Un momento de la entrevista.

El escritor Javier Moro fue este pasado viernes el protagonista del espacio de entrevistas ‘Unas Hierbas con…’, presentado y producido por la periodista Montse Monsalve, en Ebusus Sociedad Cultural, y que cuenta con el patrocinio de Hierbas Marí Mayans. Este quinto encuentro mostró el lado más íntimo de este autor de novelas como Pasión India, El sari rojo, El imperio eres tú, A flor de piel, Mi pecado o A prueba de fuego, también de ‘novelas de no ficción’, como él las denomina, como Senderos de libertad, El pie de Jaipur, Las montañas de Buda o Era de medianoche en Bhopal.

Javier Moro abordó su trayectoria profesional y cómo sus innumerables viajes, recorriendo África, Asia y América, le han marcado y han dejado una huella presente en todos sus libros de hecho afirma «que no hubiera podido escribir estas novelas si no hubiera vivido en todos estos lugares». En su recorrido ha logrado ganar varios premios: el galardón Christopher Award con su novela Era medianoche en Bophal (2003), el Premio Planeta con El Imperio eres tú (2011) y el premio Primavera de Novela con Mi Pecado (2018).

Este ducho de las letras afirmó que «todo lo que me pueda inventar es siempre menos fuerte que la realidad y en mis libros me gusta dar a conocer personajes relevantes de la historia que han caído en el olvido». También Moro ha participado como guionista en el largometraje Valentina (1982), basada en la novela Crónica del Alba de Ramón J. Sénder, y subrayaba durante la entrevista que la escritura de un guion es «como una fiesta con mucha gente», puntuaba en cambio que «cuando escribes un libro sí estás solo e incluso convives durante dos o tres años con los mismos personajes, así que lo mejor es que te caigan bien». Asimismo, Javier Moro destacó la pasión que siente por su trabajo describiendo la escritura como un ejercicio que «proporciona un placer muy concreto, cuando estás escribiendo una novela pasas también por momentos de angustia o de no creer en tu idea, pero cuando empiezas son los personajes los que mandan y la novela cobra vida propia y eso es algo mágico».