Ignacio Casas, junto a su despacho del Consell d’Eivissa. | Marcelo Sastre

Ignacio Casas (Barcelona 1969) es experto en servicio público y gestión sanitaria, es Técnico de la Función Administrativa en el Área de Salud de las Illes Balears, Licenciado en Física por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster en Dirección y Administraciones de Empresas por ESADE. A este impresionante curriculum hay que añadirle que ha sido gerente del Área de Salud de Eivissa y Formentera, director de gestión, jefe del área económica y responsable de compras. Desde hace año y medio asume una de las direcciones insulares del Consell que menos predicamento ha tenido hasta el momento en los medios de comunicación pese a su importancia y al peso de las negociaciones que está llevando adelante con el Govern balear para los trapasos de las residencias y de Recursos Hídricos.

—Usted está encargado de la Dirección Insular de Desarrollo y Gestión Económico-Social y Recursos Humanos del Consell d’Eivissa. Esta es a día de hoy una de las áreas más desconocidas de la institución. ¿En qué consiste la labor que desarrolla?
—Se le quería dar un impulso a este área, y creo que lo más novedoso que hemos hecho más recientemente en el Consell ha sido implantar el plan del SOIB Reactiva, para impulsar la potenciación del empleo y facilitar a personas que están desocupadas que puedan integrarse en el mundo laboral. A parte de esto hay otras cuestiones transversales que también desarrollamos dentro de este área.

—Este programa de SOIB Reactiva ha sido algo más que necesario después de este último año que nos ha tocado vivir por la pandemia, especialmente en el ámbito laboral.
—Ha sido algo muy importante y han participado todas las entidades locales. Hay que reconocer que todas las administraciones públicas han trabajado muy bien para impulsar este proyecto.

—También dentro de su área, uno de los objetivos en esta legislatura era trabajar en la transferencia por parte del Govern balear de cosas tan importantes como las residencias de mayores. Lleva ya casi un año y medio en el cargo. ¿Qué se ha logrado en este tiempo?
—Hemos estado trabajando conjuntamente con el Govern balear. Hemos dividido estas tareas para evitar que cuestiones que no vienen al caso enturbien las negociaciones. Por el momento hemos cerrado una primera fase donde hemos dejado claro el alcance del trabajo. Hemos llegado a acuerdos con el Govern balear para decir exactamente qué es lo que vamos a transferir y dónde podemos tener problemas, y ahora estamos en una segunda fase donde estamos ya trabajando internamente en el desarrollo de esto. Es decir, una vez que tenemos el marco hemos ya de ir a los detalles.

—Al parecer el Govern hizo una primera oferta económica para dotar este traspaso, 13 millones de euros, que distaba mucho de ser la más adecuada para hacer frente a estas competencias.
—Yo entiendo que se trataba de un tanteo, por decir cifras se puede decir lo que sea. Por ejemplo, la Fundación para la Dependencia de las Baleares destina 30 millones de euros casi en exclusiva para la gestión de los centros que tiene en Ibiza. Entre una cifra y otra tiene que estar la realidad.

—¿Se han dado algún plazo para alcanzar un acuerdo definitivo?
—Hay un plazo que se marcó, pero yo creo que hay que trabajar sin plazos y lo importante es hacer las cosas bien hechas. Prisa no hay aunque, evidentemente, cuanto antes mejor. Las cosas se han de hacer correctamente y, en todo caso, la intención es que esté dentro de esta legislatura. De momento tenemos nuestras discusiones o nuestros debates internos con el Govern. Hay que tener en cuenta que no sólo se trata del traspaso de las competencias al Consell de las residencias de Can Blai, Sa Serra y es Raspallar. Hay servicios dentro de las residencias que no son propios del Consell, y también se tienen que decidir qué se hace. ¿Los asume el Consell aunque no sean del Consell? ¿Los va a llevar el Govern balear? ¿En qué modalidad? Es decir, hay muchos detalles por el camino. Lo más importante es que lleguemos a un modelo que realmente sea bueno no para el Govern ni para el Consell, sino para los usuarios y para los ciudadanos, claro. Cambiar por cambiar no sirve para nada. Hay que conseguir dar la mejor asistencia posible a todos los usuarios. Y que esto se note, es decir, si nos lo quedamos nosotros, que se note que hay una mejora. O si lo ha de seguir llevando el Govern, que sea para bien.

—A parte de llevar las negociaciones para el traspaso de competencias, también tiene conocimiento del día a día de las residencias. ¿Cómo se ha vivido este último año y medio dentro de estos centros?
—Nosotros tenemos el Hospital de Cas Serres, donde se ha aplicado el plan de contingencia. Desde aquí lo que hemos estado haciendo es ayudar y apoyar en todo momento. En el momento de crisis más aguda, creamos la Ayuda Solidaria, y desde aquí canalizábamos toda la ayuda que recibíamos de la sociedad y la íbamos repartiendo por los centros, desde el Hospital Residencia de Cas Serres hasta los servicios sociales de los ayuntamientos o Can Blai. Nosotros repartíamos la ayuda que recibíamos de cualquiera (del Govern y de voluntarios) y la íbamos repartiendo.

—Además del traspaso de las residencias, otro de los objetivos de su Dirección Insular es lograr que se traspase al Consell la gestión del ciclo del agua. ¿En qué punto se encuentra esto?
—En cuanto a la gestión del agua, en estos momentos tenemos en marcha el Plan Hidrológico, que acabará en el 2027. Empezó en 2015, se dividía en tres fases y en este momento estamos entrando en la tercera fase. En este punto hemos hecho nuestras alegaciones, y creemos que el modelo es hacer una demarcación hidrográfica para la isla de Ibiza. Los consumos de agua y la generación de agua en el archipiélago balear es muy diferente en cada isla. Cada una tiene sus peculiaridades y en el fondo esto ya está recogido en el Plan Hidrológico actual. Lo único es que han hecho una división por sectores. En vez de hablar de demarcaciones hidrográficas, que significaría individualizar cada isla, que es un modelo tipo Canarias, hemos inventado una especie intermedia que son sectores hidrográficos. Por ejemplo, Menorca tiene una diferencia muy importante en el tema del agua con Ibiza.

—Entonces el hecho de que se gestionen directamente las tres islas desde el Govern, ¿qué perjuicios tiene para Ibiza?
—Como cada isla es diferente, cada isla debería llevar la gestión del agua con sus peculiaridades. Hay cosas que se van a gestionar mucho mejor desde aquí porque conoces la realidad y la idiosincrasia de lo que está sucediendo y cuáles son las prioridades. En este sentido es mejor la gestión diferenciada.

—¿Cuáles son estas prioridades?
—En Ibiza hay un problema básico a solucionar, que es la salinidad: la salinidad de los acuíferos, la salinidad de la costa cercana, la salinidad del río, de la balsa que se hizo en Santa Eulària... La salinidad aquí es un tema importantísimo y es una medida de lo bien o lo mal que estamos gestionando el agua. Por ejemplo, en Menorca tienen problemas con residuos químicos generados por la ganadería. Aquí no lo tenemos. Es decir, hay una serie de diferencias importantes, y aquí nos tenemos que centrar en la salinidad. Incluso en las aguas de rechazo, las tuberías se estropean porque son muy salinas y se corrompen. Hay una problemática muy clara y se ha de actuar.

—¿Se ha hablado ya de cuál va a ser la figura jurídica que se va a adoptar para este traspaso?
—Ahora en la fase que estamos es que nos hemos hecho una composición de lugar y lo que tenemos que hacer es una hoja de ruta clara que deberíamos consensuar como mínimo a nivel social dentro de la isla, y a partir de ahí empezar a trabajar en este sentido.

—Otra de sus competencias es Recursos Humanos. ¿Está bien dotado de personal el Consell?
—Como en todos lados hay departamentos que están mejor dotados, otros peor... En este sentido, las circunstancias también influyen y esto hace que, puntualmente, unos departamentos necesiten más personal que otros. Sí que es cierto que la crisis social que ha habido y la voluntad de ayudar, ya sea vía subvenciones o vía prestaciones, ha generado cierta saturación en servicios administrativos. Las ganas de ayudar a veces provoca, como en Bienestar Social, que no dimensiones bien lo que significa esta ayuda después. Y a veces te sorprende la necesidad que hay. Esta crisis que hemos tenido con la pandemia ha desbordado un poco la previsión. Pero nosotros estamos para eso, para ayudar, y estamos intentándolo, haciendo líneas de ayudas, subvenciones y todo lo que sea necesario.

—Otro aspecto importante dentro de los Recursos Humanos es la formación del personal.
—En este último año y medio hemos potenciado la formación. Ahora hemos hecho un curso del Instituto Nacional de Administraciones Públicas (INAP), que hacía tiempo que el Consell no organizaba ninguno en Ibiza. El curso versaba sobre subvenciones y contrataciones, y se hablaba de los fondos europeos, de estos famosos Next Generation y de la importancia de que seamos capaces las administraciones de tramitarlos lo más ágilmente posible. La cultura europea es más de eficacia y eficiencia en la aplicación de las cosas. Aquí a veces nos perdemos en el procedimiento. El Consell está en facilitar la administración electrónica