Miky en plana clase de gimnasia motivacional en el Hogar Ibiza, este miércoles. | Toni Planells

Tras año y medio de inactividad por culpa de la llegada de la pandemia, por fin se han retomado las actividades del Hogar Ibiza. Unos 400 usuarios ya están inscritos en alguna de la decena de diferentes actividades que se organizan en el Hogar Ibiza: gimnasia motivacional, baile, teatro, canto coral, teatro, manualidades y labores, pintura, tai chi, chi kung y Yoga son algunas de las actividades que desde la Conselleria de Bienestar Social del Consell d’Eivissa ponen a disposición de los mayores, todas bajo las medidas de precaución a las que obliga la situación pandémica.

[Hogar Ibiza retoma sus actividades para mayores, en imágenes.]

Las clases están repartidas en horarios de mañana y de tarde y los grupos son reducidos, en clases de 15 alumnos como máximo. Esto supone que se han tenido que multiplicar el número de grupos. De esta manera, las actividades más populares, yoga y gimnasia, cuentan ya con ocho grupos diferentes, las clases de baile tienen ya cuatro y tres, los de tai-chi y chi kung. No se descarta que el número de grupos acabe siendo superior, ya que los plazos de inscripción siguen abiertos hasta finales del mes de septiembre.

La importancia de socializar

El director insular de Bienestar Social, Santi Marí, subrayaba la satisfacción que sienten desde su departamento al haber podido reactivar las actividades para la gente mayor «que tanto lo necesitaba tras un año y medio en el que lo han pasado fatal por culpa de la pandemia, sin poder socializar ni salir a los clubes. Para el Conselll es un orgullo poder reactivar estas actividades».

Marí habla de la importancia de estas actividades para las personas mayores que «son quienes más han sufrido las consecuencias de la pandemia», y considera que «es el momento adecuado para iniciar las actividades, ahora que la mayoría estamos vacunados y la incidencia está bastante controlada», además pone el foco en la importancia de socializar, que «potencia el buen estado, tanto físico como mental» de los usuarios.

Las actividades dentro del Hogar Ibiza se llevan retomando desde hace meses. Las mesas del salón ya reúnen a grupos que juegan a las cartas o al dominó, la peluquería del Hogar no para y la podóloga atiende a los usuarios que lo precisan.

«Tienen muchas ganas de retomar la vida normal y desde el Consell queremos ayudar a que la retomen lo más rápido posible», asegura Marí que pone sobre la mesa otra iniciativa de su departamento: Eivissa en Gran. En ella participarán no solo los usuarios del Hogar Ibiza, también del resto de asociaciones de mayores de la isla. Esta iniciativa consiste en una serie de salidas en forma de caminata, la primera se celebra el próximo día 13, visitas culturales e incluso también está previsto hacer alguna salida en barco.

La plantilla de profesores que dirigen las actividades es de un nivel considerable: Elena Prokhorova se encarga de las clases de canto coral, Walter Kopeky es el profesor de pintura y Ramón Taboada es quien se encarga de las clases de teatro, en el que ensayan entremeses valencianos en los que representan las situaciones extremas que vive una pareja. El profesor, tanto de baile como de gimnasia motivacional es Miguel Barranco, Miky para los amigos, «y como mis alumnas son mis amigas, en las clases soy Miky», asegura el profesor tras su primera clase de la mañana.

Que Miky sea un amigo para sus alumnas, «la mayoría son mujeres», queda más que demostrado con la relación que tiene con ellas, que va más allá del contexto de las clases: «Durante los tres años en los que llevo dando clases en el Hogar no solo hemos hecho gimnasia y baile, si no que hemos hecho comunidad», asegura Barranco, que explica que crea grupos de Whatsaap «para unir a las personas».

De esta manera con la llegada de la pandemia «estos grupos de Whatsaap les ha ayudado muchas veces a poder salir de la soledad, a olvidarse del abandono que muchas veces sufren», explica el profesor.

Barranco habla de que estos grupos han servido para «crear un hermanamiento» entre sus alumnas que les ha ayudado a que, «si bien no podían verse y darse un abrazo, cuando alguien se sentía mal, lo expresaba en el grupo y las demás la apoyaban con mensajes de ánimo» Sobre sus clases, Miky explica que están pensadas «para que no sientan la edad que tienen, para que se sientan más jóvenes».

Usuarias

Las alumnas de Miky aplauden al terminar su clase, tal vez a Miky o tal vez a ellas mismas, que también se lo merecen. Virginia resume con una sola palabra su opinión sobre las clases de gimnasia motivacional: «Maravillosas». Josefina coincide con Virginia, «Miky es maravilloso, nos da mucha caña pero de eso es de lo que se trata» mientras que el único varón del grupo, «el gallo del gallinero», tal como se define el propio José refuerza la afirmación de Josefina: «¡Nos da mucha caña sí!». «Ahora que hemos vuelto, ya no vamos a dejar que vuelvan a parar de darnos las clases».

Ángeles se alegra sobretodo de poder volver a juntarse con su grupo, «es divertido y es bonito» ya que «durante este tiempo no nos hemos podido ver mucho». La clase entera coincide en afirmar que «Miky nos da mucho optimismo, ¡somos su fans!», Ana pone el ejemplo práctico de lo que suponen estas clases: «Hace tres meses me dio un ictus y aquí Miky me está levantando, estaba deseando empezar y que nos diera caña».

Ana compara las mañanas en las que tiene clases con las que no. «Cuando hay clases, te levantas con ánimo de vestirte e ir a hacer las clases, antes te levantabas, te ibas al sofá y otro día más».

El único inconveniente que encuentran a estas clases es «tener que hacer gimnasia con la mascarilla». Tiempo al tiempo.