Aunque en los últimos años el objetivo ha estado puesto en Sant Antoni, el resto de municipios de las Pitiusas cuentan con unos retrasos similares a la hora de tramitar licencias urbanísticas.

Mucho se lleva hablando en los últimos años del departamento de Urbanismo de Sant Antoni, pero en el resto de los ayuntamientos de las Pitiusas la situación es o muy similar o incluso peor que en la Villa de Portmany.

En el caso de Sant Josep, según ha podido saber el Periódico de Ibiza y Formentera, en estos momentos se están tramitando las licencias urbanísticas solicitadas en el año 2019.

Desde el propio Consistorio reconocieron que en lo referente a la concesión de licencias «se está por encima de los tiempos deseables» básicamente por dos razones. La primera de ellas, indican las fuentes consistoriales, es la falta de personal. «Cuando hablamos de suelos urbanos y otros sin conflictos de protección, el Ayuntamiento no tiene personal para hacer frente a la gran carga de trabajo que esto supone», reconocieron desde la administración josepina.

En segundo lugar se encuentran las «licencias parciales», que son aquellas que por el tipo de suelo en el que se solicitan «requieren de informes de otras administraciones». Esto hace, según subrayan desde el Consistorio, «que haya una demora añadida porque estas instituciones tampoco emiten los informes en el tiempo previsto».

En el Ayuntamiento de Santa Eulària, por su parte, destacaron que el hecho de que una licencia esté mucho tiempo en el Consistorio «no tiene por qué ser una cuestión de retraso o de cómo funciona el departamento, ya que estamos hablando de que hay muchos factores que condicionan el tiempo en que un expediente está en tramitación».

En este sentido destaca la complejidad del propio expediente, si debe pedirse informes o permisos de otras administraciones, «y en ocasiones esto supone varios años entre que se remite al organismo en cuestión y se recibe el dictamen».

Además, señalaron desde el Ayuntamiento que durante el proceso de tramitación de un expediente «se tienen que hacer varios requerimientos para corregir errores, aportar documentación que falta, respetar plazos legales y un largo etcétera».

De hecho, señalaron que en la actualidad los expedientes más antiguos activos en el Departamento de Urbanismo son de 2013. En total son 36, entre suelo urbano y rústico, «de los cuales media docena o más están en fase de decretar su caducidad porque hace años se hizo una petición al promotor y éste no ha contestado, por lo que no tiene sentido legal mantener ese expediente abierto».

Por el contrario hay expedientes que entraron en el mes de marzo en el Ayuntamiento «y ya se ha completado su tramitación desde el Departamento de Urbanismo y ya pueden pasar a Servicios Jurídicos y luego a Junta de Gobierno Local».

Además, en lo que va de 2021 Santa Eulària ha concedido 75 licencias de varios ejercicios, incluido este mismo año, y en todo 2020 fueron 150 las licencias otorgadas.

En cuanto a personal, el Área de Urbanismo de Santa Eulària cuenta con cuatro técnicos y seis administrativos, que no sólo se encargan de tramitar las obras de los particulares, sino que también tienen que gestionar y tramitar expedientes de demolición o intereses generales, entre otras cuestiones.

En la isla de Formentera hicieron hincapié a su vez en que el plazo de concesión de licencias varía según su tipología, ya que las que dependen de informes de otras administraciones y las solicitadas en suelo rústico o con algún tipo de protección suelen necesitar de unos trámites más amplios. De cualquier forma, señalaron que en el caso de licencias para nuevas construcciones en estos momentos están resolviendo las presentadas en el año 2018.

Todo ello con un Área de Urbanismo compuesta por tres arquitectos, un aparejador, un delineante, cuatro administrativos y dos abogados.

Pese a que todos los ayuntamientos de la isla tienen unas problemáticas y unos retrasos similares, a excepción de Vila que una vez más ha obviado la solicitud de información realizada por este rotativo, por lo que no se puede realizar una valoración, Sant Antoni es el que más expuesto a los medios con esta problemática.

Sin embargo, la tramitación de licencias están siguiendo un ritmo muy similar al del resto de administraciones (actualmente se están tramitando las de 2019), y el esfuerzo que está realizando el equipo de gobierno para tratar de minimizar los tiempos de espera se ha traducido últimamente en la remodelación del departamento y en la decisión del alcalde, Marcos Serra, de gestionarlo directamente.

Por el momento, Urbanismo de Sant Antoni cuenta con un inspector de actividades, un técnico de Administración General, un arquitecto técnico, un ingeniero técnico y un auxiliar administrativo, además de contar con un arquitecto externo y un despacho de arquitectos también externo.