El gestor cultural, artista y escritor barcelonés afincado en Ibiza desde 1985 Carles Fabregat.

El gestor cultural, artista y escritor Carles Fabregat, nacido en Barcelona y residente en Ibiza desde 1985, organiza junto al cantautor Joan Murenu una nueva edición del Festival de Poesía de la Lluna de Juny, que empieza hoy y termina el 3 de octubre con el soporte económico del Govern Balear a través del Institut d’Estudis Baleàrics, el Consell d’Eivissa y el Ajuntament de Vila. Serán cinco días, uno más que en años anteriores, donde se combinará la poesía con la música y las mesas redondas en lugares tan emblemáticos como Sa Nostra Sala de la calle Aragón de Ibiza, el Baluard de Sant Pere en Dalt Vila, el claustro del Ayuntamiento de Ibiza y la iglesia de Sant Rafel.

¿Cómo surgió este festival de poesía que ya cumple 29 ediciones?
—En sus inicios, en 1992, un grupo de amigos compuesto por Toni Roca, Joan Murenu, Julio Herranz y yo mismo, creímos que dado el número de poetas que había en la isla sería interesante que nos reuniéramos al menos una vez al año y realizar un encuentro donde pudiéramos conocer el trabajo de otros compañeros. Después, a lo largo de los años fuimos invitando a poetas del resto de Baleares, Cataluña o Valencia ya que siempre había voces nuevas que descubrir y no queríamos ser siempre los mismos. Y así lo hicimos durante los primeros 27 años.

¿Por qué cambiaron el formato en 2019?
—Aunque ya veníamos dándole vueltas desde hacía tiempo llegamos a la conclusión de que la fórmula mantenida durante 27 años estaba agotada, y que era el momento de cambiar, de crecer e intentar tener un festival que estuviera a la altura que la ciudad de Ibiza se merecía en estos momentos con el soporte económico de las instituciones públicas. Para ello, estudiamos otros modelos ya existentes de eficacia probada, consistentes en invitar a otros escritores. Apostamos por los del resto de islas y de ámbito catalán porque el festival pretende ser una muestra de la vitalidad de la poesía realizada en nuestra lengua, y también por poetas de la Península y de otros países, como en esta ocasión de Portugal e Italia.

¿Qué hay de nuevo en este año?
—Tras el paréntesis de 2020, por razones de todos conocidas, en esta edición ampliamos el contacto con otros territorios de habla catalana, caso de Valencia. Además hemos contactado con un escritor asturiano y una poeta gallega residente en Orihuela. En el ámbito internacional contamos con la presencia de un poeta portugués y dos poetas italianas. Todo ello con la voluntad de ampliar fronteras.

Además, han ampliado los días...
—Si. Son cinco. En los primeros años el festival consistía en un solo recital pero desde 2019 ya hicimos una serie de actos complementarios como una noche de concierto musical. Además incluimos diálogos alrededor de temas literarios, mesas redondas, lecturas dramatizadas, presentaciones de libros u homenajes a figuras por lo general ya fallecidas como este año al cura poeta Josep Planells Pep Negre, a quien el sábado por la mañana se recordará frente a la parroquia de Sant Rafel.

¿El principal motivo de estos cambios es llegar a un público más amplio?
—Precisamente esa es la ida. De pronto pensamos que llevábamos casi tres décadas con el mismo formato y sentimos que teníamos que hacerlo crecer y ampliarlo. Además, nos dimos cuenta que el público, de alguna manera, había ido creciendo con nosotros y eso, aunque está muy bien impedía poder dirigirnos a otras franjas de edad.

¿Intentaron abarcar además otro tipo de público?
—Claro. También queríamos contar con un espectro más amplio de espectadores, de manera que no se sintieran concernidos únicamente los amantes de la literatura y la poesía, sino un público más heterogéneo.

¿Cree que la poesía despierta el mismo interés que antes?
—Yo creo que sí porque se han creado nuevas formas poéticas como la slam poetry o el spoken word, caracterizadas por una dinámica más espectacular, que no se limitan a la pura lectura convencional del texto ya que ayudan a teatralizarla o dramatizarla.

Pero con todo esto, ¿mantiene la misma esencia?
—Pienso que sí. Por eso para nada la agota sino que se suma. Lo mismo sucede con la pintura o la literatura... Creo que somos injustos cuando observamos con recelo los nuevos modos y sobre todo, somos injustos con los jóvenes porque están mejor preparados de lo que estábamos las generaciones anteriores, dada la mayor cantidad de información a la cual tienen acceso. Por ello, el arte no deja de ser el vehículo de transformación que ha sido siempre. Sigue siendo una herramienta para entender el mundo y entendernos a nosotros mismos. Si acaso, lo que cambian son los modos y las formas, pero la poesía está muy viva.

¿Qué les diría a quien no está familiarizado con la poesía para venir al festival?
—Recuerdo que mi amiga, la catedrática de Filosofía Llanos Lozano, decía que «la poesía siempre obra una magia». Creo que lleva razón porque es un espacio que privilegia absolutamente la palabra siendo el género de literatura más esencial. Es decir más con menos y por eso no puede dejar indiferente a nadie. Estoy convencido de que un recital poético en el que se escucha la palabra poética en un espacio determinado y en un momento propicio, obra esa magia de la que hablaba Llanos Lozano.

Hoy empieza el festival en Can Ventosa a las 20.00 horas, ¿Qué veremos?
—Un recital homenaje a Miquel Àngel Riera y Damià Huguet, cuyos versos han inspirado el título de esta edición, Jocs de miralls, cim de l’imprevist. Lo ofrecerán Pep Tosar y Joan Arto, para conmemorar el 25 aniversario de la muerte de ambos poetas. Será un acto organizado conjuntamente con el ciclo Illes i Literatura del Ayuntamiento de Ibiza.