«Mosaic d’imatges», nueva exposición colectiva en Can Portmany

La primera de ellas es la fotógrafa Marisa Benito. Empezó a hacer fotografía pensando en un hobby para su jubilación en el 2011 y ya en el 2012 ganó un premio en el Concurso Internacional Memorial de Mª Luisa, y otros premios menores que la animaron a seguir realizando fotografías. Esta artista, enfermera de profesión y recién jubilada, lleva los genes de su padre, el famoso fotoperiodista Alfredo Benito, «quien le dio consejos de fotografía, aunque ella se ha decantado por la fotografía de naturaleza porque cree que cuando haces fotografías a personas siempre se quejan de lo mal que han quedado ya que salen con alguna expresión imperceptible para el ojo humano, pero que sí capta la cámara; y por ello, no se reconocen.

Hoy en día, las fotografías se corrigen con Photoshop, pero antes, los fotógrafos sabían disparar en el momento en que la expresión de la cara era la mejor; ¡Eran fotógrafos de verdad!», asegura Benito. Por ello, «yo hago naturaleza, que es más fotogénica y no se queja y necesita poco Photoshop», afirma la fotógrafa.

La segunda de las artistas, Marga Guasch, es restauradora de pintura y mueble antiguo, Historiadora del Arte (UNED), Máster en Conservación de Patrimonio Histórico (UPO, Sevilla), y pintora abstracta. «El conjunto de su obra pictórica está articulado en torno a tres características principales: una potente presencia material, influencia de la pintura matérica surgida a finales de los años 40 del siglo pasado, cuyo resultado es del proceso de investigación personal de la artista, gran intensidad del color, y dimensiones de gran y medio formato», explica la artista.

«En ocasiones, el resultado es de lienzos casi monocromáticos, con texturas erosionadas y agrietadas, que reflejan el fondo de mar Pitiuso en intensos colores, en los que utiliza pan de oro, plata o cobre, como reflejo de la luz del sol, materiales nobles utilizados tradicionalmente en mobiliario antiguo. En las demás ocasiones, son lienzos policromáticos cubiertos de intensos colores creando vibrantes armonías, siempre técnica mixta sobre lienzo». comenta Guasch.

A la tercera artista, Fina Escandell, desde muy pequeña le ha gustado dibujar y pintar. A partir de los 10 años, en el Instituto Santa María, tuvo la suerte de tener de profesor a Vicent Ferrer Guasch, «a quien debe agradecer que potenciara en gran medida su afición», señala esta artista. «Siempre le ha entusiasmado la pintura de los grandes impresionistas y, muy especialmente, la de Joaquín Sorolla. Y, para ella, han sido referentes Narcís Puget Viñas, Narcís Puget Riquer y Antoni Pomar. Este último, en la antigua Escuela de Artes y Oficios, le enseñó casi todo lo que sabe», explica Escandell.

Ha participado en numerosas exposiciones, en Ibiza y fuera de Ibiza, tanto de forma individual, como colectiva, la mayoría dentro de la Asociación AMAE, de la que es miembro desde el año 2014.

En esta exposición muestra obras al óleo sobre lienzo, en mediano y gran formato, de temática variada: baile payés, retrato y paisaje; «todas ellas con una interpretación muy personal, realista pero con tendencia impresionista», recalca la artista.

Por último, Begoña Gorrotxategi con 14 años recibe clases particulares de dibujo de Abel Capellán, famoso cartelista y compañero de taller de A. Ibarrola. En 1979, en Santander, inicia su andadura en la pintura al óleo, estudiando a divesos pintores y sus técnicas. En 1984 fija su residencia en Ibiza donde recibe clases de pastel. Su primer amigo pintor fue Mario Stafforini. Ha realizado exposiciones, la mayoría colectivas, en salas de toda la isla.

«En general, su estilo es ecléctico, la curiosidad la incita a seguir experimentando e investigando. Le impresiona e inspira la naturaleza en toda su potencia, la bravura de las tormentas y la mar». «Suele representar el agua en todas sus variantes: lluvia , marinas , tormentas…», señala Gorrotxategi.

En esta exposición «presenta varios cuadros al óleo sobre lienzo inspirados en las nubes», matiza la pintora.