Imagen del caza F35 de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.

El piloto del caza americano que aterrizó de emergencia el lunes a las 23 horas es un héroe para el personal que trabaja en las pistas del aeropuerto de es Codolar. Y es que desde entonces no se ha separado del caza F35 del cuerpo de Marines, pasando las 24 horas del día debajo de una de las alas del aparato, que a modo de cobertizo le da cobijo de la lluvia y del sol, en función de la climatología cambiante de esta semana, a razón de 135 millones de dólares que es lo que costó la unidad que custodia.

El martes llegó un contingente en helicóptero desde el portaaviones en el que no pudo aterrizar el piloto. Éste fue provisto de una silla y una tumbona, donde pasa las noches durmiendo con un ojo abierto, además de víveres.

En ocasiones, el piloto cuenta las horas acompañado por parte del personal llegado en helicóptero.

Para ir a hacer sus necesidades, la Guardia Civil traslada uno a uno a los militares americanos y luego los devuelve a las inmediaciones del avión.

Los mecánicos y resto del personal se han alojado en el hotel Torre del Mar.