Un responsable de Vila Vins muestra algunas de las botellas en exposición. | Arguiñe Escandón

Muchos empresarios de Ibiza están viviendo este segundo verano de la crisis epidemiológica de sorpresa en sorpresa. La temporada comenzó tarde y cargada de incertidumbre. Sin embargo, la situación ahora mismo invita a la esperanza de la recuperación y, además, fomenta algunas reflexiones.

Basta hablar con cualquier distribuidor de bebidas de la isla para constatar que algo se está moviendo seriamente en Ibiza. El ocio nocturno está cerrado a cal y canto, lo que ha coincidido con unas ventas históricas de vino y champagne de las gamas alta y premium.
Así lo explica el director comercial de Exclusivas Miró, Raúl Bayona, que asegura que Ibiza se ha convertido en este 2021 en un destino exclusivo que visitan, sobre todo, turistas de «nivel altísimo» atraídos por factores como la gastronomía.

«Antes se gastaban el dinero en la noche», afirma Bayona, «ahora tenemos turistas que vienen a disfrutar de una buena comida y de una larga sobremesa». Turistas que, añade, «saben lo que quieren y conocen bien el producto que piden».

Gente que sabe lo que quiere
«Es gente con mucho dinero que ha venido y que está disfrutando realmente», prosigue el responsable comercial de Exclusivas Miró.

Según explica, el cierre de bares y discotecas ha sido un factor importantísimo para que este segmento turístico amante del lujo, y que se lo puede permitir, haya escogido Ibiza este verano como destino vacacional.

«Antes había mucho volumen de gente», recuerda Bayona, «venían al restaurante pero apenas gastaban porque lo que les interesaba era la foto para publicarla en Instagram. Ahora, es un cliente totalmente diferente, muy exclusivo. Un cliente que sabe comer y beber y que pide estos productos tan especiales. No son nuevos ricos».

Bayona señala, por otro lado, la importancia del ocio nocturno para que Ibiza se haya convertido en el destino que hoy conocemos. Pero también subraya que «lo que está poniendo este verano a la isla en el mapa es la profesionalización del día».

Es decir, la de la restauración y todo lo que rodea a este sector. «Se han invertido muchos más recursos», asegura y cita como ejemplo importante el hecho de que muchos restaurantes, asesorados por profesionales como él, hayan cambiado sus cartas de vinos y se hayan inclinado por un producto de más categoría. Esto, de momento, ha tenido como consecuencia que muchos de estos establecimientos hayan logrado subidas «espectaculares» de su ticket medio en las últimas semanas.

«Selección natural»
De un modo similar se pronuncia el gerente una distribuidora especializada en vinos, Javier Escandell, quien tiene claro que, en la actual situación, «el disfrute está en ir a comer y beber».

«El restaurante ha cobrado más protagonismo», considera, «y esto ha facilitado que se ofrezcan vinos de una calidad más alta». Mientras que Raúl Bayona habla de «una purga», Escandell define como «selección natural» el importante descenso de turistas de nivel medio-bajo y bajo en Ibiza. Visitantes cuyo lugar está ocupando «un turista con un nivel adquisitivo alto» y que no mira el precio del vino, del cognac o del champagne a la hora de reservar mesa en alguno de los numerosos restaurantes que trabajan este verano en la isla.

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Se está produciendo, pues, un cambio de tendencia ante el cual han de tomar decisiones.
Las distribuidoras, obviamente, se han adaptado a marchas forzadas a la situación.
De las palabras de unos y otros se deduce que intuían que este verano traería consigo cambios y, con esto en mente, habían asesorado a sus clientes para modificar sus cartas y ofrecer productos de más nivel.

Lo que no esperaban es que el cambio fuera tan marcado como están viendo en estos momentos, lo que les ha obligado a buscar nuevos proveedores porque las producciones de vinos y champanes premium son pequeñas y la demanda, al menos en la Ibiza de la pandemia, no para de crecer. Escandell recuerda que «la grandeza del vino es que se hace solo una vez al año» y que «no se puede abrir o cerrar el grifo a preferencia del consumidor». Pero no se muestra preocupado por ello porque también tiene claro que, de consolidarse la tendencia, Ibiza entrará en una fase en la que, con menos visitantes, podrá ganar más. Eso es lo que, asegura, sucede en estos momentos: «Se está trabajando más que en 2019 pero no hay masificación, no existe la presión de entonces. Hay restaurantes, incluso, que están trabajando como no lo habían hecho hasta ahora».

Para Raúl Bayona y Javier Escandell, Ibiza se encuentra ahora mismo en una encrucijada. «Ahora habrá que ver si apostamos por esto», concluye Escandell, «o si, por el contrario, tendrán más fuerza los todo incluido y las discotecas». El director comercial de Exclusivas Miró, por su parte, tiene claro que «sin dejar de lado la noche, ha llegado el momento de poner en valor» lo que ofrece al visitante la Ibiza diurna.

«Hay que mover la energía hacia el día», acaba Bayona, «porque temíamos que la isla se perdiera en el mapa sin la noche y la realidad ha sido muy diferente».

No es para tanto
Una visión con matices tiene el administrador de otra distribuidora, José Luis Escandell. Reconoce que se está produciendo un cambio obligado por las restricciones de la pandemia. Pero, en su opinión, no son tantos los restaurantes que se están beneficiando. «Algunos están trabajando de manera óptima», afirma, «pero todo parece indicar que lo que predomina en estos momentos son las comidas y cenas que se realizan en casas, yates y apartamentos. Es una modalidad nueva y que reúne más adeptos cada día».

Escandell destaca también la importancia que están teniendo en esta temporada los agroturismos ibicencos. Algo que achaca a que «ofrecen espacios grandes y, sobre todo, una atención preferenciada al cliente».

Por el contrario, «muchos hoteles de grandes dimensiones están en declive» porque, en su opinión, «los clientes buscan espacios tranquilos y que, de alguna manera, sus vacaciones puedan ser diferentes y no seguir con la rutina diaria laboral».

Vinos de hasta 3.000 euros

En Exclusivas Miró el verano de 2021 puede que pase a la historia por ser la temporada en la que comenzaron a vender de forma habitual vinos de hasta 3.000 euros la botella. Raúl Bayona explica entusiasmado cómo la compañía está proporcionando a los restaurantes de Ibiza productos de gamas altísimas a diario, cuando antes eran casi una anécdota.
«Antes había uno o dos sitios en los que podías encontrar estas bebidas», asegura, «pero ahora se han multiplicado y son un montón».

Bayona desgrana productos y precios en una lista de locura. Por ejemplo, la botella del mejor champagne, el Belle Epoque, puede alcanzar los 6.000 euros, mientras que la de cognac Luis XIII es vendida al restaurante por unos 10.000 euros. El precio final al que puede llegar es de 25.000 euros la botella. «Un centilitro», aclara Bayona, «sale por 100 euros. No es ni un chupito».
No son, sin embargo, las únicas bebidas que están alegrando los días a este director comercial, que tiene claro que hay que saber detectar las tendencias y convencer a los restauradores de que sus cartas de vinos han de estar vivas. Cuenta a modo de anécdota cómo este verano un solo cliente se ha llevado de la tienda Vila Vins cuatro botellas de la gama alta del whisky japonés Hibiki en una sola compra. «Cada botella vale 850 euros», afirma Bayona, «es muy sorprendente que alguien compre cuatro a la vez».
El director comercial de Exclusivas Miró explica, finalmente, que ahora mismo en la Ibiza más exclusiva priman los vinos de Burdeos y Borgoña y algunos españoles como el histórico Vega Sicilia. El vodka y la ginebra han desaparecido casi por completo y ha entrado con fuerza el mexicano tequila, con producciones que superan los 2.000 euros por botella.