Turistas en un beach club de Port des Torrent, el pasado fin de semana.

Las empresas de Ibiza y Formentera que han solicitado ayudas del fondo estatal de 855 millones de euros para Baleares comenzarán a recibirlas la próxima semana, una vez que se publique la resolución de los expedientes y se efectúe el abono en la cuenta, que se da por hecho hacia el 15 de septiembre, como anunció esta semana el Govern balear. Estos pagos beneficiarán en primera instancia al 75% de los expedientes, que dispondrán de algo menos del 50% del presupuesto total de la partida, alrededor de 400 millones. Esto es así porque el 75% de los solicitantes lo constituyen autónomos, pequeñas y medianas empresas, mientras que el 25% restante corresponde a compañías más grandes y grupos de sociedades.

La llegada de estas esperadas ayudas de la Administración central ha sido acogida con satisfacción por las patronales CAEB y Pimeef, que se congratularon «porque la sangre no ha llegado al río gracias a que también hemos tenido el balón de oxígeno de un inesperado mes de julio», como expresa el vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), José Antonio Roselló. «Las empresas ya estaban bastante al límite por la duración de la pandemia, pero, además de las ayudas, nos ha salvado que los países emisores han flexibilizado sus medidas y su enfoque en la lucha contra el virus», añade.

«Este verano hemos visto que la gente tiene muchas ganas de viajar y que el turismo sigue teniendo un buen futuro, como lo demuestra que también han crecido los visitantes de nacionalidades como la española, francesa u holandesa». «No obstante, no podemos olvidar que aún llevamos todos el peso de la pandemia sobre las distintas cuentas», advierte Roselló, que considera que el retraso en el pago de las ayudas ha creado una dificultad adicional para poder afrontar «el grave problema económico y financiero que tiene el conjunto de la estructura empresarial. Es un problema financiero más que comercial. Y no cabe una euforia excesiva, aunque está claro que estas aportaciones permitirán ganar en solvencia e ir eliminando el endeudamiento que trajo la pandemia».

«A partir de ahora, creo que muchas empresas podrán sortear mejor la crisis, pero hay que estar muy atentos con las ayudas a las empresas más grandes y grupos de sociedades -que aún no se sabe cuándo cobrarán y están embarrancadas en los trámites administrativos-, porque son muy importantes en el tejido económico», afirma el dirigente de la patronal.

Roselló estima que las resoluciones de pago no solo aligerarán los pasivos en el balance, sin que permitirán asimismo una flexibilización del sistema bancario «para que las empresas que tienen capacidad de crecimiento y resistencia puedan seguir adelante». «Es una buena base para poder trenzar mejor operaciones bancarias, porque va a ser un aporte de capital, y para la banca es un dato muy importante», precisa.

Excesiva burocracia

Para el presidente de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (Pimeef), Alfonso Rojo, el anuncio de las ayudas se recibió «como una excelente noticia: 855 millones de euros, la cantidad más grande de la historia en ayudas en Baleares», pero de la euforia inicial se pasó a una cierta decepción «porque han tardado mucho en poder estar disponibles en las cuentas corrientes de las empresas. Es un dinero que saldrá automáticamente en cuanto entre porque sirve para justificar pagos y deudas pendientes», matiza Rojo.

Estas ayudas, que ya se han empezado a pagar a los autónomos, unos 3.000 directos en Ibiza y Formentera, eran las más sencillas de justificar porque correspondían a los que pagan por módulos, mientras que las otras 9.000 empresas que tenían que acceder al grueso de los fondos son las que están teniendo más dificultades porque el Govern balear tiene que cotejar con la Agencia Tributaria todos los datos aportados por estas sociedades, y ese cúmulo de burocracia ha provocado una excesiva demora en los trámites.

«Siempre nos hemos quejado por eso. No voy a entrar en los tiempos de la administración, pero para los empresarios ha sido muy largo. La sensación que tenemos las empresas es que esta demora no iba en concordancia con las circunstancias excepcionales que estábamos viviendo», explica el presidente de la Pimeef, que recuerda que «desde el primer momento le hicimos ver a la presidenta Armengol que eran unas ayudas muy bienvenidas, muy necesarias, que iba a ser un dinero multiplicador, con el que se pagarían deudas a otros pequeños empresarios en el día a día, pero le pedimos que el dinero llegara con premura a las empresas, que se repartiera cuanto antes.

Desgraciadamente, la realidad vuelve a ponernos en nuestro sitio y nos dice que los tiempos de la administración no son ágiles. Estamos en la era digital, cuando todo va más rápido con las nuevas tecnologías, pero desgraciadamente vemos que los tiempos de la administración son otros».

«Los 855 millones, lamentablemente, no serán suficientes para todas pérdidas de las empresas y para todo el daño que está haciendo la pandemia a la economía de Baleares, pero es un bálsamo muy importante», admite Rojo, que se felicita porque finalmente las ayudas llegarán a todas las empresas, «pero no olvidemos que muchas empresas ni siquiera han abierto y ese dinero les hacía falta hace seis meses y ahora. Son las que más estaban esperando esa entrada de fondos».