Adrian Green, momentos antes de su toma de posesión. | Daniel Espinosa

Este jueves por la mañana la iglesia de Sant Rafel acogió la licencia como nuevo capellán de la Iglesia de habla inglesa en Ibiza y Formentera de Adrian Green. Fue durante un acto solemne conducido por el arcediano venerable David Waller en el que este hombre cercano y divertido, amante de la vela, el buceo, el ciclismo y el rugby estuvo acompañado de su esposa Linda y uno de sus hijos Ben.

Nacido en Belfast, capital de Irlanda del Norte en 1966, Green salió de su país a los 18 años para servir en la Royal Navy aunque ocho años después, casado y con dos de sus cinco hijos, decidió dejarla y trabajar en la industria farmacéutica siendo gerente de Bristol Myers Squibb. A los 40 años sintió la llamada de la iglesia y empezó a prepararse para ser pastor en Inglaterra antes de regresar a su ciudad natal en 2008. Allí volvió a trabajar en una iglesia en el este de Belfast durante 13 años, diez de ellos como pastor, antes de ser designado para el puesto en las Pitiusas.

—¿Qué supone para las islas tener un nuevo capellán de la Iglesia de habla inglesa?

—Para toda la congregación y el consejo supone un gran gozo porque representa la culminación de un trabajo que realicé durante los últimos dos años. Supone además el comienzo de una nueva etapa en la vida de nuestra Iglesia.

—¿Por qué una nueva etapa?

—Porque mi intención es que nuestra Iglesia sea una parte integral de la vida de la gente de Ibiza y Formentera, apoyando especialmente a la gente necesitada. Quiero que sea útil y relevante y una bendición y una muestra del amor incondicional de Jesús a las diferentes comunidades de las Pitiusas.

—¿Cuál va a ser su labor?

—Un aspecto clave es dirigir los servicios de adoración todos los domingos. También hay servicios especiales en Semana Santa y Navidad y servicios ocasionales como bendiciones de bodas, bautizos y funerales. También, haré atención pastoral y apoyo, tanto para la comunidad de habla inglesa en las Pitiusas como los que vienen de vacaciones. Y todo mientras ayudamos a nuestros miembros a crecer en su fe enseñando el amor de Jesús.

—¿Cuándo sintió que quería convertirse en ministro anglicano?

—Fue algo que nunca se me pasó por la cabeza hasta los 30 años e, incluso, al principio, tampoco me entusiasmó. Luego, descubrí que mis dones y experiencias de vida podían ser útiles para servir plenamente a Dios.

—Usted está casado, tiene hijos... ¿es muy diferente la forma de entender su fé a la que estamos acostumbrados en España?

—La iglesia de habla inglesa anglicana tiene muy buenas relaciones con la Iglesia Católica en las Pitiusas. De hecho ha usado sus edificios durante muchos años para sus servicios. También hay muchas cosas en común, la centralidad de Jesús, su vida, muerte y resurrección... Es cierto que en la Biblia el apóstol Pablo dice que es mejor estar soltero pero nosotros entendemos que si no puedes sobrellevar la vida de esa manera, entonces cásate. En mi caso, ya estaba casado y tenía una familia cuando sentí el llamado al ministerio de dedicación plena y afortunadamente no fue un problema. Me aceptaron, me prepararon y ahora sirvo a Dios de esta manera. Hay algo especial en tener un compañero de vida con quien caminar y agradezco mucho a mi esposa, Linda, por las muchas formas en que complementa mi ministerio.

—Antes sirvió en la Royal Navy... ¿cómo fue aquella experiencia?

—Siempre tuve afinidad con lo relacionado con el mar y desde muy pequeño quise alistarme en la Royal Navy. Me especialicé como buceador y como oficial de navegación y serví en la primera Guerra del Golfo. Disfruté mucho de mi tiempo y vi mucho mundo. Uno de mis mejores momento fue los seis meses que pasé a bordo del Juan Sebastián de Elcano. Fui para enseñar inglés a los guardiamarinas pero acabé aprendiendo mucho castellano y desarrollando un amor por la gente y por la cultura de España.

—¿Por qué en Ibiza la Iglesia Anglicana ha estado más de dos años y medio sin capellán?

—Porque el último pastor se jubiló y, desde entonces, el Consejo de la Iglesia estuvo redactando el folleto que describe exactamente como es la Capellanía de Ibiza. En él se incluye el perfil para el próximo pastor y la labor que ha de hacer. Luego, se anuncia el puesto y se hacen entrevistas. Y todo eso ha tardado bastante, especialmente por el coronavirus.

—Su iglesia está en Facebook, Instagram... ¿es una forma de acercarla a los jóvenes y otro público?

—Incluso en la Biblia vemos que el pueblo de Dios usa las cosas cotidianas a su alrededor para transmitir las buenas noticias de Jesús. Las redes sociales son solo una de las formas que usamos para interactuar con las personas en las islas. Transmitimos nuestros servicios dominicales en zoom, cualquiera puede tener los datos de inicio de sesión y hemos conseguido que nos vean desde Australia, Singapur o el Reino Unido. También compartimos nuestros servicios en YouTube y así que las personas puedan experimentar cómo es la iglesia desde la comodidad de su hogar.

—En Ibiza en ocasiones no se tiene una imagen muy positiva de los británicos... ¿Usted cree que esto se puede cambiar desde su puesto de ministro anglicano?

—Lamentablemente, ninguno de nosotros es perfecto y, con demasiada frecuencia es cuando estamos de vacaciones y lejos de nuestro entorno familiar cuando tendemos a soltarnos el pelo y volvernos un poco locos. No hay respuestas fáciles que pongan fin a esta situación, pero la mejor manera de lograr el cambio es a través de la oración. Como Iglesia también apoyamos al fantástico trabajo del movimiento 24-7 Ibiza en algunas partes de la isla.

—¿En el Reino Unido también hay crisis de sentimiento religioso?

—Lamentablemente, a lo largo de los años, y en todo el mundo, hemos visto a personas en quien debíamos confiar hacer cosas que nos rompen esa confianza. Cuando esto ha sucedido dentro de la Iglesia ha provocado que la gente ponga en duda sus creencias. Todos somos personas caídas que solo pueden experimentar la vida verdadera a través de la gracia salvadora de Jesús porque el único que nunca nos defraudará es Dios. No hay nada de malo en cuestionar y desafiar lo que creemos y por eso lo alentamos a través del Curso Alpha.

—Entonces, ¿usted como entiende el cristianismo?

—Para mí, cuando las personas lo consideran como una religión es donde veo una declinación. Pero cuando las personas descubren que la verdadera fe se trata de una relación con Dios y experimentan el poder del Espíritu Santo obrando en sus vidas es entonces donde la Iglesia cobra vida y hay un crecimiento asombroso.