Ferrán Lopera.

La regulación de s’estany des Peix es uno de esos temas de los que nadie recuerda el momento en el que se empezó a hablar de lo que es claramente una necesidad para la sostenibilidad de un entorno tan frágil medioambientalmente. Pero el tema es tan delicado y con tantos frentes abiertos que nadie ha conseguido todavía ponerle «el cascabel al gato».

Desde el tiempo de los romanos, este espacio de aguas tranquilas y transparentes con salida natural al mar, ha sido lugar de reposo de centenares de embarcaciones de pesca, de recreo y también de alquiler.

El Consell de Formentera propone un proyecto que contempla 207 boyas ecológicas y 78 pantalanes flotantes para embarcaciones de pequeña eslora, lo que supone albergar 285 embarcaciones. El último recuento oficial en agosto de 2016 certificó la presencia de 527 barcas, lo que implica que muchos de ellas tendrán que abandonar este espacio.

Consell d’Entitats
La sesión ordinaria del Consell d’Entitats de Formentera se celebra hoy a las 19 horas en cine municipal. En ella se presentarán los antecedentes y el trabajo realizado en el proyecto y los próximos pasos a seguir para el reglamento del uso de s’estany des Peix.

El Consell de Formentera tiene intención de dar prioridad para acceder a un punto de amarre a aquellos que puedan certificar que su barca está allí desde antes de 2002. No se tendrá en cuenta a los usuarios que hayan cambiado de embarcación.

La Asociación de Usuarios Profesionales del Estany, que representa a una decena de empresas de chárteres de alquiler, ha puesto el grito en el cielo, ante lo que consideran «un proyecto que no se adapta a la realidad actual de s’estany des Peix».

Por eso, la Asociación presenta un proyecto alternativo, basado en un conteo realizado en las madrugadas de los pasados 2 y 3 de julio, que da como resultado la presencia de 389 embarcaciones.


Un segundo conteo con dron del pasado 19 de agosto ofrece como resultado la presencia de 528 barcos, de los cuales 82 son de profesionales y 446 de particulares.

En ese sentido el portavoz de la Asociación, Ferran Lopera, manifiesta que «nos quieren echar de s’sstany, como si nosotros fuésemos el único problema, por eso hemos presentado un proyecto en el que cabemos todos de forma sostenible».

Según esta alternativa, el proyecto institucional «multiplica las esloras por cuatro, perdiendo el 50% del espacio, con lo que se ganarían 102 plazas. Tampoco se considera el borneo simultáneo, con el que se ganarían unas 50 plazas más. Y las líneas de costa están mal situadas y lejos de la realidad, con lo que se ganarían 80 plazas más».

Capítulo aparte merecen en este estudio los pantalanes que a juicio de la asociación «ocupan un espacio insignificante y duplicándolos se conseguirían 78 amarres más».

En total, 310 puntos de amarre más que la propuesta oficial y que supondría dar respuesta a toda la demanda.

Otra de las cuestiones en las que insiste Lopera es que «se ha hecho correr la voz de manera interesada de que nuestra actividad es ilegal y eso es totalmente falso. La única ilegalidad que cometemos es la de anclar en s’estany des Peix, que es la misma que están cometiendo los casi 450 barcos de particulares que están allí».

En ese sentido Ferran Lopera, manifiesta que «somos empresas legales, las barcas están en la lista sexta, pagan sus permisos de chárter y están aseguradas».

Lopera añade que «si finalmente nos acaban echando de s’estany, sería la extinción de nuestros negocios y un gran perjuicio para el negocio náutico de Formentera, favoreciendo a las empresas de Ibiza que acabarían copando el mercado».