Neus Costa con los técnicos de SEMILLA tomando una muestra de sangre a una cabara ibicenca. | Toni Planells

La nueva veterinaria de la Federación de Razas Autóctonas de Ibiza y Formentera, Neus Costa, se estrenó ayer en la finca de Can Muson, en Santa Eulària, relizando trabajos para continuar con el libro genealógico de la cabra y la oveja ibicenca. Lo hizo de la mano de los veterinarios y técnicos del Servei de Millora Agraria i Pesquera (SEMILLA) Águeda Pons y José Manuel Alamanzor, bajo la atenta mirada del presidente de la Federación, Xavier Prats y de la propietaria de la finca, Maria Marí.

En Can Muson hay una gran diversidad de especies animales, conejos, burros, gallinas, cerdos, patos y un largo etcétera, la gran mayoría de especies de raza autóctona ibicenca, aunque la jornada de ayer se centró en la ovella eivissenca y la cabra, también de raza autóctona.

La intención de los técnicos del SEMILLA junto a la ederación de Razas Autóctonas con la actuación de ayer se basaba en actualizar el libro genealógico, comprobando los animales que hay en él y dando de alta los nuevos ejemplares que todavía no se habían registrado.

En el control, se examinó a los animales desde distintas perspectivas, edad del animal (con la observación de la dentadura), muestra de sangre o temperatura y principalmente «observando la morfología de los ejemplares para comprobar que siguen los estándares propios de la raza ibicenca», tal como explicó Costa. Un laboratorio genético será el encargado de confirmar la autenticidad de la raza autóctona tras analizar las muestras de sangre de los animales.

En peligro de extinción
Una de las principales preocupaciones del presidente de la federación es el estado de peligro de extinción en el que se encuentran estos animales. Quiso poner en valor que «la nueva incorporación a la Federación», en referencia a Neus Costa, «tiene un doble grado en producción animal, lo que nos hace especial ilusión porque hasta ahora nos hemos venido centrando en la protección y ella nos ayudará a tener una nueva visión enfocada en la producción para disminuir el peligro de extinción al que están sometidas estas razas» explicó Prats.

Aunque todavía se están actualizando los datos, y el «número de cabras es algo superior al de ovejas» en la actualidad hay censados «entre 200 y 250 ejemplares, tanto de cabra como de oveja ibicenca», según asegura Prats.

Para que un animal se considere a salvo del peligro de extinción se considera que debe haber un número de ejemplares superior a los 10.000 animales, y «estas cifras en una isla tan pequeña son muy complicadas de conseguir. Nuestras razas autóctonas forman parte de nuestro patrimonio e identidad al igual que nuestra lengua, las murallas, o las torres de vigilancia», reivindica Prats, «hay que protegerlas como tal».

La cabra es un animal que todavía tiene «presencia en muchas más explotaciones que la oveja, todavía se aprovecha su vertiente lechera» explica Prats. Así, «la raza que más nos preocupa es la oveja ibicenca» asegura el presidente de la asociación, y es que «los carniceros no acaban de valorarla» por su morfología, «son ovejas más altas, eso hace que sus patas y muslos sean distintos a lo que el carnicero está acostumbrado y la acaba rechazando en muchos casos». Además Prats subraya que las ovejas son un animal «que es más de rebaño y por eso se hace más complicado de mantener».

Ataques de perros
El problema que más le preocupa al presidente de la Federación tiene que ver con «los continuos ataques de perros, un grave problema al que todavía no se le ha encontrado solución». «Quienes tenemos este tipo de animales, sin necesidad de que sean razas autóctonas, no vivimos de ello, los tenemos por gusto, por hobby. Por lo tanto, estos animales no dejan de ser nuestras mascotas, y las queremos como tal: que venga un perro y las mate o las deje malheridas es lo mismo que si te matan a tu perro o a tu gato, nosotros nos sentimos igual», reivindica Prats.

Este hecho «desanima a muchos propietarios de rebaños que acaban abandonando esta actividad», hecho que el presidente de la Federación explica que «afecta al entorno, al paisaje y a la oportunidad de poder mantener este producto local».

Por eso pide más responsabilidad a los dueños de los animales, así como más contundencia a las administraciones competentes para poder atajar este grave problema.