La promotora Ibiza Underground Movement, organizadora de la fiesta de la casa de Can Tomàs, había colgado los vídeos de este evento en su perfil de Instagram. Sin embargo, al difundirlos este periódico, los eliminó, algo que no hizo el Dj del evento, Jamie Roy.

El Ayuntamiento de Sant Antoni no había recibido, a día de ayer, ninguna petición por parte de ningún organismo de Salud Pública del Govern balear para tratar de identificar a los asistentes a la fiesta ilegal multitudinaria que se celebró el pasado fin de semana en una casa de Can Tomàs y en la que, como mínimo, se detectó a una persona contagiada con coronavirus.

Rastrear a los contactos estrechos de las personas infectadas con coronavirus viene siendo, hasta la fecha, la única forma conocida para atajar los brotes de esta enfermedad, que se ha convertido en la primera pandemia del siglo XXI. Sin embargo, según ha podido saber el Periódico de Ibiza y Formentera, desde los distintos departamentos que engloban la Conselleria de Salud del Govern balear nadie se ha interesado por conocer la identidad de los asistentes a la macrofiesta y, de esta manera, tratar de frenar el posible foco de contagio de la enfermedad. De hecho, la única respuesta que recibió este rotativo por parte de este departamento es que «los controles de fiestas no dependen de Salud».

Asistentes filiados
Hay que destacar que los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil que acudieron a la casa para poner freno al evento, ocho en total, pudieron tomar los datos de algunos de los asistentes, aunque no muchos, ya que tuvieron que centrarse en identificar a los promotores y tratar de atender en primera instancia a los usuarios que estaban bajo evidentes síntomas de haber consumido alguna droga.

Fuentes del Área de Salud de Ibiza y Formentera reconocieron que los rastreadores estaban trabajando en localizar a los contactos estrechos de la joven italiana contagiada, aunque confirmaron la dificultad que conlleva este caso ya que se basan en la declaración realizada por la propia paciente, por lo que poder hacer un rastreo lo más completo posible depende de su voluntad de colaborar. Asimismo, y al tratarse de una fiesta en la que había alrededor de 300 personas, sería difícil que pudiera identificar a muchos contactos.

Sólo hay que ver las imágenes de la fiesta celebrada en la casa de Can Tomàs en www.periodicodeibiza.es para comprobar cómo los asistentes, todos ellos sin mascarilla, se apretujaban alrededor de la mesa de mezclas del Dj Jamie Roy, sin ningún tipo de distancia entre ellos, en un entorno cerrado y, por lo que se aprecia en las imágenes, sin ningún tipo de ventilación. El Dj, en su página oficial de la red social Facebook, tiene colgado el vídeo de su actuación en esa fiesta y en otras realizadas tanto en el mes de julio como en junio.

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En cuanto al estado de la joven italiana que dio positivo en covid, desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera confirmaron que ya tenía el alta hospitalaria, y que se trataba como cualquier caso domiciliario, aunque en este caso en el hotel puente.

En cuanto a la fiesta, según ha podido saber este periódico, estaba dividida en dos ambientes, uno interior y otro exterior. En el interior es donde más gente se congregaba ya que contaba con la cabina del Dj, lo que era un reclamo para los asistentes.

El desalojo por parte de la Policía Local y de la Guardia Civil empezó a la 01.30 horas y, pese a lo multitudinario de la fiesta, se desarrolló sin ningún incidente. La mayoría de los asistentes eran de origen británico y el precio de la entrada, según confirmaron algunos de los asistentes, era de 100 euros.

Cambio normativo
Por su parte el gerente de Ocio de Ibiza, José Luis Benítez, aseguró que estas fiestas «se están convirtiendo en algo muy atractivo para los clientes, que están dispuestos a pagar 100 o 150 euros por entrar,y eso es algo muy preocupante». Asimismo, indicó que las empresas que componen el ocio reglado de la isla «nos deberíamos plantear el no contratar a gente que haga este tipo de eventos». Y es que, según explicó, tanto los Djs como los camareros y demás servicios que participan en estas fiestas ilegales reciben un dinero por el que no van a tributar, lo que «hace muy atractivo para ellos participar estas fiestas».

Desde Ocio de Ibiza volvieron a pedir a la administración que «haga un cambio normativo para que la policía, que ya hace mucho trabajo y muy bueno, tenga las herramientas para poder entrar en estas viviendas cuando realmente se ve lo que están haciendo», concluyó Benítez.