La Catedral cambió de ambiente por unas horas. | Irene Arango

Cinco templos de todos los municipios de la isla se convirtieron el pasado domingo en grandes lienzos para cerrar la fiestas del Vuit d’Agost con la visión de cinco artistas de las luces.

En la iglesia de Sant Antoni el artista Toni Castelló realizó un viaje por los paisajes más bellos de la isla y su fondo marino para con la intención de recordar que toda esa belleza hay que cuidarla.

La fachada la iglesia de Sant Josep fue el lienzo del artista Mario Jiménez, que realizó un videomaping en 3D que por unos instantes convirtió el templo en un globo que se inflaba y desinflaba y lo inundó con figuras geométricas tridimensionales en movimiento.

En Santa Gertrudis el artista fue el propio organizador de este cierre de fiesta, Iván de Ibiza Light Festival, cuyo objetivo era vestir la iglesia de la localidad y a la plaza con otras texturas, ambientadas en cierta cultura hippie, para dar un cambio de look al conjunto patrimonial.

En Sant Joan, el objetivo de Bambú fue dar un cambio total a la imagen de la iglesia con sus símbolos y sus figuras.

Finalmente, en la Catedral de Ibiza, Pedro Comesaña y Cruz diseñaron un juego de luces con el fin de cambiar radicalmente la ambientación del templo.