Vicente Ribas Prats, en el centro, durante la ceremonia celebrada ayer en la Catedral. | Marcelo Sastre

El nuevo obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Ribas Prats, continúa rezumando felicidad por los cuatro costados. Después de su ordenación anteayer, ofició ayer su primera misa solemne en la Catedral -de nuevo repleta de seguidores- y reconoció que se siente «muy contento, emocionado, agradecido y muy tranquilo».

Y no es para menos, puesto que Ribas fue capaz de reunir a más de 2.000 emocionadas personas en su toma de posesión. Por ello, quiso ayer dar las gracias por «tanta colaboración» y por «tantas muestras de estimación y alegría». «Fue un día inolvidable», insistió.

De su ceremonia de ordenación, Ribas destacó el canto de las letanías de los santos, un momento «muy intenso» por su significado: «Sentirme postrado ante Dios pidiendo su ayuda y gracia es un instante muy intenso en esta misión que la Iglesia me ha encargado».

En la Catedral de Ibiza, de nuevo Ribas estuvo flanqueado por el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, así como por predecesores en el cargo como Javier Salinas y Vicente Juan Segura. Cerca de 20 capellanes y el fabuloso coro de Santa Eulària, bajo la dirección de Jordi Martí, acompañaron al prelado ibicenco. La Virgen de las Nieves, que anteayer presidió el altar de su ordenación, volvía a verse ayer en su ubicación habitual en el templo de Dalt Vila.

En su homilía, el obispo aseguró que «el catecismo nos enseña que todos los bautizados somos sacerdotes, profetas y reyes», y lamentó que «hoy en día no existen muchos profetas», provocando que la sociedad se haya acostumbrado a convivir con la injusticia, la mentira o la inmoralidad.

Al final de la celebración religiosa, y dejando a un lado el tono solemne que había mantenido durante todo el oficio, Ribas quiso agradecer desde el altar todas las muestras de afecto recibidas en estos últimos días. También destacó la compañía en estas jornadas tan especiales de los sacerdotes que «habéis venido desde muy, muy lejos para estar aquí trabajando».

Así se refirió a José Martínez Franco, muy implicado en la ordenación del obispo y que viajó expresamente desde Nueva Zelanda para asistir al acto del sábado. Martínez, que no pudo contener la emoción después de escuchar las palabras del obispo, volverá pronto a Ibiza para reincorporarse al clero de las Pitiusas.

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Pero el obispo aprovechó también para anunciar de manera oficial el nombramiento de Marcelo Jofré como nuevo vicario general de la diócesis pitiusa. Después de la misa, el párroco explicó que este cargo conlleva trabajar con el obispo «codo con codo» en la toma de decisiones relativas a la Iglesia pitiusa.

Uno de los anteriores obispos de la diócesis, Javier Salinas, también quiso ayer destacar la «maravillosa» respuesta de la sociedad ante la ordenación de Vicente Ribas, que fue «muy bonita por la participación y por el ambiente que se creó allí».

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, reconoció que la jornada de anteayer fue «un día de mucha emoción y alegría», algo que demostró la gente de Ibiza acudiendo al Recinto Ferial. Marí deseó a Ribas «mucha suerte y aciertos» en su nueva etapa.

«Don Vicente es una persona cercana, querida y que piensa en los demás, y este nombramiento responde a esto. Consideraron que era la persona indicada y, sin ninguna duda, los ibicencos demostraron el sábado que así es, que era la persona que querían. Siento mucho orgullo y alegría porque estamos ante un hecho histórico que, difícilmente, volveremos a ver en muchos años», manifestó el presidente insular.

Carlos, residente en Ibiza, también acudió ayer a la Catedral para acompañar al nuevo prelado. Álex, uno de los muchos visitantes que se veían ayer por Dalt Vila, se sorprendió al entrar en la Catedral y toparse con tantas personas. «Me acabo de enterar que tenéis nuevo obispo», señaló.

Entre los asistentes, Felip Cirer explicaba también cómo había ido a la misa porque Ribas fue su alumno y quería expresarle su felicitación.

Con fotografías, saludos y algún que otro regalo, Vicente Ribas continuó ayer recogiendo más muestras de cariño y afecto después de su ordenación.