Este es el panorama que se encontraron los que quisieron acercarse hasta las tres playas urbanas que hay dentro del municio de Vila, Ses Figueretes, Talamanca y Platja d’en Bossa. | Marcelo Sastre

Después de un año 2020 marcado por el coronavirus ayer volvieron las celebraciones a Ibiza por la Nit de Sant Joan. Sin embargo, lo hicieron a medio gas ya que los ayuntamiento de la isla decidieron cerrar sus playas a distintas horas para evitar aglomeraciones y los botellones que siempre habían surgido en torno a las hogueras.

Así, en Vila el ayuntamiento impidió el acceso a las tres playas del municipio, Talamanca, Ses Figueretes y Playa d’en Bossa, desde las 19.00 horas a las 07.00 horas de hoy. En el dispositivo puesto en marcha para la ocasión participó la Policía Local y Protección Civil, en colaboración con agentes de la Policía Nacional.

En Sant Antoni, el consistorio también organizó un dispositivo especial, en este caso coordinado entre Policía Local y voluntarios de Protección Civil junto a la Guardia Civil. El cierre llegó más tarde, a las 22.00 horas y se adelantó una hora, las 06.00 horas de hoy.

Este mismo horario fue el elegido por el Ayuntamiento de Sant Josep, mientras que Santa Eulària contó en su dispositivo con voluntarios de Protección Civil para informar a los usuarios que se acercaron a las playas fuera del horario permitido y con patrullas de la Policía Local para las revisiones de playas urbanas, informar y sancionar si fuera el caso.

Además, en su caso el Consistorio que preside Carmen Ferrer llegó a un acuerdo con la Guardia Civil para fueron sus agentes los que controlaran las playas no urbanas.
Nit de Sant Joan del IEE

Así las cosas, para muchos ibicencos el principal foco de atención de la noche estuvo en el aparcamiento del Ayuntamiento de Sant Josep, lugar escogido para la celebración de la Festa de la Nit de Sant Joan del Institut d’Estudis Eivissencs tras un año de parón.

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La fiesta fue muy especial ya que se cumplía medio siglo de la primera edición, también en Sant Josep, pero en aquella ocasión para premiar a un grupo de estudiantes de la escuela del pueblo que junto a su profesor Pere Planells i Mari fueron recogiendo durante meses canciones tradicionales ibicencas para ir publicándolas de forma regular en Diario de Ibiza.

Cincuenta años después, el público disfrutó con una demostración de ball pagès a cargo del Grup Folklòric Sant Josep de sa Talaia, los conciertos del formenterense Miquel Tur Torres – ganador del Concurs Canció de Sant Joan 2020 – y de la banda ibicenca de rock Arma sonora. Tampoco faltaron el tradicional encendido de la hoguera con la Colla de Demonis, Es Mals Espirits y es Esperitrons y por supuesto el manifiesto, que se lleva leyendo en cada fiesta de Sant Joan del instituto desde 1973.

«Aún mucho por hacer»
En esta ocasión, como no podía ser de otra manera con motivo de una celebración tan importante en el manifiesto se recordó aquella primera noche de la Nit de Sant Joan en un patio cedido por la familia Marí Tur en la plaza de pueblo junto a la esquina de la carretera de Es Cubells. Fue, según sus palabras, «la primera manifestación pública del renacido Institut d’Estudis Eivissenc después de que un grupo de jóvenes decidiera recuperarlo con fuerza tras su fundación en 1949».

También hubo palabras para los estudiantes de Sant Josep que recibieron aquel primer premio «en una época donde nuestras fiestas populares iban a menos y la lengua aún estaba prohibida para los usos públicos».

Medio siglo después, el Institut d’Estudis Eivissencs aseguró en su manifiesto que sigue «con la misma voluntad de movilizar» la cultura, fortalecer la lengua y hacer respetar el medio ambiente de las Pitiusas. Asimismo aseguraron que «gracias al trabajo de tanta gente que ayudó hoy tenemos una isla un poco mejor de lo que sería sin la institución».

Sin embargo, también aseguraron que «aún queda mucho trabajo por hacer» ya que, según se pudo escuchar ayer por la noche en Sant Josep «se sufren cada día desprecios a la lengua y a la cultura que parecen no acabarse nunca, se construyen nuevos hoteles y grandes mansiones hoy ya innecesarios y que comen más y más territorio natural mientras el medio ambiente de nuestra isla se degrada por falta de planificación y cordura ecológica».