Distintos negocios relacionados con el turismo del barrio de Vila aguardan la apertura de más hoteles para poder tener una temporada lo más normal posible | Toni Planells

Los comercios y negocios relacionados con el turismo en el barrio de Figueretes esperan que la temporada comience a remontar el vuelo y que los hoteles de su zona empiecen a abrir para que sus negocios puedan retornar a cierta normalidad.

Rent a car
Edgard Báez regenta el rent a car Personal Cars desde hace seis años. Su clientela siempre ha emanado de los tres hoteles que se encuentran en las cercanías de su local en la calle Galicia, el Lei, el Central Playa y el Sun Coast. Al acabar de atender a dos clientas italianas que han alquilado una moto scooter, Báez, que abrió a finales del pasado mayo, habla de que el perfil de clientes que suele atender es un público enfocado en las discotecas. De esta manera su traget de cliente anda desaparecido desde 20219.

En 2020 apenas trabajó tres meses, «y no llegamos ni a un 50% del rendimiento que solía tener antes de la llegada de la pandemia», asegura Edgar.

Sus quejas van dirigidas a la gestión de las ayudas, que explica que le son de muy difícil acceso al no cumplir con los requisitos al no tener su negocio abierto por lo menos seis meses al año. «Ni siquiera en un año normal llegamos a completar los seis meses de trabajo: Dependemos de los hoteles. Si los hoteles no hacen los seis meses, nosotros tampoco. Es absurdo tener abierto si los hoteles están cerrados», justifica Báez.

El empresario asegura que ha tenido que vender parte de su flota para poder cubrir los gastos que le ha supuesto atravesar la pandemia, no acaba de mostrarse optimista ante esta temporada, «arranca pero muy poco a poco, a medio gas». Apunta a que las cadenas hoteleras de los hoteles de esta zona llevan a sus clientes allí como última opción, «cuando los otros hoteles de la zona ya están llenos. Estos son los últimos en abrir y los primeros en cerrar», asegura.

Hostelería
El Culture Café, es un formato de cafetería y restaurante enfocado al público turista. Su responsable, Massimo de Febo, lleva dos meses empujando su negocio con la esperanza de que finalmente acabe arrancando esta temporada. «Parece que la temporada está arrancando», asegura, y tiene claro quién es el aliado fundamental para ello: «la Eurocopa no ha ayudado muchísimo, ha sido nuestro trampolín. Acaba el día 11 de julio y se espera que para entonces tengamos más turistas». Asegura que ha pasado una época difícil con la pandemia, pero se confiesa optimista, «espero que este sea el invierno más corto de la historia: Que empiece casi en navidades y que acabe en marzo del año que viene». Sobre la falta de turismo inglés echa la mirada a otro emisor turístico, «Holanda nos ha salvado la vida», asegura para continuar diciendo que «echamos de menos al turismo, venga del lugar del mundo que venga». Comparte con su vecino Edgard el echar en falta la apertura de algunos de los hoteles vecinos, y agradece al único de la zona que se ha aventurado a abrir. La falta de ayudas con las que ha podido contar, y la dureza económica de este último año es otro elemento común con su vecino del rent a car.

Souvenir
Frente al hotel Ibiza Playa se encuentra otro de los negocios turísticos más tradicionales: El souvenir. Se trata concretamente de Souvenirs Estrella dónde Irene Pacheco lleva 25 años tras el mostrador. Abrió a primeros de este mes de junio tras haberlo intentado durante unos días el pasado abril, y reconoce que ahora sí «se está notando algo más de movimiento». La clientela principalmente holandesa de los Apartamentos Mar y Playa y del hotel Ibiza Playa es la que viene entrando a su tienda durante los últimos años, aún así reconoce echar de menos al cliente británico que «no vienen mucho por esta zona, pero a veces se escapa alguno, y un euro de uno y otro euro de otro ya son dos», explica con un buen humor y una carcajada que no abandona en ningún momento.

Sobre su optimismo ante esta temporada no deja lugar a dudas: «Yo soy siempre muy optimista en todo, hay que echarle un par de ovarios a todo», ríe a carcajadas antes de desear que «esta temporada llegue por lo menos hasta noviembre».

Hotel
Uno de los propietarios de uno de los hoteles que le sirven como emisores de clientes a Irene es Pepe Verdera. Abrió sus están funcionando medianamente bien, «a un 65% de ocupación más o menos», no muestra un optimismo radiante precisamente: «No creo que podamos volver a la normalidad de antes por lo menos hasta el año que viene». «Cualquier noticia de incidencia (del virus) al alza es perjudicial para nosotros y esto es muy volátil» explica para justificar su escepticismo frente a esta temporada turística y el temor ante nuevos rebrotes. Por eso reconoce cierto nerviosismo ante la apertura del ocio nocturno, «la gente joven, de 18 a 30 años, es la que menos vacunada está y es la que va a las discotecas. No las demonizo ni mucho menos, de hecho tengo una, pero reconozco que me da miedo». Verdera, se reconoce «gratamente sorprendido» al analizar que «durante esta crisis Ibiza ha demostrado que su potencial turístico no es solo el vinculado a las discotecas. Está viniendo mucha gente que disfruta de las playas, del paisaje y, quién sabe, tal vez hasta de los museos», pese a reconocer el valor que supone ser y seguir siendo «la referencia mundial en cuanto a ocio nocturno».