Un momento de la reunión mantenida anoche por parte de los afiliados de El Pi en Ibiza. | Daniel Espinosa

Los afiliados a El Pi de Ibiza, los provenientes de Más Eivissa y los que se fueron sumando posteriormente a la formación política (entre 70 y 75 personas de los comités de Vila, Sant Josep y Santa Eulària con el presidente del partido al frente, Toni Roldán) decidieron ayer por la noche salir de la disciplina de la formación regionalista.

Según explicó la secretaria general del partido en Ibiza, Paquita Ribas, «la gente que representamos a este sector del partido hemos estado muy incómodos desde el congreso al ver cómo funcionaba esta gente», en referencia al sector oficialista encabezado por Tolo Gili. «Hemos intentado que se cambiaran cosas», aseguró, «pero al ver que no se hacía ningún gesto hemos decidido que mejor estamos fuera»

De esta forma, parte de los críticos de El Pi recuperan la marca Más Eivissa, por lo que tan sólo quedaría como representación del partido regionalista en la isla de Ibiza el comité de Sant Antoni, con Joan Torres al frente.

Entre hoy y mañana los miembros de la formación con cargos insulares presentarán su dimisión.

Reunión fallida
Durante la mañana de ayer, los críticos de El Pi y la dirección del partido mantuvieron una reunión que, en principio, tendría que haber servido para acercar posiciones pero que, finalmente, se transformó en el capítulo de ruptura del serial del partido regionalista. El encuentro entre el presidente de la formación, Tolo Gili, y Josep Melià por un lado y los críticos Pere Soler y Toni Roldán por otro duró únicamente 10 minutos.

En ella el sector encabezado por el ibicenco accedía a abandonar la portavocía del grupo en el Consell de Mallorca, en manos de Soler, siempre que Melià abandonase los cargos públicos del partido durante un período de cuatro años a partir de 2023 para así poder pacificar el partido, regenerarlo e impulsarlo.

Una renuncia que los críticos de El Pi calificaron como «un ejercicio de generosidad que ya hicieron en su día Jaume Font y Antoni Amengual».

Algo a lo que se negaron en rotundo desde el sector oficialista, que esgrimieron su polémica victoria en el congreso del partido como aval. «Han perdido un congreso y no lo asumen», criticó Amengual.

«La democracia en nuestro partido consiste en que los afiliados voten y elijan la dirección que quieren para El Pi, eso ya ha ocurrido en el pasado congreso pero parece que algunos quieren volver a la casilla de salida», aseguró el presidente de la formación, Tolo Gili.

Una visión totalmente opuesta es la que esgrimió el líder de los críticos, Toni Roldán, que subrayó que «ellos dicen que han ganado el congreso, pero la lista de Tolo Gili era completamente irregular y se tendría que haber excluido según los estatutos; por eso proponemos crear una junta gestora».