El grupo de voluntarios de Salvem sa Badía de Portmany.

Los voluntarios de Salvem Sa Badia de Portmany han detectado 32 embarcaciones fondeadas sobre posidonia en sus dos primeras semanas de trabajo en aguas de Sant Antoni, según informó ayer esta plataforma en un comunicado.

En el marco del proyecto #EstimSaBadia informaron a 72 embarcaciones, de las que 32 estaban fondeadas sobre posidonia oceánica, circunstancia que corroboraron con el uso de mirafondos.

Asimismo, 58 tenían conocimientos sobre la posidonia y solo 16 conocían la existencia de la aplicación Posidonia del Govern balear para detectar los puntos adecuados para el fondeo.

Salvo alguna excepción, las embarcaciones cambiaron su lugar de fondeo, lo que demuestra una actitud «muy respetuosa y amable» por parte de la gran mayoría de tripulaciones contactadas, señalaron en la nota.

El equipo de voluntarios, coordinado por las biólogas Elisa Langley y Marta Fernández, también detectaron la presencia de cuatro muertos ilegales sobre posidonia, a pesar de las dos recientes operaciones de limpieza efectuadas en la bahía.

También se detectaron cuatro barcas averiadas y fondeadas en un «estado deplorable» en sa Punta des Molí y en Caló des Moro. De todo ello, la plataforma ha solicitado su retirada.
Los voluntarios realizaron además una encuesta entre las embarcaciones, que piden la instalación de contenedores de reciclaje próximos a la rampa de desembarco de Caló des Moro y la instalación de boyas ecológicas en las áreas de Cala Salada, Cala Bassa y Cala Gració.

Piden además que se revise la red de aguas residuales de la bahía ya que la contaminación de la misma «es evidente en algunos tramos», y una de las embarcaciones remarcó también la necesidad de reparar el emisario submarino, que «no llega a cuatro millas de la costa».

Los voluntarios también acometieron un análisis cualitativo de especies en diferentes zonas de la bahía, identificándolas bajo su denominación científica: algas, invertebrados como anémonas, erizos, estrellas, esponjas y cangrejos, así como diferentes especies de peces.
También hicieron una visita a la desaladora y realizaron test químicos en la bahía para agua salada.

El equipo, que permanecerá operativo hasta el 30 de agosto, se puso en marcha debido a que en la actualidad «no existe ninguna» iniciativa de vigilancia ambiental en la bahía de Portmany por parte de las instituciones.