Toni Roldán este sábado por la tarde en el Paseo de ses Figueretes de Ibiza. | Marcelo Sastre

El presidente del PI-Proposta per les Illes en Ibiza, Antoni Roldán, acaba de presentar esta semana su candidatura para presidir el partido a nivel autonómico. Competirá el próximo 25 de septiembre con el mallorquín Tolo Gili, que, además de ser el actual secretario general de la formación, es también el organizador del congreso en el que la militancia tendrá que decidir quiénes se harán con las riendas del partido. Esta circunstancia ha llevado a Roldán a exigir la dimisión de Gili por considerar que «no es ético» que su contrincante sea candidato, cargo y, además, organizador de las elecciones internas.

Nacido en Rute en 1961, Roldán se crió realmente en Ibiza, donde llegó con tan solo ocho años. De ahí que se considere ibicenco, aunque sin renunciar a sus raíces. Y es esta combinación de culturas la que le lleva a afirmar con total convencimiento que el PI-Proposta per les Illes, además de velar por las señas de identidad de los baleares, tiene que lograr que quienes vengan de fuera «se sientan cómodos aquí». Es también lo que le ayuda a valorar enormemente que una formación nacida en Mallorca pero con aspiraciones autonómicas, e incluso nacionales, pueda llegar a ser presidida por un ibicenco. Algo que considera que «sí que sería histórico».

Roldán, volcado hoy totalmente en la campaña para hacerse con la presidencia del partido que fundó el ex popular Jaume Font en 2012, evita pronunciarse sobre la figura del único concejal de la formación en la isla, Joan Torres, edil en el Consistorio de Sant Antoni. Este verso suelto del PI-Proposta per les Illes acaba de anunciar también que formará parte de la candidatura de Tolo Gili. Algo que ha cogido por sorpresa al candidato ibicenco pero que, en contra de lo que pudiera pensarse, no le preocupa: «Le felicito por haber tomado la decisión y ahora las dos candidaturas tenemos que ponernos a trabajar hasta el congreso.

Acaba de presentar su candidatura para liderar el PI-Proposta per les Illes autonómico. ¿Qué le ha llevado a ello?

—Básicamente, que la gente que me ha animado desde el último congreso. Ha habido una serie de compañeros que han entendido que el partido tenía que seguir hacia adelante y que yo puedo hacerlo. Mi candidatura es un proyecto que agrupa a mucha gente y, además, es la primera vez que, dentro de un partido y desde Mallorca, hay gente que le pide a un ibicenco que presente su candidatura para dirigirlo..

Que un ibicenco presida un partido balear sí que puede ser algo histórico.

—Sí, la verdad es que así es.

¿Eso marcaría de alguna manera la línea de trabajo del partido?

—Marcaría porque, sobre todo, nos ayudaría a que la gente entienda que el PI no es un partido mallorquín. Es un partido autonómico. Y así podríamos demostrarlo. Además, esta candidatura tiene claro que cualquier persona de esta comunidad puede presidir el partido.

¿No lo tienen muy difícil los partidos autonómicos en un sistema como el nuestro, que tiende a ser bipartidista?

—Hay que pensar que hay dos tipos de elecciones. Las autonómicas-municipales y las generales. Y usted sabe que aquí la gente no vota lo mismo en unas generales que en unas autonómicas. De todos modos, nosotros también queremos que nuestro partido se llegue a conocer en el ámbito nacional. Ahí tiene a los regionalistas de Cantabria, a Coalición Canaria o a Teruel Existe. Son partidos que tienen a sus representantes en el Congreso de los Diputados y que consiguen un montón de cosas para su tierra. Y eso es lo que nosotros queremos, sacar un diputado en las próximas elecciones generales y poder decidir sobre muchas cosas que, actualmente, los partidos estatales no tienen en cuenta cuando se trata de Baleares. Sinceramente, no sé ahora mismo quiénes son los representantes de Baleares en Madrid ni por parte del PSOE ni por parte del PP.

Bueno, usted sabe perfectamente cómo funciona esto. Cuando estaba en el PSOE sucedía lo mismo.

—La verdad es que yo dejé hace 10 años el partido que usted acaba de nombrar. Creamos un partido local, Proposta per ses Illes, y el PSOE para mí es algo pasado. No obstante, a mí me gustaría saber qué han conseguido sus diputados y los del PP en todos estos años de democracia para Baleares. Nada. Por eso queremos llegar a Madrid, tener a unos diputados que no estén condicionados por la disciplina de partidos nacionales y que solo se preocupen por Baleares. Necesitamos diputados que luchen por lo que realmente Baleares quiere y necesita. Tenga en cuenta que estamos dando 20 veces más de lo que recibimos.

En el PI hay dos corrientes. Una más dogmática y catalanista y otra, digamos, más pragmática, que es la que usted representa. ¿Qué cambios verían la militancia, los simpatizantes y los posibles votantes si usted presidiera el partido?

—El primer cambio que verían es que sí nos preocupamos por los afiliados y que queremos que participen más en la vida del partido. Antes participaban poco porque no les dejaban participar. Había algo muy personal. No se tenía en cuenta a los afiliados. La otra candidatura tiene su forma de hacer las cosas. Se quedan estancados en algunos temas y de ahí no salen. Por ejemplo, yo adoro el catalán y también el castellano. Y yo a los afiliados les digo que vamos a seguir luchando por nuestra lengua y nuestra cultura, pero también por aquellos que vengan de la Península, para que se sientan cómodos aquí.

Tal y como están las cosas hoy, ¿de verdad es tan importante convertir la lengua y la cultura en el leitmotiv de un partido??

—No, es que nosotros no vamos a buscar solo ese voto. Nosotros queremos el voto de todo el que pueda votar y eso quiere decir cambiar la manera de hacer las cosas.

El lema de su candidatura es Aire fresc, construim futur. ¿El partido se creó en 2012 y ya necesitan aire fresco?

—Como usted bien ha dicho antes, hay dos corrientes y todo han sido disputas. Nosotros solo queremos que se piense en el PI, dejar atrás que somos dos partidos que en su día se fusionaron. Esta candidatura no quiere saber absolutamente nada de aquellos partidos. Solo hay un partido, que se llama PI-Proposta per les Illes Balears. Lo demás es pasado y, a partir de ahora, hay que mirar al futuro.

—Tolo Gili también presenta candidatura para liderar el partido y pertenece a la corriente catalanista. ¿Hay alguna posibilidad de llegar a un acuerdo y presentar una lista única al congreso o las posturas están muy enfrentadas?

—Creo que las posturas son muy diferentes. Pero ellos saben perfectamente que nosotros estamos dispuestos a llegar a un acuerdo. Y saben cómo hacerlo, saben qué es lo que tiene que ocurrir para que podamos sentarnos a negociar.

¿Puede explicar alguna de esas cosas que tienen que ocurrir?

—No, no puedo. Son cosas internas del partido y tienen que quedar ahí. Tenemos que hablar de que lo único que tiene que importar es el PI. No queremos enfrentamientos. Eso sí, es verdad que son dos formas diferentes de llegar al votante y ahora de lo que se es de conseguir una sola manera y que sea idónea para todos.

Debe ser difícil dirigir un partido con dos caras tan diferentes y en un escenario político cada vez más atomizado.

—Sí, es cierto. Pero nosotros queremos que este partido sea ya un solo partido. No queremos más corrientes, ni más caras. Solo queremos un partido con un proyecto. La candidatura que gane debe ser respetada por todos los afiliados. A partir del 25 de septiembre, todos tendremos que estar detrás del proyecto ganador.

Si gana su candidatura, ¿integrará a miembros de la otra corriente?

—Yo soy de la idea de que actualmente estamos todos integrados en el partido. Pero la realidad es que, si no llegamos a un acuerdo, habrá una candidatura que gane y otra que pierda. Hay dos candidaturas, pero tanto ellos como nosotros ya estamos integrados en el mismo partido.

Es usted también presidente del partido en Ibiza. ¿Qué radiografía hace de la situación política de la isla?

—Es difícil ahora mismo juzgar porque todo ha estado y está muy condicionado por el tema del COVID-19. Dicho esto, sí creo que se podían haber hecho las cosas mucho mejor en ayuntamientos como los de Vila o Sant Josep. Siento decirlo, pero ayuntamientos como el de Santa Eulària han sido un ejemplo.

¿En qué han fallado Vila y Sant Josep?

—Pues, por ejemplo, han tardado mucho en dar ayudas o en ir a ver a gente que tenía necesidades. Las ayudas, además, no han llegado a donde tenían que llegar. No se ha identificado a la gente que las necesitaba.

¿Por qué los problemas en Ibiza son siempre los mismos? Depuradora, vertidos en Talamanca, casi dos meses para poder darse de alta en el padrón... Da la impresión de que la isla, en ese sentido, va hacia atrás.

—Yo estuve ocho años en el Ayuntamiento de Ibiza y, aunque me sepa mal decirlo, después de aquellos años, se ha estancado todo. Hay cuestiones como la limpieza. Ya ve que las calles no están todo lo limpias que deberían estar. Pero hay que dejar claro que no es culpa de la compañía de la limpieza. La empresa hace lo que tiene que hacer y cumple el pliego de condiciones. El problema está en el Ayuntamiento. El alcalde, Rafa Ruiz, hace seis o siete años denunció ese pliego de condiciones y dijo que se habían cometido irregularidades dentro del mismo. Lo dijo en una rueda de prensa en Talamanca, acompañado de Lourdes Costa y de Marc Costa. Pusieron a parir a los que gobernaban entonces en el Ayuntamiento. Llegaron, incluso, a amenazar con denunciar este pliego ante los tribunales. No sé realmente qué ocurrió después, pero, cuando Ruiz empezó a gobernar, dijo que el pliego era el mejor del mundo mundial y que había que aprobarlo rápido. Y ahora las cosas están igual o peor. Insisto, el alcalde dijo que lo iba a denunciar. Con la depuradora, más de lo mismo. El problema seguimos teniéndolo. Las carreteras no se han vuelto a tocar. En el caso de Vila, aún sigue el problema de la pérdida de agua por las tuberías...

Pero de ese problema se hizo un estudio hace más de 20 años.

—Era yo el concejal. Se dijo que se haría un plan director para resolver este problema, que es grave. Y sigue todo exactamente igual. Lo mismo podemos decir de las instalaciones deportivas. Está todo el mundo cabreado porque no se ha hecho ni una sola instalación nueva desde hace años, a pesar de que hay cada vez más equipos. Tampoco se ha hecho nada con las instalaciones de Can Misses. Como verá, el tema municipal, además de que me encanta y es lo que mejor conozco, es mi punto débil. Pero ahora mismo estoy volcado en trabajar para subir en Baleares.

¿Qué le pasa a su partido con el concejal Joan Torres en Sant Antoni?

—Este partido es muy municipalista y en sus estatutos deja claro que cada uno en su municipio podrá hacer la gestión que crea conveniente, siempre y cuando no perjudique al partido en general. En este caso, Torres ha creído que debía tomar determinadas decisiones y lo que está haciendo es responsabilidad suya. Si hay que pedirle responsabilidades, cuando llegue el momento, se hará. Pero ahora mismo puede hacer lo que entienda que tiene que hacer. Ha intentado, entre otras cosas, hacer funcionar el Ayuntamiento y ha visto una serie de cosas a su manera. Yo no voy a entrar en si lo ha hecho bien o mal, pero él ha creído que debía actuar así y, cuando llegue el momento, se le pedirán responsabilidades si hay que pedírselas.

¿No existe la disciplina de partido en el PI?

—Nosotros entendemos que, a nivel municipal, son las personas que están en los municipios las que conocen lo que sucede allí mejor que los demás. Otra cosa es que no estemos de acuerdo y lo digamos. Pero nunca será en público. Yo nunca me voy a enfrentar en público a un concejal de mi partido por su gestión.

Y, para acabar, ¿qué le parece que Torres vaya a ir en la otra candidatura para presidir el PI?

—No tengo mucho que decir, la verdad. Le felicito por haber tomado la decisión y ahora las dos candidaturas tenemos que ponernos a trabajar hasta el congreso. Yo voy a intentar que me apoye el máximo de compañeros posible de Sant Antoni. Desde luego que, el que no quiera, puede apoyar a Joan Torres, que tiene el mismo derecho que yo. Pero no tengo nada más que decir.