Lozano sujeta la vacuna a punto de ser administrada a Pilar Isern. | Toni Planells

Unas 50 personas pasaron ayer por el Recinto Ferial de Ibiza para recibir la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Se trata de personas con algún trasplante de órgano, que padecen una inmunosupresión grave y que están en riesgo elevado de sufrir una respuesta inmune inadecuada a la pauta convencional de vacunación. El Servicio de Salud ya ha citado a 100 personas en las Pitiusas para recibir la tercera pauta a través de InfoVacuna.

Vacunación escalonada
Berta Lozano es la coordinadora de vacunación en el Recinto Ferial y explicó ayer la importancia de la tercera dosis para estos pacientes que «debido a sus patologías de base ya tienen las defensas disminuidas». La coordinadora describió el criterio de vacunación a pacientes inmunodeprimidos «por escalones». Así, «se empieza con personas con personas con leucemias o linfomas, pacientes que están con tratamientos de anticuerpos monoclonales y demás. No por encontrarse en una quimioterapia en activo tiene por qué considerarse dentro de este primer escalón, pero probablemente sí en los próximos días. Se tiene en cuenta a todos los pacientes».

Pilar Isern fue ayer una de las primeras vacunadas con la tercera dosis. Le sorprendió la rapidez con la que se la citó para esta tercera dosis: «Ni me lo pensé; en cuanto me llamaron, el jueves pasado, les dije que ya mismo», precisó. Isern lleva un transplante de hígado desde hace nueve años, es una persona inmunodeprimida, por lo que celebra que tras esta tercera dosis: «Me hace mucha ilusión», apuntó. Reconoció que el principal miedo que ha sentido durante la pandemia no iba dirigido al contagio sino a que «al ir al hospital, sufriendo una enfermedad crónica grave, pusieran a otros antes que a mí si el hospital hubiera estado saturado». Tras haber recibido la tercera dosis «seguiré siendo cuidadosa», aseguró Isern, que sigue manteniendo «el respeto a la enfermedad y al virus». Pilar sabe bien lo que es pasarlo mal en el hospital y, obviamente, no desea repetir: «Ni yo ni los míos, por eso al ponerle la vacuna a quienes tienes en casa también te quedas más tranquila», afirmó. En cuanto a la empatía social respecto a las personas con enfermedades crónicas como la suya, no se manifiestó muy satisfecha: «La gente solo se preocupa de sí misma, les da igual lo que tengan al lado. Además, no vas con un cartelito que dice que estoy enferma».

Más libertad y tranquilidad
Richard Macías está transplantado de un riñón desde el 31 de octubre del año pasado, «en plena época Covid». Ayer también recibió la tercera dosis, tras lo que considera que tendrá «un poco más de libertad a la hora de poder salir, incluso tal vez pueda viajar hasta Ecuador, mi país». En este sentido, acabó reconociendo que «todavía necesito que me de permiso mi nefróloga antes de comprarme el billete». Admitió que esta tercera dosis llegó antes de lo que esperaba: «Había oído que se estaba planificando pero fue una sorpresa que me llamaran tan pronto» y espera que los efectos secundarios de esta dosis no vayan más allá que los dos anteriores: «Un poco de dolor de brazo y ya está, lo llevé bien», explicó.

Adil Benabdessadak también está transplantado de riñón, en su caso, desde principios de enero. Se declara «muy contento» de haber recibido la tercera dosis de la vacuna, «de esta manera se aumenta la protección». Le llamaron este mismo lunes y le dieron a elegir entre vacunarse ayer miércoles o durante el día de hoy jueves, «cuanto antes mejor, así que elegí venir cuanto antes». Benabdessadak expresó su alivio con la llegada de la vacuna ya que «con mi enfermedad estuve prácticamente aislado los primeros meses, pero con paciencia y la esperanza de las vacunas ha sido todo perfecto».

Josep Marí también tiene un riñón transplantado. Durante el transcurso de la pandemia reconoce que, aunque «miedo no he tenido, sí que he mantenido todas las precauciones posibles; estando como estamos la gente debe tomar todas las precauciones necesarias». Explicó que los medicamentos que debe tomar debido a su transplante son inmunodepresores: «Nos dejan sin defensas, por eso estamos expuestos a toda clase de riesgos». En cuanto a la tranquilidad que le supone el haber recibido la tercera dosis no se muestró especialmente eufórico, aunque acabó reconociendo que «algo hará, si no, no me la pondría».