El joven músico está aprovechando el verano para dar conciertos y hacer colaboraciones. | Arguiñe Escandón

Pere Navarro (Ibiza, 1994) está considerado como uno de los mayores talentos del jazz nacional. Trompetista, pianista, compositor y productor, a su corta edad ya puede presumir de haber sacado dos discos, Perenne y Live in Madrid, éste último grabado en directo en 2018 junto al cuarteto formado por el también ibicenco Joan Carles Marí y los catalanes Joan Solana, Pep Colls y Ferran Borrell. Habitual de festivales por toda España, ha aprovechado el confinamiento para hacer un paréntesis, preparar cosas nuevas, últimar su tercer disco y empezar a hacer colaboraciones con grupos y cantantes importantes. Eso sin olvidar sus actuaciones en las Pitiusas. La próxima esta noche a las 20.00 horas en la Casa del Poble de la Mola, en Formentera.

—¿Cómo está viviendo el verano Pere Navarro?
—Realmente muy bien. Con las pilas cargadas después del segundo parón del invierno. He aprovechado para trabajar a nivel musical otras cosas y para pararme a elegir que proyectos con los que colaborar después de unos años donde me había centrado demasiado en mí mismo.

—Alguien tan polifacético como usted, ¿cómo se define como músico?
—Primero de todo creo que soy persona antes que músico y eso es algo que me ha marcado siempre. Después creo que soy alguien que se adapta fácilmente siempre que algo me llene y me guste. Soy consciente de que cuando alguien me llama soy un gran afortunado porque como yo hay muchos músicos más. Por eso, si doy el sí, doy todo lo que tengo dentro para hacerlo lo mejor posible. Es una cuestión de respeto hacia quien ha confiado en mí y hacia el público que ha venido a escucharnos.

—En los últimos meses ha grabado con distintos cantantes y músicos y hace apenas unos días se subió al escenario con Ana Tijoux en Sueños de Libertad. ¿Cómo fue la experiencia?
—Fue un subidón increíble. Era el tercer concierto que hacía con ella después de estar en Andorra y en el Festival Cruïlla de Barcelona y fue genial actuar delante de tanta gente de Ibiza. Ahora tenemos apalabrados otros ocho o nueve conciertos juntos y si todo va bien haremos más.

—¿La base es no aburrirse nunca?
—Sin duda. Intentar hacer constantemente cosas distintas para estar siempre motivado. Pero también es muy importante ser consciente de cuando hay que parar y comenzar de nuevo.

—¿Y en qué momento está usted actualmente?
—En un momento muy feliz porque cuando llegó el confinamiento tuve claro que iba a pasar mucho tiempo sin pisar un escenario y me lo tomé muy bien. Hasta hace poco, en los últimos siete meses solo había ofrecido un concierto. Pero no me importó porque estaba mentalizado y me lo tomé como un momento para preparar cosas nuevas.

—Esas cosas nuevas, ¿se verán materializados en nuevo disco?
—Estamos en ello. Sería el tercero que grabaría en formato Pere Navarro Quintet. La intención era sacarlo durante estos meses pero con todo el ajetreo de los últimos tiempos creo que se alargará hasta final de año. De momento ya tenemos el 40 por ciento y el resultado no puede ser mejor.

—¿Podría adelantar algo?
—Te puedo decir que supondrá un salto cualitativo con respecto a mis dos anteriores trabajos. Tenemos muy claro que queremos dar un salto de calidad y por eso no nos importa esperar unos meses para publicarlo.

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—Mientras tanto no para. ¿Está probando nuevos estilos?
—Estoy en ello. Durante el confinamiento aproveché para mejorar con el piano y fruto de ello han surgido temas de otros estilos que no son tan de jazz. Además, algunos los he ido grabando con colaboraciones muy interesantes y mi intención es ir dándolos a conocer durante los próximos meses.

—Usted ya tiene un nombre en el mundo de la música en España gracias a su trayectoria. ¿Se puede ser profeta en Ibiza?
—Sinceramente creo que no pero yo no me puedo quejar porque hay gente en Ibiza y Formentera que afortunadamente valora mi trabajo. Y eso para mí es lo más importante. No quiero que esto suene a crítica sino como una simple reflexión.

—¿Eso se refleja en contrataciones? Con la dura situación que ha dejado el coronavirus ahora más que nunca los músicos necesitan tocar y cobrar por ello.
—Sí. Por eso es bueno que haya gente que nos valore. Evidentemente la música es mi trabajo y para vivir de ella tengo que cobrar. La gente tiene que ser consciente de que tenemos nuestro caché y que si quieren contar con nosotros en un concierto o en unas fiestas se nos tiene que pagar como a cualquier otro profesional. Y esto, afortunadamente, se valora, lo que me hace muy feliz.

—Afortunadamente en Ibiza y en Formentera hay cantera y una buena oferta donde elegir más allá de la música electrónica.
—Es cierto. En las Pitiusas se vive un buen momento porque casi cada grupo o cantante tiene su propio circuito y espacio. Por ello creo que ahora más que nunca es el momento de aprovechar este movimiento porque cuantos más grupos haya mejor irá todo. Al final todo es una rueda en la que todo está interrelacionado.

—Además, este parón y estas restricciones están hundiendo a muchos otros puestos de trabajo que hay en torno a un concierto o un disco y que no se ven.
—Sin ninguna duda. Siempre nos olvidamos que detrás de nosotros, los que nos subimos al escenario, hay muchos otros detrás que hacen posible esta magia de la música. Técnicos, promotores, managers, bookers, road managers, conductores que te llevan y te traen del hotel… o incluso restaurantes porque todos tenemos que comer y cenar. Al final, la música es una industria que genera mucho dinero aunque a veces nadie se pare a pensar en ello.

—Ahora solo queda que las autoridades entiendan de una vez por todas que la cultura y los conciertos son seguros.
—Ojalá se convencieran de una vez por todas. De todos los contagiados que conozco ninguno se ha infectado en un concierto. Pero desgraciadamente al final creo que se está criminalizando a la cultura sin pararnos a pensar que cuando todos estábamos encerrados en casa, con el confinamiento volviéndonos locos, todos recurríamos a las películas de cine, las obras de teatro, los discos o la lectura.

—Algo que se nos olvida muy pronto.
—Pues sí. La música no nos debe faltar nunca porque es el mejor antídoto para situaciones tan duras como las actuales. Es una vacuna para el alma. Y por eso siempre que puedo pido a la sociedad que nos apoye en la medida de lo posible. El trabajo de músico es muy inestable y sin la gente no somos nada.

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* Concierto de Pere Navarro. Este jueves. Casa del Poble de la Mola (Formentera). 20.00 horas. Gratis