informe, del 29 de abril, las cifras de personas atendidas han aumentado hasta diez, todas ellas por temas relacionados con el tránsito. La identidad de género de las personas atendidas se reparte al 50% entre hombres y mujeres, y cuatro de las diez asistidas eran menores de edad, de nacionalidad española e italiana.

La vía de contacto de la mayoría de ellas, siete, que han requerido los servicios del SAI, ha sido la telefónica y tres se han acercado en personal local de la Plataforma Sociosanitaria en la calle Madrid. Seis de ellas han sido derivadas a Psicología, seis a otros recursos y dos de las diez han requerido ayuda por parte de los servicios jurídicos.

Algunos de los casos de odio que se han atendido desde el SAI estuvieron relacionados, por ejemplo, con las redes sociales, con violencia dentro de la pareja o con agresiones verbales por parte de vecinos homófobos de las víctimas. «Una persona gay que ha sido agredida verbalmente, una persona menor que está realizando un tránsito o una persona trans adulta con problemas» son algunos ejemplos que Inés Machado, técnica del SAI, pone a propósito de los casos que atienden desde este nuevo departamento del Consell.

Un servicio desde el que también se realizan formaciones, seis durante el pasado mes, tal como recuerdan la consellera y la técnica del SAI. Así, han diseñado el módulo de formación ‘diversidad afectivo-sexual en el trabajo’, que se imparte «en cualquier sitio que se nos solicite, ya sea personal de atención al público del Consell, centros de enseñanza secundaria donde hay menores relacionados con nuestro trabajo, en IB-Salud, Plataforma de atención a la mujer o más recientemente para la unidad de delitos de odio de la Policía Nacional», cuenta Machado.

Chrysallys

En la asociación Chrysallis, que lleva dos años instaurada en Ibiza, atienden y ayudan a familias de niñas y niños trans, aunque tal como explica su presidenta, Carmen Alberto, «si nos pide ayuda una persona adulta, tal como ya ha pasado, se la atiende igualmente: estoy disponible las 24 horas, de hecho soy quien tiene el teléfono de 24 horas» (644 968 328).

Su colaboración con el Consell deriva de una concesión, con una duración de un año que la consellera prevé mantener: «Que nadie tenga ninguna duda de que este proyecto, que se presentó en el Consell el pasado 2 de febrero, tiene continuidad. Este servicio ha venido para quedarse».