Tres embarcaciones comerciales se dirigen a la salida del puerto de Ibiza. | Marcelo Sastre

Quedan cinco minutos para las 12:30 del 28 de julio y cuatro ferris se preparan en el puerto de Ibiza para su salida hacia Formentera. «¡Formentera tickets!», grita una de las empleadas de Aquabus para atraer a algún cliente de última hora. No llegará ninguno más. Las embarcaciones salen más vacías de lo que sería habitual en julio de 2019 y años anteriores, pero es hora punta y las cuatro compañías se preparan para zarpar y cruzar es Freus.

Desde el pasado miércoles la Autoridad Portuaria de Balears (APB) estableció nuevos criterios en los puertos de Ibiza y la Savina para el atraque de los buques comerciales, en los que se prohibe que se realicen simultaneamente maniobras de entrada y salida. Unos condicionantes que, según la nota oficial, tienen «el objetivo de garantizar la seguridad de estas operaciones», pero, además, existe una intención, según la propia APB, de «espaciar en el tiempo las maniobras y que los buques se mantengan más tiempo en el puerto entre la llegada y la salida», de forma que se produzca una reducción en el número de trayectos entre las Pitiusas.


«No va a haber ninguna variación considerable en las operativas», asegura el delegado de la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Náuticas (Apeam) en Ibiza, Rafael Cardona, por lo que considera que no variarán los horarios. En cuanto a las directrices dadas, explicó que «a los capitanes se les ha recordado la obligación que tienen, como profesionales, de comunicar con antelación la intención de la maniobra», explicó».


Por otra parte indicó que, dado que el puerto de Ibiza y el de Formentera son de pequeñas dimensiones, es difícil que dos ferris realicen al mismo tiempo la maniobra de salida o de llegada, por lo que antes de que se pusiera en marcha la orden no era algo habitual.
A las 12:28 los marineros del buque de la compañía FRS termina n de recoger la pasarela. Arrancan motores e inician la maniobra para zarpar. Se separa de la zona de atraque y desplaza la proa hasta ponerla en dirección al espigón. Cuando casi ha completado el viraje de 90 grados es el buque de Trasmapi el que se separa del puerto y, marcha atrás, se sitúa tras la estela de la embarcación de FRS. El Aquabús arranca motores.


Cardona recuerda que desde el sector se ha pedido una torre de control que ponga orden en estas salidas para que no tengan que ser los propios capitanes los que se coordinen. «Como profesionales, los capitanes ya esperaban a que otra embarcación hubiera terminado su maniobra antes de iniciarla ellos. Quizás ahora se ponga mucha más atención, pero no habrá otra cosa».


El presidente en las Pitiusas de Apeam indicó que no se debe confundir la intención del Govern de reducir la rotación de embarcaciones entre Ibiza y Formentera con la seguridad que se busca con esta medida.


«Para la racionalización de los viajes deberá haber una motivación y un protocolo, algo que lo justifique, no una decisión unilateral de una parte. Hay una posición comercial que se tiene que entender y que defender», valoró en cuanto a las declaraciones del conseller de Mobilitat del Govern, Josep Marí, en el pleno del Parlament de esta semana.
Por otro lado quiso señalar, en cuanto a la seguridad, que debería valorarse también el control de la salida de las embarcaciones privadas y pesqueras del puerto, que se cruzan con la operativa comercial y puede también suponer un peligro a la seguridad, «sobre todo en la Savina, pero también en Ibiza. Si no se controla también este tráfico siempre tendremos una mesa coja».


La coreografía de los cuatro ferris concluye. El buque de Balearia se sitúa tras el de Aquabús. En fila india se dirigen a la bocana del puerto para cruzar es Freus, dentro del parque natural de Ses Salines, junto a decenas de yates de todo tamaño.