El detenido, durante el juicio. | Daniel Espinosa - Archivo

Cinco años, seis meses y un día de prisión. Es la pena impuesta por la Audiencia Provincial a un vecino de Ibiza condenado como autor de un delito de abuso sexual a menor de 16 años por violentar a una niña de cinco años en los aseos de un bar de Sant Antoni.

La sentencia del tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial también impone al condenado José R.L.A., originario de Paraguay, la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de la menor, su domicilio, centro escolar o cualquier lugar público o privado frecuentado por la víctima, así como comunicarse con ella por cualquier medio, por un periodo de nueve años a contar desde la salida de presidio.

Asimismo, se impone libertad vigilada con posterioridad al cumplimiento de la pena por siete años. Y en concepto de indemnización, el condenado deberá abonar 8.000 euros a la víctima.

Desnudo con la niña encima
La vista oral se celebró el pasado 6 de octubre en los juzgados de Ibiza. Los hechos juzgados ocurrieron el 27 de julio de 2020.

En el apartado de hechos probados la sentencia indica que el acusado, «quien había ingerido previamente alcohol, pese a lo cual conservaba íntegras sus facultades intelectivas y volitivas, se introdujo en el interior del aseo con la menor, cerró el pestillo y, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, haciendo uso de la seguridad y tranquilidad que le proporcionaba la relación previa de amistad entre ambos, la desvistió, se la sentó encima y, balanceándola, le rozó con su pene los genitales, al menos en la parte externa». «El acusado fue sorprendido en el interior del aseo por la madre de la menor, quien encontró a su hija totalmente desnuda y al acusado con los pantalones desabrochados, sin zapatos ni camiseta».

Durante el juicio, el procesado alegó no recordar qué pasó en el intervalo de tiempo que estuvo encerrado con la pequeña. «Había tomado 10 ó 12 cervezas en casa y luego me tomé tres jarras en el bar». «Fui al baño con la niña; estaba mareado pero bien, y no recuerdo si cerré con pestillo. Lo primero que recuerdo es a la Guardia Civil en mi casa», argumentó ante el tribunal. La pareja del acusado explicó que la patrulla acudió a su casa alertada por su suegra porque al llegar y explicarle lo sucedido mantuvieron una fuerte discusión. «Estaba como ido. Nunca lo había visto tan mal, tirando las cosas», abundó la madre del acusado.

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Por su parte, la madre de la víctima explicó que había dejado a su hija a cargo de la pareja de amigos para que la llevasen a la piscina y luego verse en el bar. «Al llegar, la camarera me llamó y me dijo que no dejase nunca a la pequeña sola en los baños. Toque hasta tres veces en la puerta. Oía a mi hija llorar. Al final abrió y estaba allí desnuda. José estaba con los pantalones desabrochados, sin camiseta y sin los zapatos. Le pregunté qué había hecho y él movió la cabeza. Al salir le dije a su pareja que iba a denunciarle. Camino de Can Misses mi hija me relató que José le había hecho daño, le había quitado la ropa, tocado las tetitas y que intentó meterle la churrita». Previamente, la pequeña había contado lo sucedido a la amiga que les llevó al cuartel de Ses Païsses.

El procesado estaba en prisión provisional desde el 3 de agosto de 2020 y continuará encarcelado hasta que la sentencia sea firme.

La víctima realizó un relato «creíble» con lenguaje de su edad
«Lo detallado en la descripción de los hechos, el lenguaje por ella empleado, su tono de voz, sus gestos, sus palabras, y su actitud no nos hacen dudar de la veracidad de sus manifestaciones», señala el magistrado sobre el testimonio aportado por la pequeña que fue asistida por una psicóloga y una pediatra.

El tribunal indica en la sentencia que la pequeña «no mostró ningún ánimo o interés espurio contra el acusado, es más, cuando habla del acusado, se refiere a él como amigo».

«Especialmente indicativo de su credibilidad es la descripción, gráfica y propia de una niña de su edad, de la acción que dijo que hacía el acusado cuando ella estaba sin bragas, sin pantalón ni camiseta, diciendo que él se sacaba como una pielecilla de la churri y se la metía».

La menor sufrió lesiones en la zona vulvar y perjuicios psicológicos».