Emma Gracia muestra un prospecto de muestra sobre el uso del autotest. | Marcelo Sastre

La demanda de test de antígenos ha desbordado a las farmacias en la primera semana de venta sin receta médica. Desde que el pasado jueves se autorizase en Baleares la venta de test de antígenos para el autodiagnóstico, la mayoría de farmacias vieron como se agotaba su stock en pocos días y algunas están pendientes todavía del reabastecimiento, dado que los laboratorios también están desbordados con el nivel de demanda de las farmacias. Cabe señalar que estos test no tienen valor oficial y no sirven como justificante para viajar a otros países u otros trámites.

En la farmacia M. Marí Tur, en la avenida Ignacio Wallis, ayer estaban todavía a la espera de la llegada de nuevos suministros. María Torres calcula que cada día reciben en torno a un centenar de solicitudes de test. «No esperábamos que hubiera tanta demanda porque no sirven para acreditar un resultado negativo en covid. Pero parece que la gente los compra por responsabilidad personal».

También explicaron en la farmacia Laura Beltrán, en la avenida Isidoro Macabich, que les sorprendió cuando el pasado jueves se formó una cola antes de abrir para adquirir estos test. En su caso recibieron ayer una nueva remesa de 200 test de los que a las 14:00 horas ya habían vendido más de medio centenar.

Emma Gracia, explicó que la semana pasada hubo cierta confusión entre la clientela, porque el gobierno anunció el martes la venta de test en farmacia sin receta, pero en Baleares la autorización entró en vigor el jueves. «La gente venía preguntando, pero hasta el jueves sólo podíamos venderlos con receta médica», detalló.

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Desde el jueves pasado explica que ha habido una afluencia constante de gente solicitando test. «Cuando se dio luz verde no pensábamos en una demanda tan exagerada», indicó, que hizo que la semana pasada se agotara el total que tenían.

Las cajas que llegan son de un centenar de test y Gracia explica que hay clientes que se llevan cinco o incluso una decena, dado que «vienen a por test para toda la familia o para los empleados de alguna empresa».

A cada cliente se le explica el funcionamiento y se le entrega un impreso del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares con una serie de recomendaciones sobre su uso, los pasos a seguir en caso de obtener un resultado positivo y la advertencia sobre el grado de fiabilidad, inferior al de una prueba PCR.

En la farmacia Juan Antonio Marí, en calle Aníbal, ayer sólo quedaba un test y estaban a la espera de nuevo suministro. Allí el primer día «arrasaron» con ellos. Fani Juan explicó que la clientela es tanto ibicenca como extranjera. A pesar de que informan de que no son válidos para acreditar el resultado negativo, indica que la clientela extranjera que los pide es considerable.