Turistas británicos en Sant Antoni, en una imagen de archivo. | Toni Planells

La decisión del Gobierno de Boris Johnson de mantener a todo el territorio español en el color ámbar del semáforo Covid hasta finales de junio ha caído como un jarro de agua fría, otro más, entre los empresarios y profesionales de la industria turística de Ibiza, un sector en el que los británicos aportan alrededor del 25% de los ingresos de media, aunque algunos establecimientos de la isla dependen aún más de este mercado emisor.

Las patronales y las agencias, así como las instituciones de las islas, tenían la esperanza de que el Ejecutivo de Londres incluiría esta semana a Baleares y Canarias en la lista de destinos turísticos con semáforo verde, lo que permitiría la libre circulación de visitantes. Sin embargo, el ámbar implica que los británicos que quieran viajar a Ibiza y Formentera deberán mantener una cuarentena de diez días al regresar a su país y someterse a una prueba PCR, una circunstancia que retrae casi absolutamente las reservas y la reanudación vigorosa del flujo de visitantes.

Tras esta nueva decepción, habrá que esperar hasta finales de junio para saber si Baleares y Canarias recuperan de una vez a su principal mercado emisor, una actualización que será anunciada por Downing Street a partir del día 21 de junio y que entraría en vigor, presumiblemente, el día 28, según diversas fuentes oficiales, lo que significa que el turismo británico se da por perdido en este mes de junio, y con ello se cancelan reservas que ya se habían efectuado recientemente para los próximos días, confiando precisamente en que a mediados de junio ya se habrían levantado las restricciones para viajar a las islas.

La notable mejoría de la situación epidemiológica experimentada en las últimas semanas en Ibiza y Formentera, así como en el conjunto de Baleares y Canarias, tampoco ha sido argumento de peso para el cambio de color en el semáforo Covid. El Gobierno británico ha dejado a toda España fuera de la lista verde de destinos por la, todavía, elevada incidencia del coronavirus, con una media de 120 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. Tampoco ha tenido en cuenta el elevado ritmo de vacunación en los últimos días.

Una noticia muy negativa»
Para el director insular de Turismo del Consell d’Eivissa, Juan Miguel Costa, esta decisión de Boris Johnson, «aunque nos la temíamos, no deja de ser una noticia muy negativa porque el británico sigue siendo el mercado emisor número uno para nosotros, y hay zonas en Ibiza que son completamente dependientes de este turismo».

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Costa considera que la ausencia de este mercado en junio afectará a la facturación de todos los negocios, «aunque no debemos olvidar que los otros mercados emisores van a un buen ritmo de reservas, sobre todo para julio y agosto, pero también con cierto dinamismo para junio». En su opinión, este anuncio, de haber sido positivo, «hubiera significado un fuerte impulso para la temporada: ahora tenemos que ser cautos y esperar a lo que digan en la próxima revisión que se haga dentro de 15 días, y a ver si es verdad que se confirma que van a poder venir a partir de finales de este mes de junio».

Por su parte, la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), Ana Gordillo, considera que las medidas del Ejecutivo de Londres constituyen «un varapalo y una muy mala noticia para todos, después del esfuerzo que estamos haciendo y de las buenas cifras de incidencia. Esta decisión política nos hace perder la esperanza en junio para este mercado y se retrasarán algunas aperturas, como veremos en los próximos días».

«Habrá que esperar a que nos pongan en verde y que no nos pase lo que le ha ocurrido a Portugal», subrayó, a la vez que pidió un esfuerzo colectivo para «tener una estabilidad todo el verano y ser muy conscientes de que nos la estamos jugando: cualquier paso mal dado puede ser retroceder diez pasos atrás».

«Lo mejor es que avanza la vacunación, pero es cierto que había muchas esperanzas en que Baleares pasaría al semáforo verde, así que habrá que intentar mantener estos datos positivos y no subir -añadió Gordillo-, porque si se disparan los contagios o hay un notable aumento y no conseguimos pasar a verde en la siguiente revisión, empezaremos muy mal y las consecuencias pueden ser catastróficas. Perder junio es una noticia muy mala para todos, pero no poder empezar julio en verde ya sería un desastre que prefiero ni pensar».

El vicepresidente de la Agrupación Hotelera de Sant Antoni, Juanjo Planells, lamentó igualmente la decisión del Reino Unido, «que va a perjudicar a toda la isla y especialmente a zonas como Sant Antoni, donde hay establecimientos con una fuerte dependencia de estos visitantes». «Es una pésima noticia y deja un vacío irrecuperable», expresó Planells, que vaticina que algunos negocios, con esta coyuntura, «no abrirán hasta el mes de julio, y hay que tener en cuenta que desde el día en que abres hasta que logras una buena ocupación pasará un tiempo, y eso lo vamos a notar en toda la isla». «Debemos confiar en que seguirá la vacunación masiva hasta que alcancemos la inmunidad colectiva y que en tres semanas pasaremos al semáforo verde», añadió: «Lo que de verdad hubiera sido una catástrofe es que nos hubiera pasado lo de Portugal, que ha pasado del verde al ámbar, y eso lo debemos evitar por todos los medios».