Turistas llegando al aeropuerto de Ibiza esta semana. | Daniel Espinosa

Cadenas hoteleras como Palladium Hotel Group, Sirenis Hotels & Resorts o Azuline Hotels están asistiendo en los últimos días a un inesperado descenso en las reservas para los próximos días, según confirmaron ayer estas empresas y la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF).

A pesar de que hace apenas tres semanas el ritmo de contratación alcanzó un esperanzador crecimiento de casi todos los mercados emisores, el aumento de los contagios en Baleares y en los propios países de la Unión Europea ha retraído las reservas, un nuevo bajón que viene a confirmar la tónica de una temporada de ‘montaña rusa’, con repentinas subidas y bajadas de las reservas, casi automáticas, en función de las decisiones de los gobiernos europeos. Cada pronunciamiento de Londres, Berlín o Ámsterdam repercute automáticamente, para bien o para mal, en las reservas hoteleras en Ibiza y Formentera, como constata la patronal hotelera.

Este vaivén de reservas y cancelaciones mantiene en vilo a los empresarios de la industria turística pitiusa, a pesar de que aún confían en que la temporada podrá prolongarse hasta noviembre. Ayer mismo, la decisión del Gobierno británico de adelantar la actualización del semáforo sanitario de los destinos turísticos internacionales para antes de este próximo sábado generó más inquietud si cabe en el sector, que observa con preocupación el crecimiento de los datos de incidencia de la pandemia en las islas.

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En estos momentos, Londres tiene catalogada a Balears como zona ámbar, que exige doble vacunación a los británicos para evitar una cuarentena de diez días al regresar a su país. El temor del sector turístico es que las islas pasen al nivel ámbar plus, lo cual obligaría a pasar cuarentena a su regreso pese a estar vacunados.

Las noticias de Downing Street acrecientan la incertidumbre sobre el desarrollo de la temporada, teniendo en cuenta que el británico es el principal mercado de Ibiza. Esta circunstancia, sin embargo, apenas afecta a Formentera, cuya planta hotelera se encuentra casi completa por visitantes de otras nacionalidades, principalmente españoles e italianos.
La noticia positiva del día, por contra, llega de los Países Bajos, que, una semana después, ya no desaconseja viajar a España, incluido Balears, tras pasar ayer a nuestro país del código naranja al amarillo. Eso sí, al regresar a su país, los viajeros mayores de 12 años deberán mostrar un certificado de vacunación, haber pasado la infección, una PCR negativa hecha 72 horas antes o un test de antígenos realizado 48 horas antes.

En el caso de Alemania, ayer entró en vigor la cuarentena obligatoria para los viajeros que lleguen de España o Países Bajos y que no estén vacunados. La decisión de Berlín se debe al aumento significativo de nuevas infecciones en ambos países. Según la asociación alemana de viajes DRV, 200.000 turistas germanos se encuentran de vacaciones en España con paquetes turísticos, de los cuales el 60% están en las Islas Baleares, el 30% en Canbarias y el resto en distintos puntos de la península.