Una decena de bañistas baja a pie la cuesta de Cala d’Hort. | Marcelo Sastre

El plan de disfrutar de un día de playa en Ibiza es, probablemente, uno de los más populares. Sin embargo, el acceso a la mayoría de las playas ibicencas por tierra, y en muchos casos también por mar, se convierte en una suerte de odisea que no en pocas ocasiones acaba por frustrar el plan. En otras ocasiones, la falta de aparcamiento no resulta impedimento para que los menos cívicos opten por aparcar sus vehículos de cualquier manera y en cualquier sitio bloqueando a otros vehículos, ocupando buena parte de la vía de acceso o aparcando en jardineras.

Cala Tarida

El municipio de Sant Josep es el que más kilómetros de costa tiene en su territorio. Cala Tarida es una de las más visitadas y, a primera hora de la mañana, ya hay que dar vueltas y vueltas con el coche para lograr aparcarlo. Los márgenes de la carretera, antes de llegar al párking, ya avisan de que éste se encontrará lleno. Esto no es ningún impedimento para quienes no tienen escrúpulos a la hora de aparcar sus vehículos en cualquier sitio: sobre la acera, en las paradas del bus o en las jardineras.

Ses Salines

En ses Salines, las vallas en los márgenes de la carretera impiden que los coches aparquen allí desde hace unos años. Tampoco pueden aparcar sobre la rotonda como se había llegado a ver en otras temporadas. Sí se ven coches aparcados en el espacio en el que antaño se acumulaba el montón de sal a pie de carretera y la cola para acceder al párking de pago es considerable. Una vez dentro, previo pago de de la entrada, tampoco es fácil encontrar un espacio en el que aparcar el vehículo, ni difícil encontrar a quien lo ha aparcado de cualquier manera impidiendo la normal circulación de quienes insisten en buscar un lugar adecuado..

Cala Xarraca

Si bien el norte de la isla suele ser menos denso en lo que a presión humana y de vehículos se refiere, tampoco es fácil acceder a alguna de sus playas más populares. La belleza, por ejemplo, de playas como Cala Xarraca saturan su limitado aparcamiento desde primera hora de la mañana. Algunos de los visitantes a esta playa de Sant Joan no tienen rubor en dejar sus vehículos aparcados en plena cuesta prácticamente encima de la señal de prohibido aparcar y otros no se cortan a la hora de aparcar dejando encerrado a otro vehículo. Sin embargo, el mayor peligro lo asumen aquellos que, al no encontrar ningún espacio en el aparcamiento, optan por dejar su vehículo en la carretera de Portinatx y, cargados con todos los bártulos playeros, caminan unos centenares de metros al margen de esta carretera hasta llegar al desvío.

Benirràs

Otra playa de Labritja que suele presentar problemas de espacio a la hora de aparcar es Benirràs. Si bien sus zonas de aparcamiento son amplias y capaces de absorber los vehículos que llegan diariamente a la esta playa, los domingos se controla el acceso a partir de las 15.00 horas y hasta las 23.00 durante la época estival, evitando así las aglomeraciones que la puesta de sol y la fiesta de los tambores suelen producir en este enclave. Cabe recordar que la saturación de coches aparcados en los márgenes del acceso a esta playa un domingo supuso un grave impedimento a la hora de que los servicios de emergencias pudieran acceder a la zona en 2010 cuando se produjo un incendio que obligó a evacuar a unas 1.500 personas de la playa.

Ayuntamientos

El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Carraca, reconoce el alto volumen de vehículos en Ibiza durante los meses de verano: «PEn Ibiza, sobretodo en el pico de agosto, se dan unas circunstancias en las que está todo a rebosar, las playas de Sant Joan pero también las de los demás pueblos».

En este sentido, asegura que el Ayuntamiento tiene previsto «legalizar, en la medida de lo posible, todos los aparcamientos que se puedan legalizar, adecentarlos y a partir de allí hay que asumir que evidentemente cuando esté lleno estará lleno y no cabrá más gente». «No se puede negar que en pleno verano todo el mundo quiere ir a la playa y quieren ir en coche y al final acaban aparcando donde pueden», explica el alcalde para acabar diciendo que desde el Ayuntamiento «lo que hemos de hacer es trabajar para que sean de lo más seguros y adecuados».

Por el momento, el alcalde no tiene previsto regular el acceso, tal como se viene regulando en Benirràs, en ninguna otra playa del municipio. Sobre la propuesta del Consell sobre limitar el acceso de vehículos a Ibiza, Carraca considera que «es una iniciativa positiva ya que, tal como he dicho antes, cuando hay un aforo limitado en cuanto no caben más, no caben más. Lo mismo pasa en Ibiza, si está llena de coches y no caben más, pues no caben más».

Por su parte, desde Sant Josep, con los datos en la mano, informan que la afluencia media en sus playas es muy cercana al 75%. Sin embargo, tal como admite el mismo Ayuntamiento, la gran afluencia a algunas de las playas del municipio, como Cala Bassa o Platges de Comte, han obligado a controlar la entrada de los bañistas a la playa prácticamente a diario desde el 14 de julio.

En el caso de Platges de Comte, el horario de control de acceso a la playa ha venido siendo entre las 13.00 y las 17.00 horas, mientras que en Cala Bassa ha sido desde las 13.00 a las 15.00 horas. Otras playas del municipio, como ses Salines, solo han necesitado este control de acceso a la playa de manera puntual en una zona determinada, y Cala d’Hort no ha necesitado este tipo de control al no llegar en ningún momento al 100% de su ocupación.

El control de aforo en las playas es un proyecto que ha puesto en marcha este año el Ayuntamiento de Sant Josep tras haber hecho una prueba piloto la temporada pasada y adelantándose al sistema de control Smart Island impulsado por el Consell. Se trata de un sistema de sensores que que evalúa la afluencia en las playas más visitadas del municipio: Cala Bassa, Platges de Compte, Cala Vadella y Cala d’Hort. Por otra parte, también se cuenta con equipo humano de informadores sobre medidas sanitarias y control de aforo desplegados en las playas.

En Santa Eulària, la presión de vehículos en sus playas no llega a suponer un gran problema y explican que la situación es parecida a la de otras temporadas. Sin embargo, desde el Ayuntamiento reconocen que el hecho de que este año se haya privatizado el párking de Cala Nova puede haber supuesto un inconveniente a la hora de aparcar libremente en esa zona concreta. La política de Santa Eulària respecto al aparcamiento en las playas es poner a disposición, junto a los vecinos, terrenos privados que se puedan usar como aparcamientos.

Respecto a la propuesta del Consell respecto a la limitación de la entrada de coches, la alcaldesa de Santa Eulària considera que «vivimos en una isla pequeña que no puede soportar el ritmo de incremento de coches que hemos vivido durante la última década. Es un debate que se debe afrontar desde el punto de vista medioambiental y también de las personas, que no pueden perder la batalla frente a los coches. Debemos afrontar de manera valiente este debate. Lo que no podemos hacer es dejar las personas desamparadas ante este aumento de la presión del tráfico y tampoco podemos crecer de una manera desproporcionada en infraestructuras viarias para dar respuesta a este aumento de vehículos sobre la isla que vivíamos hasta ahora. Somos una isla y nuestro territorio es limitado».

Ferrer aplaude así la iniciativa del Consell: «Javier Torres fue valiente y dio un nuevo impulso al Plan Insular de Transportes de forma consensuada con todos los ayuntamientos, lo que permitirá que la presión sobre diferentes lugares de la isla mejore gracias a la mejora también de las conexiones» y asume que «los Ayuntamientos también tendremos que analizar cuidadosamente esta nueva situación para mejorar el servicio del taxi y las diferentes infraestructuras que podemos poner en marcha para ayudar a esta descongestión, como pueden ser las redes de carril bici y nuevos sistemas