Joan Torres, en el centro, rodeado de los portavoces de PSOE-Reinicia y Unidas Podemos.

El concejal de El PI-Proposta per Eivissa de Sant Antoni, Joan Torres, anunció ayer a sus socios de gobierno que aceptará la invitación realizada por el principal grupo de la oposición, PSOE-Reinicia, de reunirse para plantear una posible moción de censura.

Pese a este anuncio el alcalde del municipio, Marcos Serra, valoró positivamente la situación del Consistorio tras reunirse ayer a última hora de la mañana en su despacho con sus socios de gobierno, Joan Torres y José Ramón Martín, de Ciudadanos. Una reunión que en principio se tendría que haber realizado el pasado lunes pero que al final se pospuso.

Tras el primer encuentro con sus socios después del pleno de la semana pasada en el que el voto negativo de Torres impidió la aprobación de la modificación puntual del PGOU de la localidad, el primer edil de la Villa de Portmany reconoció que «ha pasado lo que puede pasar en cualquier empresa, negocio, familia o grupo de amigos, que hay discrepancias, nada fuera de lo normal», indicó Serra, «y a pesar de ello, en contra de lo que el Grupo PSOE-Reinicia haya dicho, no hay paralización del Ayuntamiento y no significa que no nos pongamos a trabajar cada mañana», insistió.

Los tres socios, según explicó el alcalde, acordaron seguir trabajando y apostaron por sacar adelante proyectos del municipio, impulsando las áreas «que tengan una mayor necesidad y sacando adelante cuantas más inversiones mejor».

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Diálogo y voluntad
Asimismo, Serra insistió en que, «aunque en el futuro tengamos más diferencias, con diálogo y voluntad de todos se arregla».

La mayor parte de las discrepancias entre el concejal de El Pi y sus socios de gobierno vienen por el departamento de Urbanismo. Una Concejalía que venía atascada desde la pasada legislatura y que, pese a que el alcalde se la ofreció a sus socios de gobierno, ninguno la quiso asumir. El acuerdo al que llegaron es que el propio Serra se pondría al frente del departamento, pero debería tener las manos libres para hacer lo necesario para ponerlo al día, algo que aceptaron tanto Torres como Martín.

Sin embargo, a la primera de cambio el regidor de El Pi incumplió su compromiso y votó en contra de la remodelación de la Concejalía de Urbanismo porque no estaba a su gusto, por lo que hubo que esperar un mes más para contar con su apoyo tras un par de cambios insignificantes en la reorganización.

Volvió a abrir posteriormente un nuevo frente contra sus compañeros de equipo de gobierno. En esa ocasión las protagonistas de la nueva brecha en el tripartito fueron las alineaciones urbanísticas, esto es, las líneas que marca el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para separar lo que es la propiedad privada de la pública.

Según explicó Torres, desde el año 2015, en el que gobernaba con el PSOE y Reinicia, estas separaciones, que desde siempre habían realizado los técnicos del departamento de Urbanismo, pasaron a realizarse desde Obras Públicas. Sin embargo, en la última Comisión de Gobierno se llevaron para su aprobación dos licencias en las que el regidor de El Pi detectó que los informes de las alineaciones que habían realizado sus técnicos habían sido sustituidos por otros que Urbanismo había encargado a una empresa externa. «Esto es algo grave que hay que solventar», aseguró Torres, quien insistió en que sus compañeros de gobierno no contarían con su apoyo para sacar adelante licencias que no esté alineadas por sus técnicos.