Esta actividad ilegal procura mantener el secretismo a la hora de comunicar la localización tanto de la fiesta en sí como de la ubicación del meeting point en el que un transfer recoge a los clientes. | Archivo

La directora insular Naihara Cardona explicó que el simple anuncio de la puesta en marcha de esta prueba piloto ya tuvo efectos disuasorios.

Cardona explicó que «tal como ya explicaron las policías locales en una reunión previa a la entrada en marcha de este servicio», y como han constatado los propios rastreadores que, en su informe, manifiestan que «algunos promotores de fiestas creen que la policía los está vigilando e, incluso, aseguran haber visto en prensa que infiltrarán detectives privados extranjeros».

Consciente de ser vigilado, uno de los promotores llegó a asegurar a los rastreadores, con sorna, que el único lugar en el que hacer fiestas sin exponerse al riesgo de que se presente la policía es en un party boat.

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La directora insular de Intrusismo puso el ejemplo de una persona que se dedica a la promoción mediante grupos de WhatsApp de fiestas ilegales.

Cardona aseguró que, según las investigaciones de los detectives, esta promotora trabaja bajo el seudónimo de Anita Dinamita, y es la que realizó la venta de entradas a los rastreadores contratados por el Consell.

El caso, según explicó la directora insular, cuenta con el agravante de que, según las investigaciones, se trata de una trabajadora del Servicio de Salud de las Islas Baleares. Por este motivo «pondremos en conocimiento del Govern balear este caso concreto, para en su caso realizar alguna investigación interna».