Vila trata de mantener un difícil equilibrio entre los intereses de las empresas hoteleras y las constructoras con un bando del pasado martes que pretende reducir las molestias al sector hotelero sin tener que detener las actividades de los constructores. De esta manera el bando obliga a retrasar el comienzo de los trabajos hasta las 10 horas de la mañana, de lunes a sábado, así como impide las ocupaciónes de la vía pública relacionadas con la ejecución de obras. Estas medidas afectan entre la avenida de sant Jordi, la avenida de la Paz, la avenida de Sant Joan de Llabritja, la calle Ferancesc Llaudes Pineda, el límite municipal.
Petición formal
Pero en esta delicada temporada en la que hoteleros, hosteleros y comerciantes de las zonas más turísticas tienen que lidiar con las medidas para luchar contra la pandemia y con las polémicas decisiones de Boris Johnson para sacar adelante el verano están viendo cómo la continuidad de las obras que se están realizando en estas zonas suponen un obstáculo más en el camino hacia la normalidad de sus negocios, aunque no comiencen antes de las 10 horas.
De esta manera toda una serie de hoteles y comercios, junto a la asociación de Empresarios de Platja d’en Bossa, presentaron una petición formal al Ayuntamiento de Vila para que paralice las obras que se están ejecutando en la zona de Es Viver y de Platja d’en Bossa. Concretamente se refieren a las que se están llevando a cabo en el solar ubicado en la calle Carlos Román Ferrer, en la avenida Pedro Matutes Noguera y en la calle Sa Punta, todas ellas muy cercanas a establecimientos hoteleros y en una zona evidentemente turística.
Uno de los hoteleros que está sufriendo las molestias que supone un vecino en obras describía ayer a Periódico de Ibiza lo que supone esta situación: «vibraciones, ruidos, barro, polvo, camiones entrando y saliendo, cortando el tráfico, etc. Por el momento tenemos disponibilidad y podemos ir moviendo a los clientes a habitaciones donde no lleguen las molestias, pero de viernes a domingo los hoteles están llenos y no podemos, de manera que deberemos negociarlo con los clientes».
Pero, tal como apunta el este empresaroi, las actividades de la construcción no solo suponen molestias a los hoteleros, sino que también otras empresas y comercios, como alquileres de vehículos, restaurantes o estancos, se ven afectadas por los inconvenientes provocados por la construcción.
2 comentarios
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Con la Hostelería cerrada podia tener un poco de lógica lo de no parar las obras, pero con la hostelería abierta no tiene ninguna y ademas hay trabajadores de hostelería que trabajan en invierno en las obras. Y el espectáculo que dan al turismo las obras y las molestias es de juzgado de guardia . Pero ya se sabe si tenemos políticos ineptos, medidas absurdas