El PMUS prevé el cambio de dirección del tráfico de la avenida de Santa Eulària, que tendrá un sentido único de salida de la ciudad. | Marcelo Sastre

El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Vila ya tiene la autorización de la conselleria de Medi Ambient. Tras recibir la Evaluación Ambiental favorable por parte de la Comisión de Medio Ambiente de las Islas Baleares (CMAIB), que únicamente ha planteado una pequeña modificación en materia de promoción de vehículos eléctricos, el Consistorio tiene previsto llevar el documento ante el Pleno para su aprobación inicial en el mes de junio.

El documento establece las directrices que marcarán el futuro en materia de movilidad del municipio, restando peso al uso del coche dentro de la ciudad y dando un mayor protagonismo al peatón.

«Estamos muy satisfechos con este paso después de años de trabajo y de consultas», valoró ayer el concejal de Movilidad, Aitor Morrás, que considera que la aprobación definitiva del PMUS podrá hacerse antes de que termine la legislatura, aunque los plazos dependerán de las alegaciones que se presenten. Confía en que no sean muchas, dado que el documento ya ha pasado por diversas fases de consulta pública, la última el año pasado.

Dentro de los aspectos que todavía quedan por cerrar está el informe favorable por parte del Consell d’Eivissa. Un informe que es vinculante en lo que respecta a la afección a carreteras y precisamente este es uno de los aspectos en los que no se da el visto bueno.

El PMUS prevé una reorganización del tráfico que implicará convertir Ignacio Wallis en una avenida de un único sentido de entrada, como lo es ahora la avenida España. También se transformará la avenida de Santa Eulària en una vía de sentido único de salida. Dos medidas que afectan a la circulación en la carretera E-10, de titularidad insular.

«Son modificaciones que han elaborado técnicos en movilidad, por lo que esperamos que el Consell facilite su puesta en marcha», pide Morrás.

Sin embargo, desde el Consell se plantean dudas a este cambio, por el posible impacto en el tráfico que podrían suponer. El Ayuntamiento informó de que ha modificado el texto con el objeto de «favorecer» la aprobación por parte del Consell.

Otras medidas
El plan de movilidad prevé también cambios en otros aspectos como son los aparcamientos, la movilidad peatonal, la movilidad en bicicleta, el transporte público y el fomento de la movilidad eléctrica.

En materia de aparcamientos se amplía a toda la ciudad el estacionamiento regulado para fomentar el uso de los aparcamientos disuasorios. El nuevo sistema se pondrá en marcha tras la nueva concesión del control de la zona azul, prevista para este año.
Respecto a la movilidad peatonal, el PMUS plantea la creación de itinerarios peatonales, que implicarán la ampliación de aceras en varios puntos de la ciudad.

En cuanto a la movilidad en bicicleta, se establece un entramado de carriles bici que conecten toda la ciudad y que, a su vez, estarían conectados con la red insular en la que trabaja el Consell.

También se cuenta con la colaboración con el Consell para el desarrollo de las medidas en materia de transporte público, que implicarán la ampliación de líneas urbanas, entre otras las que conectarán los aparcamientos disuasorios con el centro de la ciudad.

Un plan ya en marcha y abierto a modificaciones
El concejal de Movilidad, Aitor Morrás, recalcó que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible es un documento «vivo», abierto a adaptaciones y que ya se está implementando.

Actualmente están en proceso de licitación el proyecto de rutas escolares y la ampliación de aceras en varias calles de la ciudad, este último financiado por fondos europeos Edusi.

El proyecto de rutas escolares seguras, adjudicado a principios de mes a la empresa Hermanos Parrot SA por 99.787 euros, servirá para marcar rutas escolares para los alumnos de los colegios: Can Cantó, Can Misses y Sa Bodega desde Ses Figueretes y Ca n’Escandell. Las rutas número 6 y 7.

Por otra parte, la ampliación de aceras está prevista en las calles: Castilla, Cataluña, Aragón y Sant Cristòfol. El proyecto tiene como objetivo favorecer los desplazamientos a pie de la ciudadanía y disminuir el uso del vehículo privado al limitar el ancho de calzada disponible para el tráfico rodado y suprimiendo zonas de aparcamiento.