Linus Roth hizo sonar su violín durante la presentación del festival en Santo Domingo. | Marcelo Sastre

La iglesia de Santo Domingo, conocido popularmente por los ibicencos como El Convent, acoge hoy a las 19.30 y a las 21.00 horas dos conciertos consecutivos del conocido violinista alemán Linus Roth. Estarán encuadrados dentro de la tercera edición del Festival Internacional de Música Eivissa Concerts que él mismo organiza en colaboración con el Ayuntamiento de Ibiza y en ellos se podrán escuchar las piezas Partita N. 3 y Ciaconna del conocido compositor, organista, clavecinista y violinista alemán del barroco Johann Sebastian Bach y Solosonata No. 3: Ballade del violinista, compositor y director de orquesta belga, Eugène Ysaye, considerado como el rey o el zar de este instrumento. Desgraciadamente ya no quedan entradas disponibles.

—El festival ya se ha convertido en un elemento clave en la programación cultural de Ibiza. Lástima que el año pasado se suspendiera por el coronavirus. ¿Cómo afronta su regreso a Dalt Vila?
—Con muchísimas ganas después del parón obligado de 2020. Sin embargo, en lugar de rendirnos y venirnos abajo hemos cogido aún más fuerza y nos hemos impulsado para que la edición de 2021 sea para todos como un reinicio que traiga de nuevo la alegría a través de la música.

—En esta ocasión solo habrá un día de conciertos con dos actuaciones suyas. ¿Por qué?
—Porque aunque lo hemos intentado hoy en día es bastante complicado organizar varios días de conciertos de música clásica con varios intérpretes. Y más si se hace en un espacio limitado como el que ofrece la preciosa iglesia de Santo Domingo, situada en pleno corazón de Dalt Vila.

—Usted es alemán y viaja por todo el mundo con sus actuaciones, pero ya ha afirmado en varias ocasiones que Ibiza es como su segunda casa. ¿Por qué?
—Porque es la verdad. Aquí siempre me han tratado muy bien, siendo siempre muy amables conmigo. Entre todos han conseguido que adore a los ibicencos aunque haya perdido un poco de mi español y acabe hablando en una mezcla de italiano y español. (Risas).

—¿Fue entonces eso lo que le llevó hace ya cuatro años a crear este festival en Ibiza?
—Por supuesto. Sentía que debía algo a esta isla tan maravillosa. Además, creo que la música es la forma de cultura ideal para unir a las personas, sea cual sea su idioma y el lugar de donde vengan.

—¿Cree entonces que hoy en día, con lo mal que lo hemos pasado, es más necesaria que nunca la música?
—Sin duda. El público necesita volver a reencontrarse con la cultura y volver a disfrutar con los conciertos. Y eso, como artista que soy, será uno de mis objetivos siempre que pueda.

—Festivales como el suyo de tanto prestigio y éxito, ¿demuestran que en Ibiza hay espacio también para escuchar música clásica?
—Por supuesto. Demuestra que otro tipo de música es posible en la isla. No digo que la música disco no sea necesaria para Ibiza pero sí que se puede escuchar otros estilos. Y en el caso de la música clásica con el valor añadido de tener un espacio tan maravilloso como es Dalt Vila y sus monumentos que no hay que olvidar que fueron declarados hace ya bastantes años como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

—Sin embargo, parece que no acaba de llegar a los más jóvenes.
—Puede ser y eso es una pena. Al final la música clásica es muy importante porque forma parte de la cultura europea y de nuestra historia. Tal vez se debería de dar más importancia en los colegios o institutos porque conocer la vida y la obra de grandes compositores es también conocer nuestra historia.